¿Por qué Pisa?
O, primero... ¿por qué Erasmus? Bueno, porque fue un reto para mí durante mi primer año de universidad, y no me veía a mi misma viajando al extranjero para estudiar. Tengo que admitir que necesito un año para concienciarme de hacer algo que me da miedo.
Hablemos de los desafíos: lo que representan, lo que me pasó cuando acepté que estuvieran en mi vida y cómo conseguí ganarles (porque yo no juego si no voy a ganar) en un contexto nuevo para mi.
En este caso, un programa como Erasmus era (y sigue siendo) cuestión de tiempo: escucha la idea en algún sitio, pregúntate a ti mismo si te ves haciéndolo, dile no al camino fácil, reflexiona, cambia de idea sin saber por qué (te darás cuenta al momento o al cabo de meses) y, sobre todo, dite a ti mismo "venga, ¡que la vida son dos días! "
De todas formas, ese fue mi contexto concreto. Tamoco os voy a culpar si cambiáis el lema.
Como buena cabezota entusiasta que soy, ¡no habría cambiado mi plan por nada del mundo1
Una vez elegí este camino, no había más razones para cambiar de opinión... así que empecé con todo el papeleo, a ir de aquí para allá, a escuchar los típicos "lo siento, vuelve mañana" y a hacerme un montón de preguntas.
Tenía dos preguntas principales rondándome la mente: ¿Ir a dónde y a hacer qué? Leí, releí y volví a leer la lista de posibilidades, la larga lista de universidades, e intenté verme como una estudiante de "ese" país. ¿Francia? No, no puedo pronunciar ni una palabra, mi lengua se niega a moverse así; Alemania? ¡Nein! Vale, esa ha sido fácil, pero algunas universidades ni siquiera ofrecían el campo de estudio que me interesa; ¿Italia? Lugares, paisajes, arquitectura y arte preciosos (lo más importante para mí), un país lleno de historia, lleno de buena comida y de helado... un idioma bonito (y lleno de gestos adorables), un buen clima, gente simpática... bueno, ya paro, creo que entendéis lo que quiero decir.
Elegir las clases fue algo relativamente fácil, quería estudiar su cultura, su historia y, obviamente, su arte. Nada digno de mención por aquí, así que pasemos a la parte más difícil: ¡la entrevista! Sí, tengo algún que otro problemilla (y estoy siendo muy buena conmigo misma) para hablar en público, y todavía lo veo como algo imposible (a pesar de haber tenido tantas experiencias en público) pero, de todas formas, lo que quería decir es que tuve que estar esperando unas cinco horas a que dijeran mi nombre y hacer la dichosa entrevista... Me fue bien y mal. En esa época estaba trabajando y mi jefe de entonces me dijo que me esperaría. Le dije "no me llevará más de dos horas, si llega... ". Sí, bueno, fueron dos horas, dependiendo de cómo moidas el tiempo. Ah, y la entrevista en sí duró unos 10 minutos. Pero bueno, ¡todo fue bien!
Tras unas semanas de espera, en las que paré de hacer nada de papeleos ni de cosas relacionadas con el tema, me enteré de que tenía que hacer las maletas y montarme en un avión camino a mi destino. Pasaron meses después de ese momento, y el tiempo se me pasó volando. De hecho, se me pasó tan rápido que no sería capaz de describir todo lo que hice. Fui a clases, leí documentos, hice maletas y he vivi todos los días como si fueran el último de mi vida. Disfruté de cada salida, de cada fiesta y de cada momento con mis amigos y, de repente... llegué a Pisa.
¡Vaya shock! Llegué entusiasmada, libre y llena de energía, sin saber por dónde empezar. Quería empezar a descrubrir, a aprenderme las calles lo más rápido posible (como si me hubiera costado), de quién hacerme amiga, cómo manejarme con las compras (no sabía dónde estaban las tiendas) y, al fin y al cabo, sin tener todavía ni idea de nada. Cuando me levanté, me limpié el abrigo y empecé a ponerme en marcha, paso a paso. Tuve que demostrarme a mí misma que era capaz de todo, y que si otros ya lo habían hecho antes, yo tendría que hacerlo mejor.
Cogí el mapa del que hablé en la entrada sobre el Museo della Grafica y me dibujé mis propiso caminos, de casa a la universidad y a otros puntos para que me sirvieran de guía. Después, empecé a ir por calles nuevas que llevaran a la calle principal cada semana hasta que aprendí a moverme por la ciudad. ¡Incluso puede aprenderme atajos! ¿A quién no le gustaría?
Pasando a otro tema, me queda por contestar la pregunta: ¿Por qué Pisa? La universidad de esta ciudad es la que mejor me venía. Ofrecían el campo de estudio que estaba siguiendo en mi universidad, las clases me parecían buenas e interesantes, sobre todo por la diversidad y la manera en la que trataban la información, los detalles que cubrían y la manera en la que se enseñaban. Tutto bene!
Elegí Pisa por la zona en la que está. La Toscana es impresionante y creo que no podría dar ningún ejemplo negativo sobre el paisaje y los retos que os esperan aquí. Además, está relativamente cerca de Roma, ¡todavía mejor!
No podía acabar de otra forma que no fuera el dicho "todos los caminos llevan a Roma". Yo lo seguí al pie de la letra y cumplí mi mayor sueño. Roma tiene que descubrirse día a día.
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- English: Why Pisa?
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