Bruselas, la capital de Europa

En abril tuve la suerte de ir a Bruselas de viaje 4 días y la verdad es que para lo gris, sosa y fea que me la habían pintado, me llevé una grata sorpresa con el encanto de la capital de Bélgica. 

Nuestro hotel estaba al lado del río, a 15 minutos a pie del centro, aunque el metro es rápido, nuevo y súper sencillo de usar. 

Los primeros cafés y restaurantes que llegaron a mi retina me encantaron, con ese aire hipster-europeo que tanto me gusta a mí. Daban ganas de sentarse a tomar algo en cualquiera de ellos.

Nuestro paseo nos llevó por algunas plazas muy bonitas como la Place Sainte-Catherine y la Place Saint-Géry. En ambas puedes sentarte a tomar algo, y probar la cerveza belga que es exquisita. 

Terminamos en la maravillosa Grand-Place, el centro de Bruselas, con sus preciosos edificios y su espectacular Ayuntamiento que hacen de ella una de las plazas más bonitas que yo haya visto en Europa. La fuimos a contemplar boquiabiertos de nuevo varios días por la noche, donde la gente cuando hace buen tiempo se sienta en corros en el suelo a charlar y conocerse. Tiene un ambiente único. 

Muy cerca de la plaza está el Manneken Pis, uno de los principales atractivos turísticos de Bruselas pese a su pequeñísima estatura, que pasaría totalmente desapercibido a un viajero si no fuera porque esta media ciudad parada sacándose fotos con él haciendo pipí.

Muy cerquita andando está también el Mont des Arts, el mirador con las mejores vistas de todo Bruselas. Por esta zona hay muchísimos museos, como el de Arte Antiguo y el de Arte Moderno, que si vas con tiempo merece la pena visitar. Además hay muchas fachadas de "Art Nouveau" del cual Bruselas es una de las máximas representantes. 

Después de nuestro largo paseo nos tomamos caminando por la calle un gofre riquísimo -súper típicos de Bruselas- con chocolate belga delicioso. En cualquier lugar del centro te puedes tomar uno, pues es algo muy característico de Belgica y tienen establecimientos dedicados solo al gofre elaborado con mil tipos de toppings.

La fiesta en Bruselas no es comparable a la de Madrid, Amsterdam o Berlín, pero nos encantaba ir a Delirium, un bar-cervecería enorme con casi 3000 tipos diferentes de cerveza, que tiene un ambientazo internacional para conocer gente joven de todo el mundo y que se llena de estudiantes Erasmus cada noche. Pídete una Delirium Tremens, que está votada y premiada como la mejor cerveza del mundo. 

No tardarás mucho tiempo en darte cuenta que en las tiendas hay mil souvenirs y recuerdos de Tintin, y esto es porque Bruselas ha visto nacer y crecer a su dibujante y a toda su escuela. Toda la ciudad está llena de graffitis con dibujos de Tintin, de Asterix y Obelix y de otros tebeos famosísimos. Además tiene un Museo del Cómic entrañable que recomiendo mucho ir a ver.

Nosotros tuvimos tiempo para quedarnos a dar una vuelta por el Barrio Europeo, que alberga la sede de casi todas las instituciones de la Unión Europea -que se pueden visitar con cita previa organizada-. Es un barrio modernísimo y con edificios inteligentes de cristal, pero a su vez muy chulo y que no te puedes perder. Tiene un parque enorme para descansar con un arco del triunfo que se llama Parque du Cinquantenaire.

Lo único un poco rollo es que el Atomium y todo el resto de la Expo 58 están lejos del centro, y hay que coger un autobús para ir, pero merece la pena.

Aún así, mi consejo: si vas a irte de Erasmus por algún país del centro de Europa, ni se te ocurra perdértela.