En las calles de Florencia

Florencia, la flor de Italia y su belleza oculta

La ciudad sobre la que he decidido escribir es Florencia, uno de los reconocidos diamantes de la Toscana, en Italia. Fui a Florencia la primavera pasada con algunos de mis mejores amigos y simplemente me enamoré de este mágico lugar. Estaba extremadamente ansiosa, incluso antes de mi llegada, por admirar algunas de las obras de arte más extraordinarias que se encuentran en esta ciudad, aunque Florencia pronto me demostró que había mucho más de lo que uno se espera en un principio.

Nos alojamos en una bonita casa de un local, un edificio alto con la fachada típica, en el centro. Desde que pisamos la ciudad pudimos sentir sus vibraciones positivas. La catedral captó nuestra atención desde el primer paseo. Esta obra de arte, que domina la piazza del Duomo, es una iglesia de estilo gótico, parte del complejo de la catedral, que a todo momento atrae la vista de cualquiera con sus colores.

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También destaca en la vista panorámica de la ciudad el piazzale di Michelangelo. Florencia tiene su propia luz a pesar del color marrón que domina en sus tejados. Es la luz del arte, de los sabores de helado, de la pasta, de la sonrisa de la gente que no duda en acogerte a cada momento.

Cuando paseábamos por Florencia de noche, por esas calles-museo, nuestras miradas quedaron hipnotizadas por el espléndido Ponte Vecchio, un puente del Río Arno, una joya llena de romance bajo el cielo (estrellado o no) nocturno. Fuimos lo suficientemente afortunados de cruzarnos con un músico allí. Mucha gente, a la que apenas dudamos en unirnos, estaba disfrutando de estas increíbles vistas, acompañada por el sonido del violín. En una pared del puente alguien ha escrito 'Tú que eres como siempre he soñado, a veces pienso que te he diseñado'. Y esta no es la única pared de la ciudad que tiene que "decirnos". Florencia no solo fue un importante centro cultural en el Renacimiento. A día de hoy sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas.

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El arte moderno está vivo, crece en las calles de Florencia, convirtiéndola en una ciudad con corazón artístico. El movimiento para la emancipación de la poesía (Movimento per l'Emancipazione della Poesia- MeP)empezó allí y se expandió a otras muchas ciudades.

Estos poetas anónimos de nuestro tiempo, al llenar las paredes de las ciudades con poemas, intentan acercar a las personas y la poesía para restablecer el fuerte lazo que las une. Tengo que admitir que lo están consiguiendo: las personas pasan y leen lo que hay escrito en las paredes, por curiosidad en un principio, como nosotros. No habríamos hecho este mágico descubrimiento sin nuestros amigo, quien pacientemente y con alegría nos tradujo los poemas. Un poeta anónimo nos susurró una noche"[no hay] nada ni nadie que nos indique el camino hacia las estrellas perdidas", y continuó diciendo: "no hay nada más alto que el inmenso horizonte". Estos inesperados encuentros con la poesía hicieron de la Florencia de Miguel Ángel y Botticcelli una ciudad viva y nos dejaron saborear el agua de su inagotable fuente de espiritualidad.

Junto con la historia, que está presente en, literalmente, cada rincón de esta ciudad, nuevas semillas están haciendo florecer el arte de Florencia. La convierten en un lugar en el que necesitas perderte para encontrarlo.

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