Sziget Festival
Por fin llegó el gran día de ir al Sziget Festival. Se hace en la isla Margarita, en Budapest, y está a 15 minutos del centro, más o menos. Estaba muy emocionada. Había escuchado muchas cosas sobre el festival, pero no sabía exactamente lo que me iba a encontrar. Algunas personas me habían dicho que era totalmente diferente a los festivales checos. Primero, habíamos pensado en comprar las entradas del viernes y del sábado, para ver qué tal, aunque queríamos quedarnos hasta el lunes. Nuestro plan era levantarnos pronto para estar allí lo antes posible, pero desayunar e irnos nos costó un poco. Hacía sol. Cogimos un bus hacia la isla y después tuvimos que caminar un poco. Fue agotador ya que llevábamos una mochila enorme, una tienda de campaña, sacos de dormir y una colchoneta. De hecho, David era el que llevaba la mayoría de las cosas y yo estaba agradecida, ya que odio llevar mochilas pesadas.
Dicen que el Sziget Festival es uno de los mejores festivales de Europa –a veces dicen que es el mejor–. El primer motivo es el tiempo. Bueno, nadie puede decir que hará buen tiempo, ya que es impredecible (aunque en los últimos años hiciese sol y buen tiempo por las noches). Este tiempo hace que la gente esté relajada y haya un ambiente genial. Otro motivo es el cartel. La primera vez que vi el cartel del festival tuve que leerlo dos veces. No podía creerlo, ya que estoy acostumbrada a ver, como mucho, a dos cantantes buenos en un festival. Cuando leí este me quedé alucinada. Había uno mejor que otro. Estaban mis dos grupos favoritos –Muse y Sum 41– y fue la hostia. Es un festival con diferentes tipos de música, desde metal hasta indie o música romaní.
Budapest es una de las capitales más conocidas de Europa. Ir a este festival también te da la oportunidad de ver la ciudad. Además, la isla es una lugar idóneo para el festival porque hay mucho césped y árboles para que no te de el sol. Este festival tiene un acuerdo con el transporte público de Budapest, por lo que puedes comprar un City Pass –bono transporte– con tu entrada. Con este bono puedes usar cualquier tipo de transporte, incluido el barco. También incluye una entrada para las termas. Nosotros compramos un bono de dos días y fue una buena idea. Tuvimos un paseo en barco, cogimos el metro y fuimos a las termas. Allí puedes relajarte, es una buena opción para ir después (o antes) del festival. Tienen baños con agua caliente y fría. También puedes ir a la sauna.
Van, aproximadamente, 60 nacionalidades diferentes, ya que Hungría está bien situada. Vimos a muchos franceses, holandeses, alemanes, belgas y húngaros. Se pueden escuchar muchos idiomas y la sensación es única (gracias al ambiente amigable). En la isla hay muchas cosas y la gente es sociable. Por ello, tienes la oportunidad de hacer alguna actividad o conocer gente nueva. Para los juerguistas, hay fiestas que duran toda la noche. Como no sabía eso, la primera noche me costó mucho dormir. Me acostumbré a ello y el resto de noches llegaba tan cansada que me dormía enseguida. Me quedaba alucinada con los bares. Cuando nos íbamos a dormir, la fiesta era una locura, con gente bailando por todas partes. Todos los bares estaban llenos.
En cuanto a alojamiento, hay muchas opciones. La entrada incluye acampada «básica». Con básica se refiere a que puedes acampar en casi cualquier sitio de la isla. Hay opción «vip» para los que quieran más duchas y piscinas. Por desgracia, cuando decidimos ir, esta opción estaba agotada. También puedes encontrar cualquier otro alojamiento en Budapest. Todo el mundo me decía que acampar en el festival era toda una experiencia. En mi opinión, ¡fue una experiencia horrible! No me gusta nada acampar. Lo único por lo que acepté fue por que no teníamos que pagar más y no teníamos que movernos mucho cuando quisiéramos dormir. Además, podíamos dejar todas nuestras cosas allí y cogerlas cuando quisiéramos.
Lo bueno de este festival es su tamaño. No me preocupaba aburrirme durante los cuatro días que estuvimos. Aparte de los conciertos normales, había muchos espectáculos de baile, circo, zonas artísticas, bares, playa, puestos de comida y una zona para hacer deporte. Asimismo, hacían una fiesta especial en el escenario principal todos los días a las 19:00. El festival empezaba el miércoles, pero las entradas de siete y cinco días estaban agotadas y, para mi, una semana entera de festival parecía mucho.
Cada festival tiene sus reglas. En este, puedes entrar con un litro y medio de bebidas sin alcohol y con comida ilimitada, pero no puedes entrar con bebidas alcohólicas. Queríamos intentar pasar con alguna, para ver si de verdad revisaban a todo el mundo, así que de camino al festival compramos ron para hacer roncola. Cuando llegamos teníamos que esperar en una cola para que nos dieran una pulsera. Había mucha gente. Cuando pasamos, el festival estaba ya animado. Había muchas banderas y señales, y tenías que cruzar un puente para llegar. Escondimos el alcohol en la mochila, junto a la tienda de campaña. Llegué hasta el guardia que revisaba las mochilas. Le empecé a enseñar todas mis cosas y cuando vio mi suave almohada en forma de oveja dijo: «vale, ya está. Puedes pasar». Después no miró las cosas de David y nos alegró haber pasado con alcohol. Con el control de entradas no era tan sencillo. El segundo día vimos a muchos chicos con una camiseta amarilla en la que ponía «stuff» que paraban a gente aleatoriamente para que les enseñaran la entrada. Por suerte no nos preocupaba, ya que teníamos la entrada del viernes y sábado.
Lo único que teníamos que hacer era encontrar un buen sitio para acampar. La isla era enorme. Para mi, poder acampar en cualquier sitio de la isla ¡me alucinaba! Las zonas no estaban divididas en conciertos y campin. Todo estaba junto. Sin embargo, encontrar un buen sitio fue algo difícil. Como no llegamos el primer día, tuvimos muchos problemas. Todos los sitios estaban llenos. La gente acampaba en zonas llanas y en zonas con arbustos. Esperaba que David encontrase un buen sitio. Al principio vimos un sitio cerca de los escenarios, pero había unas pocas tiendas de campaña, lo que era sospechoso. Después llegaron unos chicos y nos dijeron que no podíamos acampar ahí, así que teníamos que buscar otro sitio. Tardamos, más o menos, una hora y fue bastante molesto. Estuvimos buscando un hueco, pero todo estaba lleno. Tuvimos que ir hacia el otro lado de la isla y era imposible acampar cerca de la carretera principal. Nos fuimos al centro con todas las tiendas. Lo único que encontramos fue una colina y decidimos acampar en medio de ella. Después vimos que no fue una buena idea, ya que nos resbalábamos hacia abajo toda la noche. Fue incluso peor cuando vimos que la gente iba ahí para hacer cualquier cosa en vez de ir a los baños. Podría decir que odiamos nuestro sitio desde la primera noche. De todos modos, no pasamos mucho tiempo allí.
Cuando conseguimos un sitio para dormir, nos fuimos a explorar la isla. Me pareció enorme. Había muchas zonas de campin, un lugar llamado «playa», zonas artísticas, circo, escenarios, bares, puestos de comida y demás. En el festival había sitios en los que no podías pagar ni en efectivo ni con tarjeta. Tenían puntos de recarga especiales donde podías comprar una tarjeta y cargarla con dinero para poder pagar con ella. Estaba guay, ya que no había casi colas para comprar comida y era más rápido. Cuando queríamos saber cuánto eran los florines en coronas checas, lo dividíamos entre diez. Era divertido. Normalmente Hungría es barato, aunque los precios del festival eran muy altos. Todo era caro. Una vez pagamos 250 coronas checas (9 euros) por queso frito en un panecillo y, usualmente, esto suele costar 50 coronas (1, 95 euros). Era cinco veces más caro. Una cerveza costaba 65 coronas checas (2 euros), lo que se parecía más a los festivales en la República Checa. Una cosa que me gustó fue poder comprar cerveza de barril o en botella, así a veces podíamos ir al concierto mientras bebíamos de camino una lata de cerveza y así no teníamos que volver.
Primer día
Ya el primer día fue muy divertido. Dos años antes habíamos ido al Colours Festival en Ostrava, el cual es, probablemente, uno de los festivales favoritos de la República Checa. Estuvimos allí cuatro días y lo que más me gustó fue ver a John Newman, Bastille y Manu Chao. No sé cómo, pero estos tres cantantes actuaron el viernes en Budapest. ¡No podía esperar a verlos otra vez!
Sabía que mis dos compañeros de trabajo iban al festival también. Llegaron el miércoles y estuvieron toda la semana allí. De hecho, no esperaba verlos en el festival. Pero como con David éramos solo dos, decidimos quedar con ellos porque un grupo grande siempre es mejor en un festival. Nos vimos cerca del escenario principal, en Casa Bacardi, y se convirtió en nuestro punto de quedada. Era un bar grande hecho de Bacardi, con palmeras y una sala vip en el piso de arriba.
Fuimos directamente a ver algunos grupos juntos en el escenario pequeño y ya estaba de buen humor con mi ropa de verano, mi cerveza y la buena música. Después fuimos al escenario principal para ver a John Newman. Hace dos años su canción "Love Me Again" me volvía loca. Supongo que la había escuchado mil veces. Ya había visto su concierto en Ostrava, pero igualmente estaba emocionada. Pudimos estar en primera fila porque llegamos temprano. Nunca canta solo. Tiene, por lo menos, tres cantantes más. Empezó el concierto con su canción "Losing Sleep", la cual me gusta. Aunque soy su gran fan y adoro su voz, debo decir que es bastante seguro de sí mismo. Sinceramente, no me parece atractivo. Pero no me importó verle bailar y chulearse porque eso es lo que quiero ver en un concierto en vivo (en comparación con Sia). Como estábamos en primera fila, vi casi todo y disfruté mucho del concierto. Josue me subió a sus hombros, así que pude ver perfectamente como cantaba "Love Me Again". Lo malo es que no tiene muchas canciones. Me sorprendió ver que no me sabía todas, pensaba que sí. Cuando acabó quise quedarme allí, pero había bebido mucha cerveza, así que tuve que ir al baño. Por desgracia.
Corrí al baño para poder llegar rápido al concierto de Bastille. Hay 45 minutos entre conciertos, pero la gente se quedó esperando en el concierto de John Newman sin irse a ningún lado. Me quedé flipando cuando vi los baños del festival. Era la primera vez que veía baños normales, algunos estaban limpios y siempre había papel. Por eso siempre quiero ir a este festival en vez de a otros. Además, no tenías que esperar mucho tiempo, excepto cuando había un concierto grande y toda la gente iba al baño después.
Entre conciertos se hacia una "flag party". La idea de hacer una fiesta todos los días a las 19:00 me gustaba. Todas las noches ponían la misma canción y perdían la noción del tiempo. Esa noche se hizo una flag party, en la que teníamos que llevar una bandera de nuestro país. No teníamos ninguna, pero nuestros amigos llevaban una bandera mexicana. Estaba guay, ya que podías ver muchas nacionalidades.
Intentamos ponernos en la primera fila, pero ya era tarde. De todas maneras, teníamos un buen sitio. No suelo escuchar a Bastille, pero en directo son increíbles. Siempre he querido escuchar la voz de Dan Smith en directo, creo que es muy simpático. Les busqué en internet y me pareció interesante que se llamaran «Bastille» porque el cumpleaños de Dan coincide con la fecha en la que se dio la Toma de la Bastilla. Su canción más famosa es «Pompeii». Estaba deseando escuchar «Oblivion» porque siempre me han gustado las canciones románticas y esa sale en mi serie favorita, «Crónicas vampíricas». Ya la había escuchado mil veces en casa y escucharla en directo fue increíble. Me dio la impresión de que la canción duró un segundo, ya que disfruté de cada minuto de ella. Hacen una buena actuación en directo.
No teníamos pensado quedarnos en el escenario principal, pero vimos a nuestros amigos y decidimos quedarnos ahí para ver el principio de Manu Chao. Ya que a la gente no le gusta esperar de pie, se fue todo el mundo y pudimos ponernos cerca (¡estábamos en la segunda fila! ). No conocía más de una canción de Manu Chao, pero decidí darle una oportunidad. Cuando el concierto empezó fue una locura. Todo el mundo saltaba de un lado para otro. Aunque no escuche a este grupo, disfruté mucho de su concierto. Estaban tan metidos en su música y, además, ¡estaba en español! Al final, ¡nos quedamos hasta el final del concierto! Cuando acabó estábamos muy cansados. Era medianoche, fuimos (por fin) a comer, ya que no habíamos podido antes y después nos fuimos a dormir.
La primera noche, para mí, fue la peor. No estaba acostumbrada a ir de campin y no esperaba que hubiese música toda la noche. Por ello, me desperté varias veces durante toda la noche y me asustaba cada vez que escuchaba algún ruido o voces, pensaba que alguien iba a pisarme o a entrar en la tienda. Además, nos resbalábamos colina abajo toda la noche. Cuando me desperté tenía la sensación de no haber dormido nada.
Segundo día
Se suponía que este día sería ¡el mejor de todos! Era increíble que pudiese ver a Sum 41 y a Muse en la misma semana. Me moría por ver a los dos. El primer concierto era el de Muse y empezaba a las 21:30, así que teníamos mucho tiempo antes de que empezara. Por la mañana decidimos ir a comprar algunas cosas, ya que podíamos irnos y volver del festival. Fuimos al centro comercial más cercano para comprar comida y, por fin, pudimos tener un desayuno normal: un batido y un café. La idea principal era ir al centro de Budapest, pero estaba bastante lejos y, aparte, estábamos cansados y había varias actividades en el festival. También había un cartel enorme que ponía "Sziget", como el de Ámsterdam. Efectivamente, me hice una foto con él.
Por la tarde nos encontramos con nuestro amigo, el cual estaba tirando globos de agua a la gente. Era divertido porque la gente miraba a todos lados, sin saber quién había sido. Hacía buen tiempo, así que no pasaba nada. Estábamos viendo por las pantallas a Bring Me The Horizon y, aunque fuese música heavy, ¡me gustó mucho su actuación! Estábamos sentados cerca del escenario principal y había muchos revisores. Les vimos, por lo menos, ocho veces.
Estábamos en el suelo bebiendo cerveza y jugando a un juego de cartas llamado «Whist». Explicar las reglas del juego en inglés fue un poco difícil. No sé cómo pasó, pero gané. Para comer, esta vez, tuvimos ¡un kebab buenísimo! Para beber nos hicimos un delicioso roncola. Llegó la hora de ir al escenario para ver a Muse. Mi amiga húngara también iba a verles, por lo que hablamos de quedar después del concierto. Me moría de ganas de esperar a ver a Muse en primera fila.
Fuimos a la "Colour Party" (la que se hacía todos los días a las 19:00). Estaban tirando polvos de colores a la gente y nos manchamos un poco. Llevaba una camiseta blanca de Muse. Me la regaló David por navidad y, al principio, ¡no sabía que me la iba a poner tantas veces! Es perfecta para el festival y mucho mejor para el concierto. Me gustó mucho esta fiesta. Contábamos las horas para ver a Muse y, exactamente a las 19:00, todo el mundo tiró sus polvos de colores al aire. ¡Todos estábamos sucios y de muchos colores! Me encantó. Las fotos quedaban genial.
Estábamos en primera fila viendo al grupo que tocaba antes de Muse. Se llamaba Sigur Rós. Cada vez que miraba el reloj sentía que teníamos que esperar una eternidad. Eran solo eran dos horas y cincuenta minutos, pero ¡seguía siendo mucho tiempo! Además, no tenía ni idea de que Singur Rós es el grupo más aburrido que he visto jamás. Poca broma. Bueno, no eran malos, simplemente tocaban música lenta. Perfecta para quedarte dormido. Miré el reloj durante su concierto muchas veces. Mientras tanto, conocimos a gente de Italia y Bélgica. Hablar con ellos y compartir opiniones sobre las normas del festival y sus países estuvo guay. Duró mucho tiempo, pero valió la pena. Por fin llegó la hora de ver a Muse.
Cuando salieron estaba muy entusiasmada. ¡Había mucha gente! Era increíble. Cuando miré atrás, vi que estaba abarrotado de gente. Había gente por todas partes. Muse empezó el concierto con la melodía de Drones. Tenían un repertorio musical similar cuando fueron a Praga. Aunque hicimos lo que pudimos y estábamos en primera fila, el concierto de Muse en Praga me gustó más que este. Había menos gente, tenían un escenario mejor (se movía), podía estar más cerca de ellos y tenían mejores efectos especiales (visuales e iluminación). De todas maneras, para mí, fue el mejor concierto del festival. Me convencí a mí misma de lo mucho que me gustan y Matthew (el cantante) estuvo increíble. En el centro del escenario había una parte estrecha que iba hacia el frente y cuando Matt caminaba con su guitarra por ahí, podíamos verle desde atrás mientras las luces lo iluminaban directamente. ¡Fue alucinante! Me encantó el concierto, el ambiente, la música y me sentí mucho más que feliz. Bailábamos, aplaudíamos y gritábamos como locos. Además, tocaron canciones antiguas, había globos y papeles que simulaban ser nieve. Fue inolvidable.
Después el ambiente estaba muy animado y todos los bares se llenaron. ¡Había fiesta por todas partes! Olvidé comentar un sitio que me gustó mucho. Había un escenario donde todos los días había una "foam and bubble party". Por el día estaba la foam party (fiesta de espuma) y por la noche la bubble party (fiesta de burbujas). Me encantaban estas fiestas. Siempre que pasábamos por este sitio quería ir. Solo fuimos por la noche, a la bubble party. A las 2 de la mañana estábamos cansados y nos fuimos a dormir.
En cuanto a los puntos de carga y el internet, no fue nada cómodo. Había varios sitios para cargar el móvil, pero tenías que pagar y siempre había una cola enorme. También había unos pocos sitios con wifi, pero como mi móvil había muerto el primer día no los necesitaba. En vez de cargarlo, decidí pasar unos días sin mirar el móvil. Esto fue liberador, ya que estaba bastante obsesionada con mirar el móvil todo el día. Hicimos fotos con otro teléfono.
Esta vez decidimos explorar las duchas. Fuimos a la una de la mañana para evitar esperar y fue una buena idea. Las duchas tenían mejor pinta que las del Colours Festival de Ostrava. Había muchas, con agua caliente e incluso podía usar secadores. Cuando vi un sitio con wifi, intenté contactar con mi amiga húngara, Orsy, para quedar con ella. Sin embargo, ya era muy tarde y solo fueron al festival una noche. Me puse un poco triste porque no sé cuándo tendré otra posibilidad de verla, pero me alegré de que también disfrutara del concierto de Muse al máximo.
También vimos un sitio que se llamaba Before I Die, donde podías escribir todo lo que querías hacer en tu vida. Estaba súper triste porque cuando llegamos a media noche ya estaba cerrado. En general, me atraen este tipo de actividades. También estaba el Luminarium, el cual estaba siempre lleno de gente y, sobre medianoche, también estaba cerrado. Quitando ese pequeño detalle, estuvimos paseando por la noche y tenían una decoración preciosa. Vimos espejos en los árboles, lámparas en cuerdas y lámparas chinas.
Domingo
Por la mañana fuimos al KFC para tomarnos un café, ya que estábamos muy cansados. Me tomé un batido de chocolate y David un batido de café. Caminábamos como zombis y hacía calor. Todo cambió cuando volvimos al festival y empezamos a beber cerveza.
Cuando volvimos fuimos a ver la zona de playa. Cuando íbamos nos dimos cuenta de que había muchos revisores pidiendo la entrada, así que decidimos comprar una entrada para el domingo. Eran 65 euros. Estaba un poco de bajón por tener que pagar otra entrada (ya habíamos gastado mucho dinero), pero queríamos disfrutar del festival sin preocuparnos de los revisores.
Cuando estábamos en la «playa» estaba un poco decepcionada porque pensé que podía nadar en el río, pero había vallas y era imposible. Había varios sitios para tomarse una cerveza, comer algo o descansar. Uno de los favoritos estaba siempre lleno. También vimos grupos de meditación guiada, pero ya era muy tarde para unirnos. Había sitios donde podíamos fumar una cachimba. Cogimos una manta y nos dormimos en el suelo durante una hora.
A las cinco de la tarde empezaba el concierto de Sum 41. Antes tocaba un grupo húngaro llamado Hallot Pénz. Me gustó un poco su música, pero solo pensaba en Sum 41. Recuerdo haberles visto en el festival Rock for People hace unos años. Me encantan sus canciones y siempre que salgo a correr les escucho. En mi opinión son especiales porque saben combinar las partes aceleradas y motivadoras con las partes lentas y románticas. Un buen ejemplo de esto es Reason to Believe. Últimamente he estado escuchando Sick of Everyone cuando estoy de mal humor. Me daba un poco de miedo estar en primera fila, porque la última vez la gente se volvió loca y me caí durante el concierto. Estaba vez llegamos un poco tarde y estuvimos cerca, pero no en la primera o en la segunda fila. ¡Estuvo genial! El cantante Deryck Whibley está loco. Puede hacer un concierto increíble. Intentó que lo diésemos todo, tenía mucha energía y no nos llamo otra cosa que no fuera "motherfuckers". Ya al principio del concierto nos pidió que hiciésemos un pogo. Un pogo significa hacer un círculo en medio del público y, cuando empieza la canción, todo el mundo entra en él saltando y bailando como locos. Es demasiado para mí, así que simplemente me quedé mirando. La mayoría de gente que lo hacía eran chicos a los que no les importaba nada.
Quitando Fat Lip, In Too Deep y Still Waiting, me enamoré de una canción nueva. Me sorprendía no conocerla de antes. Después del festival la busqué y es We Are All To Blame. Algunas partes de esta canción son un poco fuertes, pero no me canso de oír la parte lenta de Deryck. Estaba disfrutando del concierto al máximo. Estaba cantando y saltando. Había dos chicas de mi edad con las que compartí esta felicidad y fue genial. Venían de otro país solo para ver a Sum41. Me quedé sola en el concierto porque todo el mundo se fue al baño. Cuando empezaron a cantar Pieces, una canción romántica, todos estábamos abrazados y el ambiente era maravilloso. Os aseguro que este grupo es alucinante.
Después comimos y nos sentimos un poco borrachos por toda la cerveza y el ron que habíamos bebido. Descansamos. Por la tarde había un concierto de David Guetta. Estaba deseando verle porque mis amigos habían ido a un concierto suyo hace unos meses y les gustó mucho. Estábamos muy cansados como para ir a la primera fila, así que lo vimos de lejos. Cuando empezó, me gustó su música. Luego empezó a ser aburrido y me di cuenta de que es algo totalmente diferente. Como David Guetta solo es un DJ, ponía las canciones que había preparado y lo único que hacía era quitarlas para decir unas palabras y ya está. Incluso hacía fotos mientras daba el concierto. Por ello no me gustó mucho. Era como escuchar música en mi casa. Todo se centraba en la fiesta. Por lo que decidimos mirar sentados desde lejos. No me lo podía creer, pero incluso me dormí durante el concierto.
¡Después de esto tuvimos una experiencia muy chula! Desde el principio veíamos las actividades del festival. Tenían una zona de arte y otra de deporte. En la de deporte tenían dos tipos de saltos. También tenían un circo montado o puenting. Nada de esto era gratis. Queríamos ir a saltar desde el principio. Después del concierto de David Guetta, fuimos al sitio más pequeño para saltar. Desgraciadamente, estaba cerrado. Por eso fuimos a otro donde la altura para saltar eran ocho metros, pero cuando vimos a la gente saltando no nos dio miedo. La gente se subía, saltaba y caía en un colchón enorme. No dudamos en comprar dos tiques. Primero saltó David y yo le hice unas fotos. ¡Flipé cuando vi que se tiró bocabajo! Quedó genial.
A mi también me emocionaba saltar. Al principio hacía bromas con que no iba a saltar, luego empecé a subir. Cuando estaba subiendo (aún un poco borracha), me di cuenta de que no era una buena idea en absoluto. Cuando miré hacía abajo me asusté mucho. Enserio. Intenté subir a la cima, pero no podía saltar. El chico que trabajaba ahí dijo: «no hay instrucciones. Puedes saltar como quieras». No era fácil, estaba ahí con un chico trajeado que estaba muy nervioso. Estaba en plan: «¿qué he hecho? ¡No puedo saltar! ». Intenté ir hasta arriba del todo, pero no podía saltar. Una locura. No sabía qué hacer. Estaba muy asustada, pero no quería bajar porque ya habíamos pagado el tique. El que trabajaba ahí me miraba alucinado. Y entonces el chico del traje saltó. Cuando lo vi en el colchón supe que tenía que saltar yo también. Cerré los ojos y pensé: «es totalmente seguro. Solo salta». Tengo que decir que fue muy difícil. ¡Vencí el miedo y salté! Fue increíble cuando vi el colchón abajo. Me sentí tan bien que no puedo ni describirlo. ¡Estaba tan feliz de haberlo hecho! Así que, ¡salta desde una altura de ocho metros! (lista de cosas que hacer antes de morir).
Después esa noche bebimos un poco y fuimos a algunos sitios de fiesta. También vimos algún concierto. Hacían algunos trucos con las cuerdas y estaban a gran altura. Teníamos que dormir en las tiendas de campaña, pero ya estábamos hartos de ello. Además, estaban muy lejos. Cuando quería coger algo de la tienda tenía que andar 15 minutos, más o menos. Este día probamos, por fin, un plato típico de Hungría, el langos. Era grande y estaba buenísimo. También había una fiesta de confeti.
Lunes
El lunes decidimos no comprar la entrada. Queríamos probar a ir sin ella. Nos dijeron que si alguien nos pillaba sin entrada teníamos que salir inmediatamente sin coger las cosas. En nuestro caso, eso era un problema, ya que teníamos todo en nuestra tienda y tendríamos que comprar otra entrada de nuevo. Bueno, teníamos la esperanza de que saliese bien. Quería quedarme porque iba a cantar Sia. Me gustan mucho algunas canciones suyas y quería ver cómo era el concierto. Como estábamos hechos polvo, dormimos mucho. Fuimos a la tienda de campaña después de desayunar y estuvimos durmiendo hasta las 14:00.
Por la tarde estuvimos bebiendo. Me pedí un mojito para celebrar que mi madre había encontrado trabajo. Era pequeño y caro, pero estaba delicioso. En el festival había muchas opciones para comer. Había pizza, kebab, comida china, zumos, helados, barbacoa, perritos calientes y más. Íbamos viendo cada sitio y todo era excesivamente caro.
Vimos a muchos fanes de Sia durante todo el día. Incluso vimos a chicos con pelucas blancas y negras, como Sia. Vimos el concierto que iba antes del de Sia, para estar en primera fila. Era de un grupo que se llama High Flying Birds. No tenía expectativas de este día, pero al final acabó siendo un día bastante guay. Por la tarde vimos el concierto de Years and Years desde lejos. No les hice mucho caso, pero me empezaron a gustar mucho. El cantante principal era simpático y gay. Llevaba una bandera LGBT. En resumen, me gustó su música y me enamoré de su canción Eyes Shut. Después del festival me descargué inmediatamente esa canción, ¡y la escucho varias veces! Es increíble.
Estábamos en primera fila para ver a High Flying Birds. No sabía que el cantante principal era de una banda que me gusta mucho: Oasis. Las canciones estaban bien, pero la mejor parte del concierto fue cuando cantaron Wonderwall. ¡Cuando iba a la universidad cantábamos mucho esta canción! Me la sé entera. Además, David me subió a sus hombros y pude ver todo. Algunas chicas no prestaron nada de atención a este concierto, estaban sentadas en el suelo escribiendo algo y, por supuesto, estaban esperando para ver a Sia.
Nosotros también estábamos esperando. Era lo peor. La gente se volvió loca. No paraban de empujar y hasta estaban sudando. Ya eran las 21:00 y se suponía que el concierto empezaba a las 21:30. No cabía ni un alfiler. Por lo menos hicimos muchos amigos. Conocimos a una pareja muy divertida de Escocia.
Los festivales son diferentes a un concierto normal porque hay un horario al que ajustarse y a veces a los cantantes no les da tiempo a despedirse adecuadamente o a presentar a los miembros de la banda. Por eso los cantantes son puntuales, aunque Sia fue una excepción. Fue la única que vimos que empezó 20 minutos tarde. Eso no me gustó, casi no podíamos respirar y había tanta gente que me moría de calor, aunque hiciese fresco. Cuando apareció, la gente se volvió loca. Ya sabía que es normal en ella cantar sin enseñar la cara, pero no me había dado cuenta de que eso sería un problema. En resumidas cuentas, el concierto no me gustó. Al principio no me importaba que se escondiese y solo cantase, pero luego se volvió aburrido.
Había dos bailarines: la chica que siempre sale en sus vídeos y un chico. ¡Lo hicieron súper bien! Tienen mucho talento. Los colores de la pantalla variaban y tenían bailes diferentes para cada canción, aunque Sia se quedara de pie, en el fondo, cantando. No me gustó porque no podíamos ver si era ella de verdad y me recordó a cuando escucho música en el ordenador, no en directo. Sé que es parte de su actuación, pero no mostró ningún interés en el público y solo dijo hola y adiós. Esperaba más. Por lo menos cantó de una manera increíble. A esto le sumamos la gente del concierto. Como cantaba canciones lentas, todo el mundo empezaba a grabar el concierto y, por ello, veía muchas manos con móviles.
Era nuestra última noche, pero estábamos muy cansados para irnos de fiesta, y, cuando la gente se marchó, me empecé a poner mala. No me lo podía creer, pero justo después del concierto empecé a sentir la garganta irritada. Lo malo es que estaba muy apretujada y solo llevaba un top y un pantalón corto y, claro, cuando la gente se fue, me dio frío. Tardé mucho en llegar a la tienda de campaña para coger un jersey. Me encontraba fatal. Queríamos ver otro concierto, pero llegamos muy tarde, el recinto estaba lleno y no nos dejaron pasar. Me sentí muy mal porque era un concierto al que David tenía muchas ganas de ir. Dimos nuestro último paseo por el festival, intentamos ir al Luminarium, pero, como la otra vez, estaba cerrado. Queríamos verlo antes de que me muriese, pero había revisores. Fuimos a ducharnos y a dormir, porque nos levantábamos muy temprano, a las 7:00.
Último día
Cuando nos levantamos a las 7:00, tras haber dormido cinco horas en esas condiciones tan malas, nos encontrábamos fatal. Teníamos que guardar todo y coger un bus a las 9:00 (Bus de Student Agency). Lo revisamos todo y guardamos toda la ropa y la tienda de campaña. Cuando acabamos, me di cuenta de que algo no iba bien: estaba mala. Me costaba hablar y lo único que quería era tomarme un té. Cuando hablé con mi amiga Sasa me dijo que se puso mala después del festival. Esto era algo que me daba miedo desde el primer día. Sin embargo, no creía que me pasara con días soleados y a 30 grados. Al final pasó. Fue a peor cuando cogí la mochila. Tuve que ir a la estación de bus y viajar con ella. Tardamos mucho en ir a la estación porque la isla es enorme. Nos empezamos a preocupar porque el transporte público iba con retraso y no sabíamos si llegaríamos a tiempo para coger el bus.
Tardamos mucho en llegar a la estación de Népliget. El bus iba lento y luego tuvimos que coger el metro. David me decía que no nos daba tiempo. No me lo creía. ¡Lo habíamos planeado todo y nos habíamos levantado temprano! Aún tenía esperanza. A veces los buses internacionales van con retraso o se quedan esperando a la gente que falta. Salimos corriendo del metro para buscar Student Agency. Ya llegábamos cinco minutos tarde. Preguntamos a unos chavales para que nos ayudaran y nos dijeron que fuéramos a la segunda estación. Cuando llegamos el bus ya se había ido.
Al principio estaba en estado de «shock». ¿Cómo había pasado? Me preguntaba a mí misma. Evidentemente, algo hicimos mal. ¡Teníamos que haberlo planeado mejor! El precio para otro bus no era caro, pero sería más difícil encontrar uno por toda la gente del festival que volvía a sus casas. Estábamos desesperados. No nos encontrábamos bien, teníamos todo y lo único que queríamos era ir a casa. Cuando vimos el cartel del McDonalds, decidimos ir a comer algo, pillar wifi y ver qué opciones teníamos. Se suponía que estaba a 800 metros. Estábamos a 1 kilómetro y medio cuando nos dimos cuenta de que íbamos en dirección contraria. Cogimos el tranvía y el metro para ir al McDonalds. Estuvimos feliz durante poco tiempo, porque cuando estábamos allí y vimos los horarios de Eurolines, Student Agency y trenes, vimos que todo estaba agotado hasta el viernes, ¡y era martes! No me lo podía creer. Estaba muy enfadada. No paraba de preguntarme por qué no habíamos salido antes. Estaba intentando calmarme porque creía que tenía fiebre y lo único que quería era irme a casa.
Estábamos intentando conseguir un BlaBlaCar y también estuvimos pensando en hacer autoestop. Desayunamos y nos tomamos un café, después fuimos a la estación de bus para el siguiente de Student Agency. Venía en dos horas. Teníamos la esperanza de que alguien perdiera el bus como nosotros.
Eran las 11:00 y el bus llegaba a las 11:15. Cuando vimos la cola, pensé que sería inútil esperar ahí. Le preguntamos al conductor, pero nos dijo que había que esperar a que todo el mundo se subiese al bus. Era gracioso ver que este bus iba con retraso y el nuestro puntual. Cuando todo el mundo se subió vimos que había un chico en la misma situación que nosotros y, además, había llegado antes. Fue una mala coincidencia. Necesitábamos tres sitios. El conductor fue a mirar los sitios libres y cuando volvió le miramos esperanzados y esperando lo mejor. Solo dijo: ¡subid! Me sentí aliviada. ¡Incluso teníamos sitios juntos! Fue un milagro. El precio del billete era el mismo. Luego nos dimos cuenta de que el otro chico estaba sentado donde no suelen dejar a la gente sentarse. ¡Gracias al conductor y al chico de Student Agency volvimos a casa! Estábamos muy felices. Estuve viendo Friends en el bus el resto del día. No pude dormir porque me encontraba muy mal, pero tenía recuerdos inolvidables. ¡El festiva valió completamente la pena y me lo pasé muy bien!
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