Una ciudad internacional encantadora, ¡nos vamos a Ámsterdam!
En el plan de estudios que estoy cursando tenía que realizar un periodo de prácticas de cinco meses en el extranjero.
Guiándome un poco por lo que me gusta a mi, elegí ir a Ámsterdam.
Cosas que hacer antes de irme: buscar un sitio en el que vivir. ¿Qué se puede hacer cuando no tienes ni idea ni del país ni de cómo funcionan las cosas en esa ciudad? Pues yo opté por vivir con una familia para así empaparme más de la cultura del país. Yo trabajaba exactamente en Amstelveen, al sur de Ámsterdam, y mi familia de acogida vivía justo al sur de Amstelveen. Es decir, tenía cerca los transportes públicos para poder ir a Ámsterdam y mi trabajo lo tenía a tiro de piedra y además, estaba en pleno campo, así que podría salir a tomar el aire fresco y salir a andar tranquilo mientras disfruto del magnífico paisaje. ¿Y por qué no me voy al centro? Pues porque las casas en el centro de Ámsterdam, ya sea por tradición o por razones tanto económicas como culturales. Además, el centro es muy viejo y hay ratas, eso sin contar con que los precios son carísimos. Mi casera me dijo que la periferia es más moderna y que se vive mejor. Así que no me arrepiento.
Al llegar a Ámsterdam: llegué al aeropuerto y, a pesar de que llegara tarde, la familia fue muy acogedora. Esta familia era la viva imagen de la diversidad, tienen orígenes austriacos, suizos, alemanes, franceses e israelíes, pero es que además de saber hablar todos estos idiomas, también sabían holandés e inglés. Mi habitación era de 11 m², estaba en la primera planta y era muy sencillita y luminosa. Le pedí a la familia que si podía comer con ellos por un dinero extra. Al final el precio por el que me dejaron la habitación se quedó bastante asequible. Era una familia de cuatro personas, tenían dos hijos pero uno de ellos era estudiante y solo venía los fines de semana. Al día siguiente, me acompañaron a que me comprara una tarjeta SIM para el móvil y bono de transporte recargable. También me llevaron al trabajo el primer día para que no me perdiera y no llegara tarde. La verdad es que se lo agradezco de todo corazón, sin ellos hubiera entrado en pánico seguro.
Lugares que podéis visitar:
- Tenéis que ir sí o sí al centro de la ciudad, sobre todo al barrio chino y al barrio rojo (cuidado, la entrada es para mayores de 18 años).
- No os podéis perder el museo de historia de la ciudad si queréis entender tanto a la ciudad como al país.
- Aunque no seáis creyentes, tenéis que ir a una de las iglesias del centro. De hecho no son iguales que las que tenemos en nuestro país. Hubo una época en la que estaba prohibida la religión., por eso, las iglesias por fuera parecen edificios normales y corrientes. Tendréis que entrar para poder descubrir sus espléndidos elementos arquitectónicos y el maravilloso canto de sus coros africanos.
- El museo EYE es el museo del cine de Ámsterdam y es muy interesante de ver, allí os encontraréis con actividades como por ejemplo hacer de actor en tu propio cortometraje y recibir el vídeo por correo de recuerdo.
- Luego también tenemos el jardín botánico de Ámsterdam, es una maravilla y una demostración perfecta de diversidad. La sala de las mariposas es impresionante, ¡nunca antes había visto tantas mariposas en un mismo lugar!
- Consejo: venid cuando sea la fiesta nacional de Ámsterdam, la ciudad está muy animada y la fiesta empieza desde bien temprano, estaréis mejor que en casa. Toda la ciudad se tiñe de naranja y la música inunda todas las calles.
- Tienda de porcelana y cerámica de Delft. Cualquier joya, hasta la más sencilla que te puedas encontrar, es preciosa y sale a muy buen precio. Pero obviamente también tienen joyas preciosas.
- Podéis hacer el tour en barca y descubrir todo lo que queréis saber sobre la arquitectura de la ciudad.
- Las tiendas de zapatos venden unos zapatos de lo más resistentes y cómodos, está genial para la gente que anda mucho. Yo me compré ahí los míos hace tres estaciones y aún siguen intactos.
- Id a comer a un restaurante chino o japones y probad su comida pero de verdad, o si no también podéis ir a algún restaurante de comida mexicana. Una de las cosas más curiosas de Ámsterdam, es que aquí la comida extranjera es auténtica, no pierde su esencia. Os aseguro que notaréis ese cambio de aires al 100 %.
Dato: en Ámsterdam conviven más de 177 nacionalidades distintas.
Conclusión: estos cinco meses se han pasado muy rápidos. He conocido a gente maravillosa. Ámsterdam es una ciudad ni muy grande ni muy pequeña, pero se vive genial. Lo único es que hay que estar atentos a las bicis porque tienen preferencia. Nunca montéis en bici por allí. Es muy peligroso y robar bicis es el deporte nacional por excelencia. Por lo general todos hablan bien inglés, así que no tendréis problemas a la hora de comunicaros con la gente. ¡Yo volvería con mucho gusto! Me encantaron Ámsterdam y Amstelveen.
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