Mi cumpleaños en Estados Unidos

Ir a Estados Unidos siempre ha sido mi sueño, por lo que no podía estar más contento por tener la oportunidad de celebrar mi cumpleaños allí. Cumplía diecisiete años y mi familia de acogida sugirió ir a pasar el fin de semana a las montañas. Por supuesto, les dije que me parecía una idea fantástica y que lo pasaría genial. El sábado me levanté y encontré un cartel en el pasillo que decía «Feliz cumpleaños, Cris». También había lazos en el pasamanos de la escalera. Eso me puso muy contento, y eso que el día ni siquiera había empezado. Me preparé y fuimos a Best Buy porque quería comprar una cámara. Estaba en Estados Unidos y hacía todas las fotos con el móvil, por eso pensé que sería mejor hacer una mejora. Cuando encontré la que me gustaba, volvimos al coche y fuimos a Dillon.

Nuestros vecinos tienen una casa allí y nos dijeron que éramos más que bienvenidos a pasar el fin de semana allí. Tom y Carol son muy majos. Cuando llegamos, nos pusimos a hacer un puzle, a escuchar música y a charlar hasta que el reloj marcó las 17:30.

Nos cambiamos de ropa a una más elegante y fuimos a cenar al pueblo de al lado, Breckenridge. Comimos en Hearthstone, un sitio muy refinado. Me sentía muy afortunado. Era un cumpleaños diferente. Normalmente, lo pasaría en casa con mi familia y quizás saldría con mis amigos a tomar algo, pero nada gordo. Y ahora estaba cenando en Breckenridge.

Al día siguiente, mi familia me llamó por Skype porque todos mis parientes estaban allí. Tengo un hermano gemelo, así que estaban celebrando su cumpleaños y querían felicitarme a mí también. Después, fuimos a un balneario a bañarnos en el jacuzzi, fue genial. Hacía frío, pero se estaba tan bien en una piscina de agua caliente que me podría haber quedado todo el día. Luego fuimos a por un chocolate caliente y nos fuimos del balneario. Volvimos a Breckenridge. La noche anterior no habíamos visto la ciudad, por lo que ahora era un buen momento para volver y dar un paseo. Me gustó, tenía una pequeña zona central por la que la gente paseaba, el ambiente era genial y la gente, muy simpática.

Paramos en muchas tiendas. La primera fue All Colorado Things. Tenían de todo de Colorado, desde camisetas hasta sudaderas y tazas. Me compré una camiseta de manga larga y fuimos a la siguiente tienda, Olive Fusion. Aquí mis padres estadounidenses compraron aceite de oliva. Este lugar tiene una gran variedad de aceite, así que pude probar muchos sabores de aceite de oliva (que me encanta, como a todo italiano). Paramos en Bubba Gump a comer algo y luego fuimos a Starbucks porque hacía mucho frío y queríamos estar calentitos. Me gustó ese Starbucks porque tenía una chimenea, que es donde me senté, por supuesto.

Después del paseo, volvimos a casa y empezamos un segundo puzle mucho más complicado. Eran puzles únicos porque eran artesanales y cada pieza era distinta a las demás. A la mañana siguiente, cuando me desperté mis padres no estaban y mi hermano seguía durmiendo, así que seguí con el puzle.

Era genial despertar con nieve cayendo. Nunca había visto nieve en mi cumpleaños. El ambiente era tan acogedor. Mis padres de acogida volvieron, comimos y fuimos a comprar unas cosas. Cuando regresamos, nos sentamos junto a la chimenea y estuvimos hablando.

El martes teníamos que volver a Greeley, así que limpiamos la casa e hicimos las maletas. De camino a Greeley, queríamos parar a comer en uno de los sitios a los que van siempre, pero tres de ellos estaban cerrados. ¡Tres! Al final pudimos comer y seguimos nuestro camino a casa. Era una locura, había hielo en las calles, tardamos bastante en llegar a Greeley. ¡Era impresionante ver nieve allí también! Cuando nos fuimos tres días antes, brillaba el sol, ¡y ahora estábamos a 0 °C!

Me daba pena volver porque tenía que empezar el nuevo trimestre y me gustaría haber seguido con las celebraciones de cumpleaños, pero no pasaba nada. Era hora de volver a la realidad y de empezar otro trimestre increíble.

- Cristian

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