Jardín Botánico de Copenhague

Introducción

¡Hola a todos! Espero que estéis bien.

En este artículo os quiero hablar de el Jardín Botánico de Copenhague, es un lugar maravilloso y no se parece en nada a los jardines botánicos en los que había estado antes de visitar el de Copenhague.

Para ser sincera, no es que me encante ir a sitios como los jardines botánicos o zoos, pero mis amigos querían ir y, ya que estaba en Copenhague y podía ir gratis, no necesitaba más motivos para ir al jardín botánico. Además, estaría con mis amigos, pasaríamos el rato y sería interesante. Bueno, obviamente no es que me llamara la atención ver todas esas flores, pero algunas parecían bastante interesantes y a veces es bueno estar en la naturaleza y ver todos esos distintos tipos de flores y plantas que conservan en los jardines botánicos de las ciudades.

A mi madre y mi abuela les encantan las flores y plantas y nos llevaban al jardín botánico de Batumi, que está al oeste de Georgia junto al mar Negro y es un lugar precioso y enorme con muchos tipos de plantas de distintos países que se cultivan muy bien. He ido un par de veces y es un buen sitio así que si tienes tiempo deberías quedarte allí y visitar todos los sitios de allí, ver las plantas y disfrutar la visita al jardín botánico de Batumi. Además, la entrada no cuesta mucho, no vale casi nada en comparación con otros sitios importantes y cosas así en otros países, así que no creo que te arrepientas de pagar la entrada al jardín botánico de Batumi.

No había oído hablar del jardín botánico de Copenhague hasta que lo mencionaron mis amigos y ni siquiera pensaba ir, pero cuando me dijeron que iban y que la entrada era gratis, decidí que iría con ellos. Aun así tenía otros planes ese día, no pretendía pasar mucho tiempo en el jardín botánico y así podría ir a visitar otros sitios.

Así que después de visitar el castillo de Rosenborg, mis amigos y yo fuimos al jardín botánico, que estaba bastante cerca así que no tardamos mucho en llegar. Llegamos pronto y pudimos pasar directamente, sin avisar o lo que sea que te imagines que se necesitaría para entrar al Jardín Botánico de Copenhague.

Había un invernadero enorme justo en el centro, junto con algunos árboles tropicales y una escalera blanca de caracol donde te puedes subir para mirar las plantas desde arriba.

También hay un sitio con mesas al que puedes ir a sentarte y merendar algo y tomarte un café; se está genial, pero cuenta con que te van a clavar con la cuenta.

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