Las tres bahías más bonitas de Ayia Napa y Protaras, Chipre
Las tres bahías más bonitas de Ayia Napa y Protaras, Chipre
¡Hola a todo el mundo! Hoy os traigo el tercer post de Chipre. Anteriormente os hablé de la ruta por las playas que hicimos en Ayia Napa (podéis leer aquí) y de diez lugares que yo considero imprescindibles en vuestra visita a Chipre (podéis leer clicando aquí). Hoy continuamos con la temática y es el turno de las bahías que están por toda la costa de Ayia Napa y Protaras. Las bahías son lugares muy populares para los turistas pues se encuentran playas bastante tranquilas y suelen tener todo tipo de facilidades y servicios como hoteles, restaurantes o supermercados. Sin embargo, yo siempre intento ir un paso más allá y alejarme de las masas así que hoy además de enseñaros tres bahías, os quiero mostrar dónde podéis estar en paz y tranquilidad en cada una de ellas. ¡Empezamos!
Konnos Bay
La primera bahía que visitamos se llama Konnos Bay y está localizada en Protaras. En el post anterior os hablé de dos lugares que están cerca de aquí y son Agioi Anargyroi Chapel y Stone Arch (también conocido como Kamara tou Koraka). Se puede ir andando desde la bahía pues sus primeros dos kilómetros siguen prácticamente toda una línea de costa que te lleva hacia ellos. Por el camino hay muchos puntos interesantes desde donde se obtienen buenas vistas y además, en esta ruta se puede observar la vegetación típica de la isla de Chipre como son, por ejemplo, los olivos salvajes o los algarrobos. Y como advertencia, esta ruta solamente puede hacerse andando, las bicicletas y las motos están totalmente prohibidas.
Lo que me gusta de Konnos Bay es que está rodeada de vegetación verde, lo que contrasta perfectamente con sus aguas azules cristalinas. A pesar de que Konnos Bay es una bahía muy orientada al turismo (ofrece todo tipo de deportes acuáticos, tiene tumbonas y sombrillas de pago, es una zona un poco privatizada, etc.), podréis encontrar pequeños espacios donde estar solas y solos, lejos de la gente. Por ejemplo, Ángel y yo encontramos esta pequeña escalera de madera que daba al mar. Justo antes, tuvimos que atravesar un bar-chiringuito muy agradable con vistas al mar. La playa de Konnos Bay no la tocamos, pues estaba abarrotada, así que nos quedamos aquí todo el tiempo que estuvimos. Una vez más, me sorprendía que la gente prefiriese estar donde la muchedumbre, pues realmente este lugar, situado en el extremo derecho de Konnos Bay mirando hacia el mar, es mucho mejor que cualquier tumbona a la sombra.
Finalmente, después de unos cuantos chapuzones, nos fuimos a comer a un restaurante que quedaba encima de la “colina” de la bahía, arriba del todo. Comimos genial, pero de eso os hablaré en el siguiente post. En conclusión: Konnos Bay es visita obligatoria.
Fig Tree Bay
Solamente a 10 minutos en coche de Konnos Bay, se encuentra Fig Tree Bay. Mucho más grande que la primera, tengo que decir que me gustó bastante más. Es cierto que toda la línea de costa está custodiada por los hoteles estropean un poco todo el paisaje, pero si os vais a cualquier extremo de la bahía, podréis disfrutar del sonido del mar. Ángel y yo estuvimos en la parte de la derecha de Fig Tree Bay, mirando hacia el mar. Aquí se encuentran hoteles a escasos cinco metros de la playa. Nosotros nos colocamos en las rocas que teníamos enfrente, dejamos ahí nuestras toallas y nos metimos en el agua. Además, como podéis ver en la siguiente foto, Fig Tree Bay tiene también (como Konnos Bay) esta especie de escaleritas de madera que te llevan directamente al agua del Mediterráneo. La siguiente foto es simplemente espectacular. El color del agua y su limpieza hipnotiza de forma total. Quería quedarme ahí todo el día, dentro del agua y disfrutando del sol.
Realmente, llegó un momento que no sabíamos si podíamos estar ahí ya que parecía un espacio privado. Todos los hoteles estaban detrás de nosotros y no había ninguna valla ni absolutamente nada que nos impidiese entrar en ellos. Siendo así, pensamos que quizás los hoteles hubiesen comprado esa parte de Fig Tree Bay, pero lo cierto es que no: era público. Este patrón de hotel al lado de la playa es un patrón que se repite por toda la isla de Chipre. Tienes la línea de playa, las rocas, caminas tres metros y estás en los jardines o piscinas de los hoteles donde todo el mundo está tumbado. Para nosotros hubiese sido muy fácil sentarnos en estas zonas del hotel y que nadie se percatase. Esto me sorprendió mucho porque es algo a lo que no estoy acostumbrada. Aun así, nos quedamos en las rocas porque estábamos de maravilla. Estuvimos nadando toda la tarde, el agua estaba buenísima y también era súper azul y clara en muchas partes, donde buceamos y vimos a los peces, que no se movían en absoluto cuando pasábamos por su lado.
Desde aquí podíamos ver perfectamente la línea de hoteles de color blanco, la playa de arena con las tumbonas, los bares, restaurantes, chiringuitos y toda la gente que estaba tomando el sol en la tumbona. También vimos que los deportes acuáticos más extravagantes que vimos en Ayia Napa se volvían a repetir aquí.
Al final de la tarde, decidí seguir el camino del hotel e investigar a ver qué había más allá y me encontré con esta especie de pequeña bahía, algo así como una piscina natural. Como podéis ver, apenas hay gente, así que era un lugar muy acogedor. Además, quedaba detrás de lo más popular, prácticamente escondido, por eso nadie sabe de él.
Después de pasar aquí casi toda la tarde, cogimos el coche pues nos tocaba visitar la última bahía.
Sirena Bay
Con un nombre fácil de recordar, lo escribimos en el Google Maps y nos dirigimos a nuestro destino final de este día: Sirena Bay. Decidimos venir aquí porque habíamos visto un bar bastante acogedor, como un chiringuito de playa pero algo más grande. Como podéis ver en las siguientes fotos, se nota que este bar está muy cuidado y la decoración es muy alegre y veraniega. Nos tomamos un café frío y un smoothie de frutas del bosque. Tengo que decir que fueron un poco caros y la calidad no era muy alta, pero al menos nos refrescamos un poco. Una vez más, estábamos prácticamente solos. Me imagino que a medida que avanza el verano, en los meses de julio y agosto, esta zona se llena más porque es muy bonita.
En Sirena Bay hay una pequeña playa de arena muy familiar. Se nota que aquí hay más gente local y menos turistas europeos. Fue el sitio donde había menos gente y yo decidí disfrutar de mi último baño del día.
Esta pequeña bahía también incluye un pequeño paseo por toda la línea de costa que no dudamos en recorrer. Aquí os dejo las últimas fotos del post, que son preciosas. Por todo este caminito, había tumbonas, hamacas para sentarse y también pequeñas playas llenas de piedritas. Fue la bahía que más me gustó, además, ya se estaba escondiendo el sol así que la luz era preciosa. Se respiraba paz y tranquilidad. Las niñas pequeñas jugaban en la arena y todo el mundo estaba relajándose. Para mí, de los mejores lugares del viaje en cuanto a atmósfera. Es curioso como a pesar de no ser un paisaje impresionante (como pudieron ser otros como Sea Caves o el Blue Lagoon), es el que mejor recuerdo ahora ya pasado el viaje.
Y hasta aquí el post de hoy. Espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente post con más contenido sobre Chipre. No olvidéis compartir si os ha gustado y dejarme en comentarios vuestras opiniones. Muchas gracias por leerme y nos vemos pronto. Un saludo.
Galería de fotos
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Comentarios (2 comentarios)
Fátima chamadoira hace 5 años
Hay que ver qué bonitos son los topónimos del país. Muy literarios y evocadores. De nuevo, gracias por compartir tus viajes con los lectores.
José Ramón Iraola hace 5 años
Esas aguas cristalinas son atrayentes. Apetece sumergirse en ese mar, en esas bahías. Precioso.