Olivo Café

El Olivo Café fue uno de los primeros sitios que descubrí en Cluj-Napoca (tras casi una semana hibernando). Me pasaron el contacto de una chica rumana que hizo su Erasmus en mi ciudad natal, quedé con ella y me preguntó si necesitaba ayuda en mis primeros días allí.

Esta cafetería está en pleno centro de la ciudad, a pocos metros de la Piata Unirii y de la iglesia de San Miguel. Es, en mi opinión, una auténtica maravilla, el lugar perfecto al que ir cuando nuestra profesora nos hacía levantarnos pronto para ir a clase a las ocho de la mañana o donde ir a desayunar con amigos. Es un lugar cálido desde donde se puede observar la nieve caer en el exterior.

No es un local muy grande y su ambiente es muy acogedor. Las paredes, las mesas de madera oscura, las cómodas sillas y bancos, los espejos, las lámparas de araña que emiten una cálida luz. Aquí siempre hay un ambiente tranquilo. También es el lugar perfecto para estudiar o trabajar. El wifi es de acceso abierto y gratuito y es, quizá, una de las razones por las que fui en muchas ocasiones. Me gustaba mucho ponerme en la mesa de al lado de la ventana para mirar a la gente que pasaba por la calle.

La mayoría de las veces fui solo para desayunar o para tomar una bebida caliente, pero también es posible comer algo.

Su oferta de bebidas calientes es muy variada y reconfortante durante el invierno. Hay una gran variedad de cafés, capuchinos, cafés latte, tés, etc. Mi preferido era el latte a la vainilla, pero lo había de más sabores. Su té de roiboos también estaba exquisito y para los que necesiten entrar en calor aconsejo el pumpkin latte, una bebida muy especiada. Prestan mucha atención a la presentación y a veces da hasta pena romper el dibujo que crean con la espuma del café.

A veces quería acompañar mi bebida caliente con algo de comer y debo confesar (aunque suene a cliché) que probé los distintos tipos de cruasán: de mantequilla, rellenos de chocolate o de jamón y queso (este es el que más recomiendo). Para desayunar también es posible pedir un salteado de verduras con huevos o incluso una fritatta, por ejemplo.

La verdadera razón por la que nunca comí en el Olivo Café es que el precio de los platos principales era, por lo general, bastante elevado en comparación con los de otros restaurantes de Cluj-Napoca.

Sin embargo, es un lugar que, sin duda, recomiendo, sobre todo si estás solo y no sabes qué hacer por la mañana. Es el lugar ideal para leer un buen libro y acompañarlo con un buen café.