Un bosque en el centro de la ciudad
Hace poco volví de Granada donde visité, entre otras cosas, su famoso jardín botánico. Este jardín botánico es un oasis de vegetación ubicado en el centro de la ciudad; un lugar donde relajarse después de un sábado ajetreado entre el tráfico y la gente de Teherán.
La entrada es muy barata, unos 5 euros por persona, y tiene descuentos para estudiantes y jubilados. Tuve suerte y pude ver caminos de rosas, con sus docenas de colores y perfumes, que me cautivaron. En el jardín japonés había árboles asiáticos con flores preciosas de color rosa y lila. Había también jazmines que impregnaban el aire de una dulce fragancia. Recorrer los caminos de un jardín botánico es la mejor manera de escapar de la vida diaria y relajarse.
El camino que lleva a los invernaderos es encantador y, además, tuve la oportunidad de ver algo que me hizo mucha ilusión: ¡nenúfares! Leí que los nenúfares pueden sostener a un niño pequeño, aunque nunca pensé que fuera así, por lo que me impresionó bastante leer eso. Al lado, había unas flores lilas muy bonitas. Y junto al invernadero, crecían muchísimas flores exóticas. Cerca del herbario había también varias palmeras, ¡qué maravilla! Me sentía como en una tierra exótica. Las flores fueron lo único que me llamó la atención, pero el paseo fue muy vitalizante. ¡Vale la pena!
Había una especie de bosque que me hizo sentir como si estuviera en la montaña. Ese día había llovido y los caminos empedrados resbalaban por el barro. Al final, nos cansamos de estar tanto rato de pie. Otra cosa que hace interesante el jardín es su tamaño: caminamos por allí sin rumbo, sin encontrar la salida. ¡Pero encontré rosas! Estoy segura de que este lugar debe estar precioso en verano.
Te recomiendo que visites el bosque una tarde en la que tengas mucho tiempo para recorrerlo todo.
En la actualidad, el jardín cuenta con 14 hectáreas de terreno aptas para el crecimiento y desarrollo de plantas de todos los continentes. Se cultivan unas 10 000 plantas en el jardín, que se divide en varias áreas: sistemática, fitogeográfica, ornamental, medicinal y de interés económico.
El área ornamental incluye una gran variedad de plantas decorativas. Contiene más de 100 tipos de tulipanes, jacintos, flores de azafrán, narcisos, y más de 300 clases de rosas que inundan el aire de su peculiar aroma, así como varias plantas decorativas que se pueden encontrar en jardines de todo el mundo; puedes deleitarte con los claveles, dalias, petunias, gladiolos, iris y demás flores del jardín mediterráneo.
El jardín romano, o jardín de Pliny, se encuentra alrededor de la estatua de la diosa de la agricultura, Ceres. Aquí se exponen además algunos restos arqueológicos descubiertos en la ciudad romana de Londres, incluyendo dos sarcófagos romanos. También hay una colección de plantas que se usaban para decorar los jardines romanos. Además, hay plantas en representación de toda la geografía rumana: la meseta de Transilvania, las llanuras de Banat, los montes Cárpatos, vegetación moldava y de Oltenia, a las orillas del mar Negro.
A mano izquierda hay cientos de flores de colores vivos, sobre todo rosas. Me sentí atraída por su olor de inmediato. A la derecha, están los edificios administrativos y el Museo Botánico.
Y justo en frente tenía docenas de estatuas de enanos decorando el jardín (aunque me pregunto qué pensarán de algunas plantas que, tradicionalmente, se considera que traen mala suerte). Lo único que lamento es no haber podido entrar a los invernaderos, porque la última vez que pude entrar vi que eran maravillosos.
Después de tomarnos un descanso en unos bancos de la zona, nos dirigimos al jardín japonés, un rincón que me fascinó desde la primera vez que lo vi. Por desgracia, el área estaba descuidada y las aguas del lago bastante sucias.
De allí nos dirigimos a otro invernadero, pero primero pasamos por un herbario con plantas acuáticas y vegetación australiana y otro con palmeras y vegetación mediterránea. Los invernaderos son de una belleza increíble; es difícil explicar el placer que da a los sentidos observar tantas plantas impresionantes.
Por eso os dejo algunas fotos para que lo veáis, ya que creo que describirán la escena mejor que yo. Una vez salimos de los invernaderos, seguimos paseando por los caminos del jardín, recorriéndolo y contemplando la belleza del jardín romano y disfrutando de la sombra cerca del arroyo.
No tengo palabras para explicar cómo de contenta, alegre, satisfecha y recargada salí de ese jardín... Con sus cientos de flores, cactus, árboles, su precioso diseño y su ambiente limpio y tranquilo. Te recomiendo que visites este sitio si vienes por la zona porque no te arrepentirás. Desde que cruces sus puertas, el aroma celestial de las flores te llevará a un mundo de paz.
La entrada cuesta unos 5 € para adultos y tiene descuento para estudiantes y jubilados.
Pros:
- Ubicación excelente, con fácil acceso y a menos de 10 minutos del centro a pie. Si vienes entre mayo y septiembre, te embriagará la belleza del jardín y de todas las flores que verás.
- Áreas muy interesantes y tranquilas.
Contras:
- El área este del jardín, en especial los invernaderos, están algo sucios y deberían limpiarse.
- El área del depósito de agua está descuidada, tanto que parece a propósito comparada con el resto de áreas.
- El jardín japonés no está bien organizado.
A pesar de esto, creo que el Jardín Botánico es un oasis de paz y tranquilidad, un rincón natural en el centro de la ciudad que no te puedes perder en Rumanía.
¡Pásalo bien!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: The forest from the middle of the town
- Português: A floresta do meio da cidade
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