De Bolonia a Salerno - La encantadora Florencia (3/9)

Florencia

Un día nublado sobre el río Arno, en Florencia

El día 2 de julio cogimos un tren en Rímini que nos llevaría hasta Florencia, la ciudad del Renacimiento. El precio del billete fue de menos de 15 euros. En mi caso, esta era la tercera vez que visitaba esta exquisita y mágica ciudad, capital de la Toscana. Con eso ya queda claro lo mucho que me gusta; es un lugar en el que, sin duda alguna, podría vivir.

En Florencia las calles son llanas y existen numerosos puntos de interés, museos y monumentos; de hecho, el centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982.

En primer lugar destaca la imponente Plaza de la Señoría, en la que se puede contemplar un “museo ” al aire libre con la exposición de varias esculturas, en un pórtico de la plaza, como el Perseo y la Medusa, el Rapto de las Sabinas o Hércules y el centauro Neso: se trata de la Loggia della Signoria.

Detalle de Perseo y la Medusa en la Loggia della Signoria

Además, en este lugar tuvimos una gran sorpresa: paseando una noche por el centro de la ciudad, pudimos ser espectadoras de un concierto en la Loggia della Signoria.

Concierto nocturno en la Piazza della Signoria

En esta plaza se encuentra también el Castillo Viejo o Palazzo Vecchio, segundo palacio de los Médici (el primer palacio que tuvo esta familia fue el Palacio Medici Riccardi). Por otra parte, resalta la gran fuente de Neptuno; desgraciadamente, se encontraba en proceso de restauración cuando estuvimos allí pero para mi es una escultura espectacular.

El Palazzo Vecchio

Otra plaza muy conocida es la Piazzale Michelangelo, desde la cual hay unas vistas impresionantes de la ciudad; en esta plaza se encuentra una copia del David de Miguel Ángel. También debo hacer referencia a la Plaza de la República y a su Colonna Dell´Abbondanza, en la que antiguamente se encontraba el Foro romano.

¿Y qué hay del precioso Ponte Vecchio? Un dato curioso que muy poca gente conoce es que se encuentra plagado de edificios con ventanas, que hoy en día son joyerías, debido a que se creó un pasillo que cruzara el río Arno y comunicara este segundo palacio de los Médici con el Palacio Pitti, que sería el tercer palacio de la adinerada familia. Ello se debe a que Leonora de Toledo, duquesa de Cosme I de Médici, odiaba pasear por las calles de la ciudad y prefería pasar de un edificio a otro sin mezclarse con el pueblo florentino.

En el puente también hay un busto de Benvenuto Cellini. Sin duda, este puente es uno de los lugares con más encanto de Florencia, y normalmente por las noches hay mucho ambiente, y algún artista compartiendo su música con los visitantes.

Vista nocturna del Ponte Vecchio

En cuanto a los edificios religiosos, destacaré el Duomo de Florencia, que se encuentra en la plaza del Duomo, y la catedral de Santa María del Fiore, coronada por la gran cúpula de Filippo Brunelleschi. A su lado se encuentran el campanile de Giotto y el baptisterio de San Juan, donde se hallan las puertas de bronce de Ghiberti.

Detalle del Duomo y el campanile

También os recomiendo visitar la Basílica de Santa María del Santo Spirito, que se encuentra en una plaza en la que hay mucho ambiente por la noche; la Basílica de la Santa Cruz o Basilica di Santa Croce; la Basílica de San Miniato al Monte; la Iglesia de Santa María Novella; y la Basílica de San Lorenzo.

En cuanto a los museos, destacaré la Galería de los Uffizzi, la Academia y el Palacio Pitti.

La Galería de los Uffizzi y la Academia son una visita obligada para todos los viajeros que van a Florencia; en estas pueden admirarse obras antiguas romanas, las obras de Boticelli y el David de Miguel Ángel, entre otros. El precio de estos dos museos ronda los 15 o 20 euros, aunque también hay descuentos para jóvenes entre los 18 y 24 años; no obstante, mucho cuidado con los gastos de gestión al comprar online, pues el coste total puede ascender bastante.

Entrada a la Galería de los Uffizzi, donde varios artistas exponen sus obras en plena calle

La visita al Palacio Pitti fue increíble: nosotras recorrimos la Galería Palacial, la Galería Moderna y los Jardines de Bóboli. Además, enseñando nuestro DNI (por cosas de la edad), nos beneficiamos de un descuento muy generoso: la entrada tan solo nos costó 6, 50 euros por persona.

Fachada exterior del Palacio Pitti

Uno de los rincones de los Jardines de Bóboli

Para conocer la Historia y algunas curiosidades de la ciudad, realizamos un tour en español que arrancó en la Plaza de la República; con el recorrimos los lugares más importantes de Florencia. La visita la realizamos con Freetour de la mano de Manuel, un italiano majísimo que hablaba genial nuestro idioma. Al final del tour, pagamos al guía valorando su trabajo. En este tour conocimos aún más a fondo la ciudad y Manuel también nos dio recomendaciones acerca de bares y restaurantes a los que ir en distintas zonas de la ciudad. La verdad es que hacer el tour fue una gran idea porque nunca conoces lo suficiente sobre la historia de los sitios que visitas y es una forma de descubrir nuevos lugares.

También estuvimos en una interesante exposición que os recomiendo encarecidamente si vais a Florencia antes del 2 de octubre, en la casa Buonarroti. La entrada cuesta 6 euros y bajo el título "Michelangelo e L´assedio di Firenze" se muestran trabajos llevados a cabo por el artista durante el tiempo que tuvo que permanecer oculto, por miedo a represalias ante el deterioro de sus relaciones con los Médici.

Visitamos también un museo en el que todavía no había estado (¡y mira que lleva abierto desde 1908! ): el Museo Stibbert. Poco tiene que ver con el Renacimiento, allí se exponen armaduras y otras piezas de arte no solo europeas sino también de Oriente Medio y de Japón, recopiladas por Federico Stibbert en su propia casa, mansión diría yo, que tuvo que ir ampliando según iba adquiriendo objetos y el espacio se le quedaba pequeño. En las diversas ampliaciones contó con importantes arquitectos y artistas de la época, como el pintor Bianchi. La entrada cuesta 8 euros y creo que están bien pagados pues es una colección inmensa y bastante peculiar, eso sin mencionar el edificio en sí, la decoración de las diez habitaciones y los preciosísimos jardines con un lago, grutas e incluso un templo. El buen hombre dejó su legado al Estado británico pero éste lo cedió a la ciudad de Florencia.

En cuanto a la comida, en la Plaza de la Señoría hay varios restaurantes, si bien es cierto que la mayoría son bastante caros. Nosotras comimos en este lugar privilegiado, en el restaurante Il Bargello, en el que disfrutamos de una deliciosa lasaña por 9 euros, así tampoco fue algo desorbitado. En Florencia prácticamente en todos los restaurantes cobran servicio (unos 2 €) y además la bebida es bastante cara. Siempre ofrecen dos tipos de agua mineral: naturale o frizzante, es decir, natural o con gas.

Otro restaurante al que fuimos se encuentra en la Plaza del Santo Espíritu: el Restaurante Ricchi, que era a la vez café y heladería. Allí tomamos una pizza por 9 euros y, aunque los camareros eran muy simpáticos y agradables, la verdad es que esa no fue la mejor pizza que tomamos durante el viaje. Como en otros establecimientos, el cubierto es de 2 €. Un restaurante que nos agradó bastante fue la Trattoria Dante, en la que las pizzas rondan los 8 y 10 €; y en la que el cubierto es de 2, 50 €. Estos dos restaurantes se encuentran al otro lado del río, que es la zona en la que nos alojábamos y, aunque no tiene tanto ambiente ni es tan turística, nos pareció una zona chula y tranquila. Al contrario de algunas opiniones de otros viajeros, nosotras encontramos esta parte de la ciudad muy segura.

Sin embargo, si hay una pizzería en Florencia que nos encantó, esta es Gusta Pizza. En este pequeño establecimiento se sirven pizzas para llevar y además puedes llevarte cubiertos de plástico y servilletas. También venden bebidas frías. Volviendo a la pizza, esta resulta muy económica: puedes llevarte una pizza margarita por tan solo 5 euros... ¡está de escándalo!

Pasando a las heladerías, hay un montón repartidas por toda la ciudad, pero destacaré especialmente la heladería La Carraia, en la que los helados no solo son deliciosos sino que además están a buen precio: un helado de dos bolas cuesta 2 euros. En otras heladerías los precios suben un poco más, como en la famosa heladería Venchi, en la que un helado de dos bolas vale 3, 50 euros.

Una de las deliciosas “gelaterias” de Florencia

Cuando vas a Roma es tradición tirar una moneda al agua de la Fontana di Trevi si deseas volver allí algún día; en Florencia, debes tocar el hocico de un jabalí de bronce que está en la Plaza del Porcellino o Plaza del Mercado Nuevo para asegurarte de que volverás a la ciudad. Como yo no dejo de tocar el hocico del jabalí cuando voy, vuelvo y vuelvo a Florencia de vez en cuando.

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