En el corazón de Europa

Bruselas no es una ciudad grande comparada con otras capitales europeas. Hay unos dos millones de personas viviendo, trabajando, regando las plantas y bebiendo café cada día allí. Pero es el sitio en el que todos los puntos se cruzan. Las decisiones se toman en esta maravillosa mezcla de arquitectura antigua y moderna, dulces tradicionales y mucha vida nocturna. Aquí es donde se encuentra el Parlamento Europeo y donde los becarios de toda la Unión Europea vienen a aprender. Es también la ciudad del arte, los gofres y la cerveza. Es cara, pero enamora de una forma que es difícil de explicar. He estado en Bruselas varias veces y la última, sentada en la Grand-Place con todos esos impresionantes edificios a mi alrededor y un gofre de Lieja caliente en la mano, me sentí como en casa.

Gofres y otras delicias

En Bruselas hay muchísimos puestos de gofres, pero si queréis los mejores, id a Maison Dandoy, en Rue Charles Buls 14. Esta maravillosa pastelería tiene casi 200 años y allí podéis probar tanto los gofres de Bruselas como los de Lieja. Los primeros son más crujientes y tostados, mientras que los segundos son más jugosos y caramelizados. Los podéis acompañar con nata, plátano, chocolate o helado, mi combinación favorita. La cafetería tiene un ambiente muy agradable para sentarse y disfrutar de un gofre. También hay una gran variedad de galletas y otros dulces para llevar a casa. Su especialidad son también las galletas Spéculoos, con las que hacen una crema deliciosa para untar en las tostadas.

Pero si no tenéis tiempo para estar en una cafetería, aunque os lo recomiendo muchísimo, también podéis ir a su tienda en Galerie du Roi 2, donde podéis probar distintos dulces para ver cuál os gustaría comprar. Por supuesto, no es que sea barato, pero merece la pena pagar un poco más por ese maravilloso sabor. ¡También tienen una tienda online por si te apetece dulce estando en casa y ya te has comido todas las galletas!

Otra exquisitez típica de Bruselas son las patatas fritas. No solo las sirven con ketchup, también con mayonesa, lo que sorprende a muchos turistas. ¡Pero aun así están super sabrosas y riquísimas!

Y una especialidad belga más, que además se importa al resto del mundo: la cerveza. Es muy apreciada por su calidad y larga tradición y producción, así como por su variedad de sabores. Si vais a un bar, que no os de miedo probar algo nuevo, casi seguro que os encanta. Las marcas más comunes son Duvel, Chimay y Leffe, que también son muy famosas en otros países, además de Triple Karmeliet, pero os recomiendo probar otras.

¿A dónde voy ahora?

Después de comeros un gofre en Maison Dandoy, comprar galletas y hacer mil fotos en el Ayuntamiento en la Grand-Place, os podéis plantear a dónde ir a continuación. Estáis en un buen sitio, es el centro histórico de la ciudad y todo lo que hay que ver está cerca: las joyas arquitectónicas y gastronómicas y los preciosos museos. Junto a vosotros se encuentra el Museo de Bruselas y el Museo del Cacao y del Chocolate, así como el Hard Rock Cafe y la tienda de tebeos La Boutique Tintin. Pero si hay un museo que no os podéis perder, es el Museo Magritte de la Rue de la Régence 3. Es espectacular, os dejará con la boca abierta. Y si tenéis menos de 26 años y carné de estudiante en regla, podéis entrar por solo 3 euros.

¡Disfrutad del viaje!

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