UN FIN DE SEMANA EN ÁMSTERDAM

Una de las ventajas de estar en Bremen, es que existen muchas ciudades alrededor que son fantásticas y además, no se encuentran a mucha distancia. Una de las que vengo a hablaros hoy, es Amsterdam, capital de los Países Bajos.

Nosotros fuimos un fin de semana entero Amsterdam, el tiempo suficiente para visitar la ciudad. Cogimos un bus a las tres de la mañana un jueves en Bremen, algo que tampoco recomiendo teniendo en cuenta el día y el lugar donde se encuentra la parada de Flixbus. Pero, bueno, íbamos unos cuantos, así que no hubo nada que temer. El autobús se retrasó bastante, o por lo menos eso nos pareció a nosotros, que notábamos las bajas temperaturas que ofrece la ciudad de Bremen en la madrugada por todos y cada uno de nuestros huesos. Finalmente, vimos llegar a nuestro autobús y ya ahí, nos relajamos un poco.

El autobús nos costó menos de veinte euros, así que se podría decir que es un viaje bastante económico para realizar entre estudiantes. La duración del mismo son alrededor de cinco horas. A priori puede parecer bastante tiempo, pero si tenemos en cuenta que lo cogimos  a las tres de la madrugada y que medio viaje nos lo pasamos en nuestros sueños más profundos, se hace más ameno.

Por fin, a las ocho de mañana, minuto arriba minuto abajo, llegamos a nuestro destino: Amsterdam. Nos dirigimos al hostal que habíamos reservado; era una habitación de seis, el número justo que viajábamos, así que tuvimos la suerte de dormir en una habitación únicamente ocupada por nosotros.

Otra opción, si queréis todavía que os salga más barato el ir y venir, tenéis la de desplazaros a Groningen gratis con el semesterticket y desde ahí coger un bus hasta Amsterdam. La parte negativa, es que el tiempo es mucho mayor, pero si queréis escatimar algo más en vuestro viaje, es una alternativa bastante buena.

Alojamiento y transporte

Antes de explicaros nuestras actividades allí, me gustaría daros unos consejos sobre Amsterdam. Nosotros nos alojamos en un hostal llamado WOW, hostal que recomiendo al cien por cien. Estaba un tanto alejado del centro, pero eso no era problema. La relación calidad-precio era una de las mejores que ofrecía la ciudad, ya que por unos 15€ la noche, te incluía el desayuno. Este no era nada del otro mundo, compuesto básicamente por tostadas, mermelada y zumo, pero oye, para estar en un país como lo es Holanda, estaba más que perfecto.

En cuanto al transporte, yo os aconsejaría que, en el caso de ir en un grupo de unas cinco personas o más, no viajéis en el transporte público y optéis por alternativas tipo Car2go o Cabify porque os saldría muchísimo más rentable. En cuanto al Car2go, los coches que ofrecía esta compañía en la ciudad eran de dos plazas. Sí que es cierto, que tenéis que daros de alta antes, de manera que la aplicación pueda verificar que realmente tienes carnet de conducir. Los coches se encontraban fuera del centro, con lo cual aprovechábamos esta plataforma para transportarnos del hostal al centro. Si queríamos hacerlo a la inversa, es decir, del centro al hostal, optábamos por Cabify. No es que en mi caso esté muy a favor de este tipo de competencia desleal, pero cuando la diferencia de precios es tan abundante, no nos queda otra.

Una de las ventajas de Cabify, es que no necesitas marcarle la dirección al conductor ya que, mediante la aplicación, eres tú quien marcas tu destino. Por no mencionar, que no es necesario mantener una conversación con el chófer, algo que se agradece cuando no estás de humor tras haber dormido entre cero y nada.

Sitios que visitamos y actividades

A continuación iré explicando detalladamente los lugares que visitamos durante nuestra estancia allí, así como las actividades que realizamos.

Museo de Ana Frank

El Museo de Ana Frank, como podréis imaginar, es un museo que relata la historia de la familia Frank, especialmente la de la hija menor, Ana. Es un museo con una demanda terrible, por lo que os aconsejo reservar vuestras entradas con meses de antelación. No obstante, he de decir que nosotros tuvimos mucha suerte, ya que reservamos las entradas con tan solo un día de antelación. Lo más probable, es que algún grupo cancelara su reserva, porque de otro modo, eso sería impensable.

En lo que a mí respecta, no es un museo que me encantase; o sea, es un museo que, en el caso de visitar Amsterdam, es necesario verlo, pero tan solo una vez. Yo realmente me esperaba otra cosa; en el museo se pueden ver fotos, cartas y vídeos de la época en que los judíos estaban siendo perseguidos, algo que te conmueve obviamente, pero yo me esperaba encontrarme con algo más centrado en la pequeña Ana. Algo que contase de más acerca su vida en la casa.

También he de decir, que nosotros fuimos con audio-guía, así, quizás, la visita sea mucho más interesante con un guía en persona.

Museo Moco (Moco Museum)

A pesar de no ser una gran apasionada de los museos, el museo Moco de Amsterdam me gustó mucho, sobre todo la sección de Bansky. Además, el museo ofrece la posibilidad de descargarse una app con la que, apuntando con la cámara a ciertos cuadros, estos se vuelven animados.

El museo ofrecía colecciones focalizadas en el arte moderno, lo que, en mi caso, me agradó. Os recomiendo cien por cien visitarlo.

Además, en frente, se encontraba un mercado de artesanías, joyas, postales, etc. hechas a mano. Nosotros lo visitamos en domingo, así que supongo que cada domingo se encontrará.

Sin embargo, siento deciros que las letras de “Amsterdam” ya no están disponibles; olvidaos de sacaros la típica foto, ya que debido a las aglomeraciones que se formaban y por la seguridad de los turistas, decidieron quitarlas hace como unos meses.

Templo budista

Yo no sabía de la existencia de un templo budista en la ciudad, Fo Guang Shan Holland Tempel, pero, gracias a una amiga que ya lo había visitado, pudimos adentrarnos en él. Era mi primera vez en un templo de esta religión y quedé bastante impresionada con la decoración ya que no sabía si me encontraba en Holanda o en la mismísima China. La entrada es gratuita, así que es una buena opción para visitar si tenéis el presupuesto bastante apretado. Encima, si aportabas 0,50€, tenías la opción de cogerte una galleta de la fortuna; como buenos turistas así lo hicimos, y nos dimos cuenta de que existían solo tres frases (vamos, que era un timo, pero nos hizo ilusión oye).

Van Stapele Koekmakerij

Seguro que por el nombre de Van Stapele Koekmakerij no os suena, pero, y si os digo ¿la galleta más rica de Amsterdam? Yo tuve la opción de probarla y os puedo asegurar que la fama la tiene bien merecida. Y es que esta tienda solo se dedica a la elaboración de dicha galleta; es una galleta de chocolate con relleno de más chocolate blanco (¿qué más se puede pedir?). La galleta ronda los 2-3€ y la caja, en la que si no me equivoco te vienen seis, está a 10€. En mi caso, me llevé dos cajas para la familia, a quienes les encantaron.

Reypenaer Tasting Room

Reypenaer es una tienda de quesos artesanales de la ciudad, donde, aparte de vender queso, ofrecen una cata de los mismos acompañados de vino. La cata, si mal no recuerdo, cuesta 21€, pero merece muchísimo la pena.

En la planta de debajo de la tienda, tienen una pequeña habitación con pupitres donde te van explicando el nombre y origen de los quesos, olor, cómo se elaboran, etc. Tú, como catador, debes ir apuntando toda la información y al final, debes evaluar el queso. Además, según el queso, te rellenan la copa con un vino distinto. Puedes comer cuanto queso quieras y a veces, te dan la opción de echarte otra copita de vino, pero por experiencia, os digo que no os paséis con las repeticiones o acabaréis como vuestros padres con dos copitas de marianito. Al finalizar, te obsequian con diploma que acredita que realizaste la cata; supongo que carecerá de validez alguna, pero hace ilusión.

También os digo, una manera de catar quesos de manera gratuita, algo ratero para qué engañarnos, es meterse en cualquier tienda de quesos e ir probando las muestras; el vino no te lo ofrecen, pero oye, puedes llevarlo contigo (nótese la broma).

Comida típica

La comida típica de Amsterdam que yo probé fue el Hutspot. Una bola de carne de un tamaño considerable, servida junto a un puré patatas y verduras. A mí me gustó mucho, aunque para gustos los colores, ya que a varios de mis compañeros no les hizo mucha gracia. Eso sí, iros a comer con mucha hambre porque el empacho de después no te lo quita nadie.

Condomería

Este célebre comercio se dedica, como bien indica su nombre, a la venta de preservativos. Y es que en la condomería se venden condones con figuras conocidas (como los Simpson, animales, etc.) aunque estas no están hechas para su uso; aparte, venden postales con chistes de tonos un tanto subidos. A mí especialmente me gustó la tienda por su inusualidad.

Coffeeshops y demás

A ver, para qué nos vamos a engañar. Una de las atracciones de Amsterdam en lo que a estudiantes se refiere, son las coffeeshops. El precio está bastante elevado si lo comparamos con España (y no es que aquí una esté hecha una camella) y el precio se eleva si lo pides ya hecho. El ambiente es super tranquilo y controlan bastante la edad de sus consumidores, así que está todo muy regulado. Sorprendentemente, puedes ir a una coffeeshop y consumir nada más que un café, así que no penséis que se trata de un antro de mala pinta. Uno que nos gustó mucho, de cuyo nombre no me acuerdo, es uno que se encontraba bastante cerca de la tienda de la galleta, en la misma calle y que hacia esquina.

En cuanto a las setas, yo por lo menos, no las vi en ninguna coffeeshop; las venden en tiendas de souvenirs y en las que están especializadas en ellas. Los dependientes suelen ser bastante agradables y te suelen aconsejar si les pides consejo. Según tu experiencia con ellas, te aconsejan unas u otras; por ejemplo, si les dices que es tu primer contacto, te aconsejarán unas más suaves.

Tours

Una manera muy fácil de conocer la ciudad sería mediante los Free Tours; nosotros realizamos uno que nos llevó por la mayoría de las atracciones de Amsterdam:

Empezamos nuestro recorrido en la Plaza Dam y nos explicaron la historia del Palacio Real, edificio muy bonito, que además, cuando lo visitamos, se encontraba enfrente una exposición de tulipanes que lo hizo mucho más bonito todavía. Nos hicimos fotos con la Iglesia Nueva, también situada en la Plaza. Más tarde, visitamos el Obelisco a la segunda guerra mundial, obelisco que emociona al conocer la triste historia que esconde tras él. A continuación, fuimos al mercado de las flores, donde puedes encontrar semillas para plantar distintos tipos de plantas, entre otras, los famosos tulipanes. Encima, en esta calle se encuentran los souvenirs más baratos, así que si quieres llevarte algo de recuerdo, te aconsejo que lo compres en esta zona. Visitamos también el Beatorio, donde se podían visitar capillas con una decoración sencilla.

No realizamos ningún tour por el Barrio Rojo, porque no lo considerábamos acorde a nuestras ideas; sin embargo, os aconsejo daros una vuelta a la noche, con una actitud acorde y sin sacar fotos a las mujeres, las cuales tienen el derecho legal de romperte la cámara si te ven echándoles una foto.

También os recomendaría daros una vuelta por los canales, alquilar una bici y trastear la ciudad como un ciudadano más.

¿Recomiendo, entonces, Amsterdam? Sin ninguna duda. Una ciudad diferente, moderna pero con personalidad propia.