Preparación, salida, llegada: mi experiencia Erasmus comienza
Querida Venecia,
¡Dentro de tres días estaré por fin allí!
Admito que no me lo puedo creer. Tanto que no consigo motivarme para hacer mi maleta. Tengo la sensación de que no es urgente y que nada va a cambiar mi rutina habitual.
¡Añadir que yo pensaba que era imposible hacer un Erasmus desde el segundo año de licenciatura!
Por una vez, me alegro de haber procrastinado simulando preparar un dosier Erasmus (inexistente) un año antes. (sí, sólo para divertirme)
Porque aunque no estaba escrito en ningún sitio que no se pudiese marchar en licenciatura 2, al simular inscribirme he comprobado que ¡tampoco se precisaba que estuviera vetado partir desde el segundo año! De hecho sólo investigué lo que pasaría... ¡Y aquí estoy a tan sólo 3 días de la salida!
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Día J: una preparación difícil
La maleta ha sido difícil de preparar. Decidir aquello de lo que verdaderamente tendremos necesidad... ¿Servirá o sólo será un peso inútil? No resulta evidente donde hacer el corte, sobre todo cuando se está vinculado fuertemente a algunas prendas.
Pero lo más difícil ha sido prever respecto a las temperaturas de invierno (febrero) y los vestidos ligeros de verano (junio).
De hecho me he visto obligada a cambiar dos veces mis maletas, porque cada vez resultaban demasiado pequeñas en relación a lo que yo he decidido llevar!
Por más cuidado que he puesto en escoger y seleccionar lo mínimo posible, admito haber estado un poco confusa respecto a "la espera vs la realidad": ¡nunca hubiera pensado que mi maleta fuera tan pesada y gruesa!
Es justamente lo que yo quería evitar, pero no veo otras opciones...
Despedidas difíciles
Habiendo escogido un viaje en tren nocturno, he dedicado las primeras horas de la jornada a los últimos preparativos, a ordenar mi habitación, y, sobre todo, a tocar el piano.
¡La música tiene un lugar destacado en mi vida! Toco el piano y el violonchelo, y me resulta muy difícil imaginarme 5 meses sin practicar.
Así, tocar el piano antes de salir ha sido un poco mi forma de decirles adiós (aunque, entre nosotros, hay una probabilidad muy alta de que, al final, claudique y compre un mini piano -bueno, si es que existe-)
Entonces en el momento de salir me he encontrado con mi hermana que ha vuelto antes, y me ha ayudado a transportar la maleta hasta el autobús.
Los adioses son siempre emotivos, y no me avergüenza confesar ¡que he derramado lágrimas!
Un opresivo viaje nocturno
He ganado tiempo llegando voluntariamente 2 horas antes a la estación de Lyon: 1 hora para responder a mis mensajes (sí, mantengo largas conversaciones) y después 30 minutos para tomar la comida que me he preparado. Una visita a los aseos, y al tren!
Me encuentro en una cabina compuesta de 6 literas, con una pareja de españoles, una francesa, un portugués y una italiana.
y, como anécdota, conseguimos hacernos entender todos en nuestras respectivas lenguas de origen.
Todo me parecía correcto y confortable hasta que me di cuenta de que mi maleta no entraba bajo el asiento de mi litera... De hecho, la única manera de no molestar a los otros, dejándola en mitad del vagón, ha sido ponerla encima de mi litera.
Para que os hagáis una idea, no he tenido más remedio que dormir en posición fetal.
Habiendo guardado mis pantalones y un suéter, y con una litera algunos centímetros por encima de mi cabeza, me he sentido oprimida rápidamente.
Estaba paralizada en una sóla posición y cada vez hacía más calor. He dado varios viajes de ida y vuelta al pasillo principal, intentado dormirme al lado de los aseos, pero no ha sido mejor: el aire frío, ningún sitio donde poner la cabeza y el ruido del vagón, ¡al final sólo he podido disponer de 10 minutos!
Pero ha bastado con volver a mi cabina para recuperar aire fresco y poder dormir mejor.
Afortunadamente para mí, la pareja española se ha apeado a las 5 horas de la mañana, entonces me he podido acostar en una de sus literas a la espera de mi parada (la final) a las 9 horas y media.
La tan esperada llegada y las primeras sensaciones
A mi llegada, he aquí la primera vista que he podido disfrutar de Venecia:
¡Me he dicho 'wow'! De hecho, ya esperaba este tipo de paisajes, pero al verlo de verdad, ¡ha sido una sensación realmente diferente!
Después ha llegado mi primer desafío: se supone que debo atravesar el principal gran puente, pero mi maleta es tan pesada que no tengo fuerzas para cargar con ella yo sola y superar las escaleras.
Intento buscar una manera de dar un rodeo, pero no lo encuentro. Un romano acude en mi ayuda, y él sólo ha podido levantar la maleta y llevarla al otro lado. Como yo sospechaba, me ha pedido dinero a cambio (lo que me parece normal y, de alguna manera, ya pensaba hacer para agradecérselo).
Desgraciadamente yo no tenía encima dinero suelto, y no ha aceptado comida a cambio, así que le he dicho que volvería pero me ha dado la sensación de que no me tomaba en serio. (SPOIL: he regresado a las 4 horas pero ya no estaba allí y me ha resultado imposible encontrarle).
¡En resúmen, primer pequeño desasosiego en Venecia!
Después, para sorpresa mía, he comprobado que todos los puentes tienen escaleras que subir, y, para llegar a mi destino, he tenido que atravesar por lo menos 5 (en realidad hubieran bastado sólo 3, pero me he perdido).
Afortunadamente eran mucho más pequeños que el gran puente a la salida de la estación, pero, en cualquier caso "he tenido que hacer deporte". Yo me sentía incómoda por hacer tanto ruido con mi maleta, he tenido la sensación de estar destrozando la ciudad con mis grandes maletas (sobre todo cuando dejaba deslizar mi maleta sobre las escaleras y, en el descenso, sonaban grandes "BOUM BOUM"... )
¡Pero afortunadamente he terminado por llegar a mi destino: el convento para estudiantes 'Domus Civica'!
(Acogida en el convento)
¡Es hora de instalarse... en el convento!
Tengo un alojamiento de estudiante en Giudecca, pero me han dicho que no estará disponible hasta marzo... De hecho, gracias al boca a boca he oído hablar de este convento, no demasiado caro y reservado a estudiantes femeninas, ¡y no lo lamento en absoluto!
He tenido la suerte de estar a cargo de la única gerente que habla francés, ella me ha podido explicar todo (el sistema de la cantina, de las llaves, ducha, etc... )
Y, después de estas pequeñas peripecias, ¡que bien sienta dejarlo todo arreglado y descansar sobre una buena cama, y saber que tenemos "casa propia"!
¡Ya que, hasta el momento, yo vivía en casa de mis padres, he encontrado excitante el hecho de que este sitio era mi primera "casa propia" , donde me corresponde sólo a mí ocuparme de todo!
Da la casualidad de que, justo a la hora en que me instalo, es la hora de desayunar. De hecho he acudido a la cantina y me he sentado en una silla cualquiera (tenía la intención de escoger la mesa con las personas que me pareciesen más cálidas, como sea que la primera impresión juega un papel importante).
Y no me he equivocado, porque he conocido 2 o 3 chicas que se sentían curiosas por saber qué hacía yo aquí y estaban orgullosas de poder acogerme!
Alimentación: desafío para alimentarse de una manera sana y respetuosa con el medio ambiente
Después he decidido dedicar la tarde a darme una vuelta por los cafés y tiendas 'bio'.
Mi objetivo: ver cómo puedo continuar siendo lo más ecológica posible.
Porque en París yo tenía mis tiendas a granel, donde podía comprar sin plásticos productos frescos y locales.
¡Pero aquí sentía esto como un desafío!
¡He podido adquirir mis suministros, y me he llevado una agradable sorpresa!
Las tres tiendas son 'Naturalia', 'Cibele erbe e alimenti' y 'Mea Libera Tutti'. La primera está dedicada en lo 'bio', la segunda en las especias y superalimentos, y la última en productos sin gluten.
"Desgraciadamente", nada respecto al granel en las tiendas (con la excepción de las especias en 'Cibele'), ¡lo que hace que mi desafío por el "plástico cero" me vaya a dar un gran quebradero de cabeza! Por el contrario, en lo referente a mi alimentación vegetariana y mi intolerancia al glúten no voy a tener ningún problema.
Descubrimiento del ambiente veneciano
Como me he dado un gran paseo para descubrir lo más posible la ciudad, he notado diferentes atmósferas: calles turísticas, el barrio judío, pequeñas calles perdidas, rincones universitarios... ¡En resumen, me ha parecido todo precioso!
Nunca me habría imaginado que me sentiría tan a gusto como en mi propia casa. Me gusta mucho el ambiente, y pasearse ¡es tan agradable! ¡Que suerte tengo de poder estudiar aquí! ¡Espero pronto volverme invencible en Venecia!
Cena y descanso
Este paseo me ha llevado toda la tarde, he regresado para cenar y varias chicas que todavía no había conocido se sentaron a mi lado: ¡una de ellas hablaba francés y quería practicar!
¡Me ha presentado a sus amigas, y enseguida nos hemos entendido perfectamente!
Ellas me han dado informaciones adicionales respecto a preguntas que yo tenía, y me han acompañado para visitar más en detalle el convento (subsuelo con la lavandería, el espacio habilitado para las tardes de cine, donde encontrar cajas para ordenar los alimentos, etc... ) ¡En resumen, no he podido ser mejor acogida!
Y, más tarde, otra italiana que hablaba un poco de francés ha venido a verme para practicar, ¡las lenguas son una buena manera de romper el hielo!
(Nada más llegar y enseguida 'le bazar'...!Bravo Fanny!)
Conclusión
Y ahora los grandes acontecimientos de estos dos últimos días. ¡Toda mi primera jornada en Venecia, en Erasmus... wow, todavía no puedo creerme que realmente yo esté aquí! Afortunadamente he venido unos días antes de comenzar las clases, esto me permite acostumbrarme al ambiente, participar en los eventos organizados por el 'ESN'(Erasmus Social Network) y así comenzar a crearme un círculo de amigos.
Ya está, no tengo la más mínima idea sobre si este formato "diario íntimo/recuerdos" va a ser leído por otra persona que no sea yo misma, con nostalgia, en el futuro, pero, en todo caso, ¡os transmito estas anécdotas e historias personales, con suma alegría! (Esperando que podáis extraer de ellas informaciones útiles... )
¡Gracias y que tengais un buen día!
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