Estocolmo 4/6

Tras pasar gran parte de la mañana visitando Skogskyrkogården, el Cementerio del Bosque. Volvimos al centro de la ciudad, cogimos el metro y nos bajamos en Gamla Stan. Ahora lo podíamos ver de día, aunque estaba un poco nublado y nevaba un poquito. Recorrimos sus calles y nos dimos cuenta de que las recordábamos de la noche anterior. Ahora se podían apreciar más los colores y nos fijábamos más en las estatuas y fachadas.

En mi opinión que los edificios sean tan coloridos hace que te olvides un poco del frío que hace. Además alegran la ciudad y parece muy viva. Todos estan bien cuidados como se puede ver en las imágenes.

Atravesamos el mismo puente que habíamos atravesado la noche anterior antes de encontrar el Kungsträdgården y dimos una gran vuelta pegados a la costa para poder llegar hasta la isla vecina Skeppsholmen. Allí se encuentra el museo de arte moderno, Moderna Museet. El edificio fue diseñado por el arquitecto español Rafael Moneo. Lo primero que hicimos nada más llegar fue comer porque era ya muy tarde. Fue una pena porque después nos quedó menos de una hora para visitar todo el museo y no nos dió tiempo, pero al menos la comida era buena. La colección que tiene es amplia y variada, no se puede hacer fotos en el interior.

Salimos cuando ya era de noche, pero aún eran las 5 de la tarde, como veis todo cierra muy temprano en comparación con España. Como queríamos hacer tiempo hasta la hora de cenar decidimos intentar ir a la siguiente isla, esta vez cogiendo un ferry.

Yendo a la Isla de los Museos por la noche

Realmente fuimos un poco a la aventura porque no sabíamos muy bien como llegar hasta ahí. Simplemente caminamos por la isla en la que estábamos y enseguida llegamos a la orilla, vimos una parada del ferry y esperamos a que viniera el barco. Era por la noche y solo estabamos nosotras, he de reconocer que pasé un poco de miedo, sobre todo cuando vino el conductor de un ferry y nos nos recogió porque llevaba otro rumbo. Pero la otra isla, la isla de los museos estaba muy cerca. Mientras esperábamos podíamos ver las luces de un parque de atraciones en su orilla.

Finalmente llegó el ferry que necesitábamos, dentro del ferry también estábamos solas, el panorama era desolador, era como si a partir de las 5 de la tarde todo el mundo se hubiese ido a dormir. Finalmente llegamos y lo primero que encontramos a parte del parque de atracciones fue el museo de ABBA pero iba a cerrar en un hora así que decidimos dejarlo para otro día.

Como todos los museos cerrarían pronto decidimos pasear junto a la orilla, viendo la anterior isla en la que habíamos estado. Se veían las luces del Moderna Museet como cuadraditos blancos volando en la noche. Paseábamos junto a grandes barcos que había allí amarrados, la zona daba un poco de miedo porque estaba oscuro y no había nadie. Nos acercamos al Museo Vasa, que es un museo que se ha construido en torno a un barco que sacaron de las profundidades del mar que baña el archipiélago de Estocolmo. Decidimos que iríamos antes de volver a España.

También pasamos por el Nordiska Museet, que en medio de la noche tenía pinta de Howarts.

Cogimos el tranvía y fuimos al centro, y de ahí caminando a nuestro hostal que no quedaba muy lejos. Como todavía no era muy tarde nos pudimos duchar. Cenamos muy bien en el restaurante que hay ahí y nos fuimos a dormir completamente agotadas.

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