Mi experiencia Siciliana

No voy a empezar esta experiencia relatando mi llegada al aeropuerto de Catania a finales del mes de septiembre de 2007, ni tampoco quejándome del largo viaje con escala en Milán tras una larga noche de despedida por Madrid... No, mi experiencia inicia antes, sobre el mes de marzo; gracias al profesor de Derecho Comunitario, que haciendo honor a su asignatura, nos insistía en conocer Europa, y que mejor que con una beca Erasmus y conocer parte de nuestro continente, viajando para enriquecernos, que creo que es algo que todos los que formamos parte de ESN y de Erasmusu compartimos de manera clara.

Quizá la mayoría de vosotros habíais planificado vuestro Erasmus con tiempo, valorando los pros y contras (si es que tiene alguno), pensando en las becas (tema importante), las posibilidades de viajar desde la ciudad elegida y demás aspectos importantes. Pues bien, yo el mismo día que salió la convocatoria de las becas me hablaron de ellas, y sin pensarlo demasiado, pedí consejo sobre algunas ciudades italianas, y bien la elección no pudo ser mejor: Catania, a los pies del volcán Etna, que domina imponente la isla de Sicilia.

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Ahora sí, una vez pasados los formalismos, contratos, y una vez con los billetes de avión en mano, era hora de partir hacia el destino que a todos nos ha cambiado en cierto modo la vida, era el 22 de septiembre.

La llegada no fue para nada fácil, sólo y con 30 kg de pesada maletas, y como no, como tantos de vosotros, sin piso y con un nivel cero de italiano, un inglés que por esas tierras no conocen y escuchando voces en siciliano, que con el tiempo sería capaz de descifrar.

Pero eso fueron los primeros días, la primera semana... la solidaridad que despierta en las personas el "ser Erasmus" pudo con todo eso, quien hablaba un poco más de italiano ayudaba al que como yo no tenía la menor idea, y de esta manera la gente que nos conocimos en el famosísimo Hostel Ágora, o como allí lo conocen "l'Ostello", fuimos encontrando piso y empezando a vivir y sufrir el día a día siciliano.

Entrando a profundizar más en la experiencia Erasmus-Siciliana, allí no existe la prisa, lo que no puedas hacer hoy hazlo mañana; si tienes moto y ves que puedes circular por la acera, hazlo, ¿porqué no? si así llego antes... y tu, señor peatón, ¿ves algún paso de peatones?, no, no lo veo, pues da igual, cruza que no pasa nada, y no pasa nada, los coches paran amablemente y no te pitan con el claxón ni dedican piropos a tu madre, a tu familia, ni hacia tu persona.

Es el orden dentro del caos, todo funciona a su manera. Cada semana hay una huelga en la "bellissima" Piazza Duomo, junto al elefante Liotru se congregan los huelguistas de turno, normalmente funcionarios del ayuntamiento o barrenderos.

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Dentro de ese caos, y de manera diaria, tenemos el mercado de La Fiera, que tantas veces hemos visto montarlo a eso de las 5 o 6 de la mañana, cuando el grupo de Erasmus españoles volvía a casa, cantando el Himno del Catania, ya esos humildes trabajadores cataneses se afanaban en montar su puesto para ofreces al ciudadano todo lo que quiera, y siempre a precios increíblemente bajos.

La cultura siciliana, no es muy diferente a la española, siempre lo he dicho, en ningún momento en mis 10 meses por esa maravillosa tierra me sentí extranjero, cierto que somos latinos, pero la amabilidad de la gente, su cariño y afecto eran realmente impresionantes. Por encima de todo, destaca la pasión que sienten hacia Santa Ágata, patrona de la ciudad, a la que dedican 3 días de fiesta a principios de febrero; una marea humana de gente, y no exagero, inunda las calles, cerca de un millón y medio de personas se citan en Catania entre el 3 y el 5 de febrero; un ejemplo, para cruzar una calle y hacer un recorrido a pié de 15 minutos, puedes llegar a tardar 1 hora y media.

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En cuanto al ocio, todas las noches siempre hay ambiente universitario, de hecho puede llegar el fin de semana y no te apetece salir, si si, increíble pero cierto... Los lunes puedes ir al l'Ostello, cerca de Piazza Duomo, simplemente a beber cerveza en la calle, en una plaza pequeña donde se sitúa el Hostal Ágora. Los martes y los miércoles siempre había alguna fiesta Erasmus en algún local, pero los precios no eran muy apetecibles, por lo que la fiesta en el piso antes de salir se hace imprescindible, luego te pasas por el pub a tomarte algo y a estar con el resto de la gente Erasmus, siempre por Piazza Teatro Massimo, lugar donde hacíamos nuestro botellón oficialmente, españoles: fácilmente reconocibles con sus bolsas con bebida... El jueves era noche Carlitos, un restaurante mexicano que se convierte en pub los jueves, cerca de Piazza Duomo también, con un ambiente inmejorable. El fin de semana era otro ambiente, más gente de la ciudad, no tanto ambiente universitario... lo que invitaba a quedarse en casa, o salir en un plan más tranquilo.

La gastronomía merecería un capítulo para ella sola, pizzettas, cornetti, carne de caballo, arancini, cannolli... Gran variedad de restaurantes, pero a precios altos, muy altos en relación a lo que se paga en el mercado de la Fiera por ejemplo. Lo que a nosotros nos interesa son las maravillosas "mensas", comedores universitarios, donde a los Erasmus por 1, 50 € comemos dos platos, ensalada, pan, bebida y postre; o bien una pizza a elegir entre cuatro, bebida y patatas fritas. Es un ahorro de dinero importante...

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El transporte es muy malo, los urbanos no llegan cuando se les espera, y la frecuencia de paso es algo que en algún lugar está escrito pero no vale para nada. La picaresca española se dejó notar en esos meses, el sistema de picar el billete, con nosotros no iba; a menos que un controlador hiciera acto de presencia en el bus.., en ese momento entraba el pánico colectivo junto con el controlador, porque, o no tenías billete o no te daba tiempo ni a bajarte ni a picar el billete; nunca me pilló el controlador, tampoco usé demasiado el bus, pero se conoce que las multas no salieron de la isla. Con el tren pasa algo similar, para el mismo trayecto, se tarda el doble de tiempo que en coche. Por el contrario, las autovías están bien, demasiadas con peaje, existen 3 en toda Sicilia, y la única que no se paga es la Catania-Palermo.

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En cuanto a los precios, el alquiler de una habitación individual está entre los 150 € y los 300 €, dependiendo del piso cómo y dónde esté, pero lo más común es pagar entorno a 180 €, luz, agua y comunidad a parte. En realidad con un presupuesto de 500 € al mes, puedes ir más que sobrado..

Pues bien, entre tanto, mientras descubres todas estas cosas importantes para el día a día, te haces con tu pequeña familia siciliana, que puede estar formada por gente de todas las nacionalidades, aunque allí los españoles éramos mayoría absoluta. Pero os recomiendo que siempre haya algún siciliano, son gente encantadora, y te ofrecen todo lo que tienen y te abren su casa sin esperar nada a cambio; esa fue mi historia, de hecho los últimos días los pasé viajando por la isla con mis vecinos sicilianos, comiendo en su casa con su familia, y forjando los últimos lazos de una amistad que a día de hoy sigue viva.

Por suerte, los cataneses y sicilianos en general, también se dejan ver por Jaén, y el conocer a cada uno de ellos es una alegría inmensa, poder recordar los momentos vividos en su tierra y hablar de nuestra ciudad.

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Lo que fue una idea loca por el mes de marzo de 2007 se convirtió en la mejor decisión de mi vida.