Mi ciudad natal

He vivido en Breslavia más de 20 años (quitando algún que otro viaje), así que, tengo mucho que decir sobre la ciudad. No elegiría ninguna otra ciudad polaca para vivir, aunque esta no es la más grande.

La ubicación y comunicación con otras ciudades está bastante bien; tenemos una gran estación de tren y de autobuses y un aeropuerto (en el que suele haber vuelos baratos), por lo que puedes viajar tanto a destinos nacionales, como internacionales. Está muy cerca de Alemania y de la República Checa. Los transportes dentro de la ciudad también están muy bien: hay muchos autobuses y tranvías. El gobierno dice que, por culpa del río, no puede haber metro, así que, por desgracia, hay mucho tráfico.

La ciudad está llena de estudiantes, tanto polacos, como internacionales, y se han creado muchos puestos de trabajo. Se espera que Breslavia sea la ciudad polaca más atractiva a la hora de buscar trabajo.

Siempre hay alguna actividad. En verano, hay conciertos, festivales de cine (el más famoso es Nuevos Horizontes) o eventos deportivos. Puedes disfrutar de la cultura, el deporte, el arte o, simplemente, salir de fiesta. Hay muchos bares y discotecas a los que puedes entrar gratis. Cada vez hay más sitios chulos al aire libre a los que puedes ir a comer o festivales de camiones de comida los fines de semana. La vida polaca no es nada cara, sobre todo, si la comparas con los precios de Europa occidental. Por eso, para los extranjeros, resulta muy asequible salir a cenar o a beber algo.

Breslavia fue capital europea de la cultura y acogió los Juegos Mundiales en 2017, lo cual trajo muchos turistas y una mayor inversión en la ciudad. Pero también, puedes visitar teatros, cines, un zoo enorme, Hydropolis o algunos museos, si te apetece.

La arquitectura no es ni muy moderna, ni muy antigua, sobre todo en la zona del centro. Algunos sitios se han reformado, pero, otros, se siguen usando como escenario para películas sobre la Segunda Guerra Mundial (puedes buscarlo en Google y te sorprenderá la cantidad de películas que se han grabado en esta ciudad). Algunas zonas se destruyeron completamente durante la guerra o se inundaron en los años noventa.

Breslavia también es famosa por ser la ciudad de los puentes. Tiene más de cien (aquí os dejo algunos de mis favoritos: el puente de los enamorados y Rędziński). También hay muchas cosas que ver gratis mientras exploras la ciudad, por ejemplo: el Mercado de Breslavia, Ostrów Tumski, las islas que hay en el río, las fuentes multimedia que hay cerca del zoo, con espectáculos increíbles de luces y música. También puedes pasear por las pequeñas calles y descubrir el arte callejero o alguna que otra escultura rara, como la de una silla gigante cerca de un teatro moderno o unas costillas plateadas.

También merece la pena visitar la ciudad en invierno para ver los tradicionales mercados navideños (supongo que a los alemanes les resultarán más familiar).