Linnahall y un pequeño paseo a orillas del mar

Sábado, día de descanso, igual a día de visita

Descubriendo los alrededores de Tallin

Esta mañana he decidido que, junto con fiel mochila, saldría a descubrir mi querida capital. Me espera un programa cargadito: visitaré restos históricos, iré a la playa, buscaré una vista panorámica de la ciudad... Así que, ya está bien de hablar. ¡Que empiece la aventura!

Lo bueno de esta ciudad es que los transportes públicos son muy baratos: por 23 € tienes un bono que te vale para todos los tipos de transporte durante un mes. Aunque se puede ir a todos lados andando, ya que Tallin no es una capital demasiado grande, cuando se pone a llover se agradece no mojarse los pies, os lo aseguro. Bueno, empiezo con mi día por Linnahall, que está situado a orillas del mar. En Linnahall tuvieron lugar las pruebas de vela de los Juegos Olímpicos de 1980. El edificio de hormigón que se construyó entonces se ha transformado en una sala de conciertos que, además, alberga una pista de patinaje. Por desgracia, yo no pude encontrar la entrada. He de confesar que, cuando estaba en lo más alto del edificio, me pareció más importante disfrutar de la vista que buscar la manera de entrar a la pista de patinaje. Volveré para darme un vuelta por el sitio y quién sabe si descubriré que tengo un don para el patinaje.

Después, decidí acercarme un poco más a la playa. Mi compañero de piso me había aconsejado ir a Pirita, así que seguí su consejo y me subí en un autobús rumbo al puerto de Pirita.

No me paré en el puerto, sino un poco antes para poder pasearme por los diques. El sol estaba muy alto, así que daba gusto pasear con un poco de aire fresco en la cara, pero con el sol calentando la espalda. Me encontré con mucha gente que estaba de paseo. Supongo que este sitio suele estar abarrotado cuando hace buen tiempo porque ¿a quién no le gusta pasearse por la orilla del mar?

Son las 13 h y siento que mi estómago empieza a sonar, así que decido ir hasta el barrio Telliskivi porque he visto que hay un restaurante que tiene muy buena pinta y quiero probarlo. Así que estoy de vuelta en el autobús y tengo por delante otros veinte minutos de camino hasta llegar a mi destino.

Telliskivi... continuará en el siguiente episodio.

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