Estrasblog, parte doce: ¡de nuevo en el Reino Unido!
¡Buenos días!
Puede que te hayas estado preguntando dónde están los dos últimos Estrasblog, en realidad te voy a dar una excusa. Sencillamente, estas dos últimas semanas antes de la Navidad en Estrasburgo no han sido muy emocionantes, sin contar dos o tres eventos. Te podría haber estado aburriendo con historias terroríficas sobre las horas que he pasado en mi escritorio, relatos apasionantes sobre lo temprano que me acostaba e historias tentadoras sobre lo que comía. Pero no lo iba a hacer. Soy buena gente.
El motivo por el que no hice mucho se debe a dos razones: una, tenía que repasar un examen de Geografía y otra, un trabajo que tenía que escribir para Historia Contemporánea. Hacer estas dos tareas de la universidad me ocupó la mayoría de mi tiempo, ni siquiera fui a jugar al fútbol y tampoco salí, apenas me separé del escritorio.
No obstante, creo estas dos semanas de dedicación merecieron la pena. El examen de Geografía no fue del todo mal, es uno de esos exámenes que podría haber sido peor, aunque también mejor. Terminé el trabajo sobre la Crisis de Saverna según un periódico escocés con un ánimo relativamente alto. A pesar de la elección de mi tutor de relacionar Escocia con un pequeño pueblo de Alsacia, que como podrás sospechar, me dio poca opción para comparar, me las apañé para escribir unas 2000 palabras en francés. ¡Espero que Monsieur Grandhomme aprecie el esfuerzo que he puesto en el trabajo!
Uno de los planes más emocionantes de estas dos semanas fue dar una vuelta por los mercadillos navideños en los alrededores de Estrasburgo. Visitamos tres sitios, pero por desgracia, solo puedo recordar el nombre del último sitio: Kaysersberg. Como soy de un lugar con marismas, los Fens, me gustaba la idea de ir al campo. Cada pueblecito estaba construido de una forma muy bonita entre las montañas y cada uno tenía un estilo único en su mercadillo navideño típico de Alsacia. Las casas de estilo medieval, la delicias riquísimas que ofrecían y en general, la atmósfera de felicidad que se respiraba en cada pueblo, dejó mis expectativas de los mercadillos navideños bien altas. También puede ser por todo el vino caliente que bebí, ya que era bastante fuerte.
El otro acontecimiento de verdad que se produjo durante estas dos semanas fue la visita de mis amigos del Reino Unido. Llegaron el sábado y fuimos directos al pub, allí sentamos precedente de lo iba a ocurrir los próximos días que estarían en Estrasburgo. Comí mucho, bebí muchísimas cervezas con porcentajes alcohólicos desmesurados y en un giro inesperado del destino, hablé más francés que de costumbre. Se debe a que mis amigos no hablaban ni una palabra de francés. Te lo resumo con este interesante intento de decir chocolate blanco en francés, que básicamente se podría decir como chocolate en inglés ("chocolate") y negro en inglés ("black"). Creo que bajé tanto el autoestima de mi amigo, que nunca hablará francés. En general, fue un fin de semana estupendo y una oportunidad agradable para ver caras muy conocidas, además de ofrecer a dichas caras la oportunidad de visitar la maravillosa ciudad de Estrasburgo.
¡Ahora estoy de vuelta en el Reino Unido! Volví a cruzar el túnel del Canal de la Mancha temprano, pero a diferencia de cuando me fui en septiembre, no tuve ningún problema. Voy a estar dos semanas en Arnhem Way y quiero aprovechar al máximo mi estancia aquí.
Ya no tengo más que contar, solo puedo decir que tengas unas fantásticas Navidades y un Año Nuevo espectacular. À plus tard les amis!
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