Estocolmo: la ciudad que cambiará tu vida para siempre

Estocolmo fue la ciudad que elegí para mi experiencia Erasmus. Había varios motivos por los que escogí esta ciudad y no otra. Estaba estudiando sueco en la universidad (y así al menos podía practicar el idioma en el país, ya que para entonces solo podía decir "Hej, jag heter potatis", o sea, "Hola me llamo patata") y también me encantaba (y me encanta) el invierno y el clima frío en general.

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No me esperaba que esta experiencia me cambiara la vida para siempre ni que me hubiera hecho tomar decisiones que nunca en la vida antes había siquiera imaginado que hubiera tenido que tomar (vaya, qué repetitivo suena).

Me fui sola al bosque y estuve remando en un lago precioso que hay cerca de la Universidad de Estocolmo —cosa que casi le provoca un infarto a mi madre— y recogiendo setas, que por suerte no eran venenosas, de hecho, madre mía las setas Kantarel que cogí ¡estaban riquísimas! Fue la primera experiencia directa con la naturaleza que había tenido prácticamente en toda mi vida. Siendo de Roma, es bastante difícil encontrar un prado o naturaleza salvaje e intacto como en Suecia.

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Pero esto no acaba aquí. Además en Estocolmo conocí al amor de mi vida. Un chico fantástico, con una historia increíble que contar y que, de hecho, acababa de volver a Estocolmo (por no mencionar lo adorable que es y que por entonces ya podía hablar como 6 idiomas). Nos conocimos por casualidad en un pub cerca de la universidad y nos enamoramos a primera vista. Ahora, un año después de que empezara mi curso Erasmus, vivimos juntos en un apartamento precioso de Estocolmo y a 5 minutos del bosque. Cada día estoy más enamorada que el día anterior. Decidme si no es perfecto.

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Aunque, sinceramente, esta historia no fue siempre un cuento de hadas. Estocolmo me hizo enfrentarme a una época difícil y me ayudó a alejarme de las malas influencias que estaban arruinando mi vida. Es por eso por lo que siempre le estaré agradecida a mi experiencia Erasmus pero, sobre todo, a la preciosa e increíble ciudad de Estocolmo.

Y aquí os dejo un kanelbulle, para agradeceros haber leído mi entrada en este blog.

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