De Bolonia a Salerno - San Gimignano (4/9)

Desde Florencia realizamos una excursión a San Gimignano, un precioso pueblo medieval cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990; se encuentra entre Florencia y Siena.

Para llegar hasta allí se debe coger un autobús en la estación de autobuses, justo antes de llegar a la estación de trenes de Santa Maria Novella. Pero después hay que tomar otros dos autobuses: el 131 hacia Poggibonsi y, una vez que se llega a este pueblo, coger el autobús 130, que lleva a San Gimignano.

El trayecto es bastante largo, de unas dos horas en total, pues el primer autobús de ida dura una hora y media aproximadamente y, aunque el segundo autobús recorre un camino de unos quince minutos, hay que tener en cuenta el tiempo de espera entre un autobús y otro. Otra posibilidad para llegar a este pueblo es en tren desde la estación de Santa Maria Novella.

San Gimignano nació en el siglo III AC de la mano de los etruscos y habría que esperar al siglo X para que tomara su nombre actual, el cual obedece al obispo San Geminiano, que defendió al pueblo frente a las invasiones de los hunos.

Vistas del pueblo San Gimignano

Este pueblo cuenta con varias torres, de entre las que destaca la Torre del Podestà o Torre Grossa, que mide unos 54 m de alto. Os recomiendo también subir hasta la muralla del pueblo, pues las vistas desde allí son absolutamente espectaculares. También hay muchas iglesias, destacando la Colegiata y San Agustín. Asimismo, puede visitarse el Palacio Comunal o Municipal, donde hay una gran galería de varios artistas, como Benozzo Gozzoli o Pier Francesco Fiorentino, entre otros. En San Gimignano se encuentra también un Museo de la Tortura, aunque a mí no pareció nada del otro mundo.

La Colegiata

Algunas torres en San Gimignano

Desde lo alto de la muralla

Por otro lado, además del encanto de pasear por sus calles, en San Gimignano hay cuatro grandes plazas en las que se puede tomar algo: la Piazza della Cisterna, la Piazza Duomo, la Piazza Pecori y la Piazza delle Erbe.

La Catedral, o Duomo, es el monumento más visitado en este pueblo. En su interior, la Capilla de Santa Fina, es una obra de arte en sí misma y está dedicada a la santa más devocionada del lugar; a mí me pareció preciosa la historia que nos contaron. Parece ser que Fina tuvo una gravísima enfermedad en su juventud y acabó sus días postrada sobre una madera de la que brotaron violetas amarillas cuando murió. Y es que San Gimignano bien podría ser conocido como el pueblo toscano de las violetas porque, a mediados de marzo, florecen en cada rincón. La entrada a la Catedral cuesta 3 euros, precio para estudiantes, y yo creo que merece la pena.

En cuanto a los restaurantes, hay muchos, pues se trata de un pueblo muy frecuentado por turistas. Nosotras almorzamos en el restaurante Torre Guelfa, donde disfrutamos de una lasaña al pesto y de taggliatella ai funghi por 9 € cada plato.

Deliciosa taggliatella ai funghi, ¡ñam!

En este pueblo pueden adquirirse productos típicos, como quesos y embutidos; así como diversos souvenirs (postales, vespas de juguete, etc. ). Pueden encontrarse muchas tiendas en Via San Giovanni, la calle principal y muy comercial, por la cual se accede al centro histórico.

La concurrida Via San Giovanni

En resumen, San Gimignano es un lugar muy interesante y podría ser un buen ejemplo sobre la estructura que sigue cualquier ciudad medieval.

Nuestro siguiente destino es Nápoles

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