Mi viaje en familia II

Alesund es una ciudad con muchísimo color y encanto, es pequeñito y se puede ver en pocas horas. Nos alojamos en un Scandic, con unas vistas magníficas al mar y con el desayuno con vistas al puerto de la ciudad. Y he de decir que el desayuno de los Scandic es el mejor que he probado jamás. Se puede encontrar muchísima variedad de salmón ahumado, queso, mermeladas, nocillas, pan...es increiblemente delicioso. El más completo que he visto jamás.

Pero a lo que iba, Alesund es precioso. Nos hizo un día bastante malo pero aun así lo disfrute muchísimo y me pareció maravilloso. Fuimos a un mirador desde el que se veia la ciudad y sus famosos edificios del estilo "Art Nouveau". Realmente espectacular. Debido al mal timpo, decidimos ir a un acuario que dicen ser de los mejores de escandinavia y disfrutamos viendo focas, pingüinos, mantas y mucho más.

Al siguiente día, después del fantástico desayuno, cogimos el coche otra vez y partimos hacia Bergen. Por el camino, pudimos ver todo tipo de contrastes, nieve, lagos, sol, verde, y era todo maravilloso. Cogimos varios ferrys, cruzamos fiordos...todo hasta llegar a Bergen. Fueron 7 horas pero no me parecieron para nada largas.

Allí en Bergen, llegamos, dejamos el equipaje en el hotel y fuimos a dar una vuelta. Al siguiente día teníamos que ir en un tour a los fiordos por lo que nos acostamos pronto.

En este tour de un día entero a los fiordos fuimos al Naeroyfjord y Aurlandfjord, donde ya había estado. Mis padrs y tios se quedaron encantadísimos, les parecio fascinante. Y a mi también. Cogimos el tren hacia alli pronto por la mañana y a las dos horas estabamos allí. Cogimos un ferry con el que salíamos desde Naeroyfjord y llegabamos en Flam, en Aurlandfjord. Fue muy relajante, estaba soleado...todo era perfecto. Había cascadas y fue espectacular. 

Asemás, cuando nos bajamos en Flam, teníamos que coger el tren de Flam, famoso por ser el tren que más altura sube en menos distancia en toda Europa. Y la verdad es que es espectacular otra vez más gracias al contraste de este país, porque Noruega se puede describir como contraste. Empezamos en un fiordo y acabamos en Myrdal, un lugar en el que la nieve cubría las casas hasta arriba sin exagerar.

Volvimos a Bergen y al día siguiente visitamos la ciudad. Fuimos al monte Floyen, desde el que se ve Bergen en su totalidad, así como el mar, y visitamos el Bergen Bryggen, Patrimonio de la humanidad de Unesco, una iglesia de madera típica del país, y todas las casitas pequeñas de madera que están encima de la ciudad.

Al día siguiente, partimos hacia Oslo y Lillehammer en tren, un camino otra vez más, precioso. Nos quedamos con una anécdota. El tren se paró en una estación en medio de la nada y dijeron algo en Noruego, salió todo el mundo y nos quedamos dentro sin enterarnos. Apareció un señor y nos echó la bronca, tuvimos que salir y despedirnos en un segundo para coger el autobús a Lillehammer y a Oslo. Sin más, fue divertido.

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