Estocolmo 2/6

Comimos en un centro comercial junto al Kulturhuset, lo cierto es que todas las palabras del menú nos parecieron indescifrables. Por eso, si no sabéis sueco, es importante que llevéis alguna aplicación en el móvil. Gracias a nuestras múltiples visitas a IKEA en España teníamos algo de intuición sobre qué pedir, el problema era que no sabíamos ni cómo se escribía ni cómo se pronunciaba. Finalmente con ayuda del traductor pedimos Köttbullar, que son las albóndigas típicas suecas. Se suelen servir con puré de patata y una especie de arándanos o alguna mermelada y salsa. No sabemos que hicimos mal pero creo que nos pusieron el menú infantil, y las porciones eran mínimas. Así que como nos quedamos con hambre pedimos unas galletas típicas para llevar y nos las fuimos comiendo por el camino.

Primera tarde en Estocolmo

Lo primero que vimos después de comer fue la iglesia S:ta Clara Kyrkas Vänner que se encuentra justo al lado de la plaza Sergels Torg. La rodea un parque que está dentro de un recinto vallado. Como era febrero y Estocolmo está tan al norte ya era casi de noche. Entramos en el parque y vimos la iglesia pero por poco tiempo porque queríamos llegar a Gamla Stan antes de que anocheciera. En el camino pasamos por debajo de una grúa, no lo contaría como anécdota si no fuera porque también pasaban coches por debajo de ella.

Cuando llegamos ya era demasiado tarde, decidimos pasear por esta isla que es donde se originó la ciudad de Estocolmo. Entramos por una gran puerta de lo que parecía una muralla, en realidad estábamos atravesando el Riksdag Riksdagshuset, es la Oficina del Gobierno Federal. Ya había caído la noche y miles de luces alumbraban esas antiguas calles. Paseamos cerca del agua siempre que pudimos para contemplar las otras islas iluminadas en medio de la noche, tambien se veían barcos amarrados.

Ya habíamos recorrido toda la isla cuando decidimos que era hora de ir a cenar y a dormir. Se nos ocurrió mirar el reloj ¡Eran las cinco de la tarde! Para salir de la isla fuimos por un puente que nos llevó a un parque. Era Kungsträdgården, habían retirado la nieve a los lados de los caminos para que la gente pudiese pasear. Fuimos por ahí y tocamos la nieve, estuvimos haciendo el tonto en esos montones de nieve sucia hasta que de pronto vimos que había una pista de hielo.

Pasamos el resto de la tarde patinando sobre hielo por unos 7€ cuando nos cansamos decidimos regresar hacia el hostal. De camino encontramos una hamburguesería en la que no habíamos podido cenar el día anterior porque había mucha gente. En todos los restaurantes hay una velita en cada mesa, es encantador.

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