LA RECETA TRADICIONAL DEL SALMOREJO CORDOBÉS

Como Cordobesa que soy (sí sí, de esas cordobesas de los pies a la cabeza) lo que más me gusta es un buen plato de Salmorejo Cordobés, conocido ya en casi todo el mundo, y sin vinagre, porque la receta verdadera del Salmorejo Cordobés, no lleva vinagre.

¿Aún no lo habéis probado? ¿Qué no? ¿Qué has estado en Córdoba y no lo has probado? Vuelve, ven y pruébalo. No sabes lo que es mojar el pan en el salmorejo y disfrutar.

 El Salmorejo es un plato muy fácil de hacer, con ingredientes que tenemos a mano en casa y, además, puede hacerse en cualquier lugar.

Yo, durante mi etapa de Erasmus en Udine, lo di a conocer a mis compañeros, y... solo puedo decir que quedaron encantados; y, que aunque no sabe como en casa, estaba buenísimo, de hecho, más de una y más de dos veces hemos quedado para comer Salmorejo Cordobés.

¿CUÁLES SON SUS INGREDIENTES?

La receta verdadera del Salmorejo Cordobés sería la siguiente:

-          1 kg de tomates.

-          200 gramos de pan (típico el pan de telera Cordobés)

-          100 gramos de Aceite de Oliva Virgen Extra.

-          1 diente de ajo.

-          10 gramos de Sal.

Pero está claro, que cada cual le puede echar la cantidad de ingrediente que quiera (a mí, particularmente me gusta con mucho ajito, como dice mi primo de 9 años, que pique jajaja). También variará mucho en función de las personas que vayan a degustar este maravillo plato.

Es una comida que sirve tanto en verano como en invierno, en la mayoría de los menús de los restaurantes aparece e incluso yo lo he visto en lugares fuera de la capital cordobesa.

¡Está tan buuuuuuuuenooo!

Y…. ¿SABÉIS CÓMO PREPARLO?

Pues bien, ¡olvidaros de la Thermomix!, como una batidora de mano no hay nada, y, además, es que el toque se lo das tú. Desde mi punto de vista, esta muuuuucho más bueno cuando vas batiendo y probando, y añadiendo lo que vaya faltando, ¡hasta que tenga ese punto que digas… buenísimo!

En primer lugar, debemos triturar los tomates.

Continuamos, añadiendo el pan; y seguimos batiendo, y proseguimos añadiendo el ajito, la sal y el aceite.

¡Casi está listo!

Dejaremos reposar en el frigorífico, para que este fresquito a la hora de comer.

¡Ya está listo!

Es la hora de comer… pero antes, al servirlo, añadiremos huevo cortadito y un poquito de jamón picado finito.

Si lo deseas… puedes añadirle un chorreoncito de aceite de oliva. Pero eso, al gusto. A mí, particularmente no me gusta.

¡A COMER!

¡UNA CURIOSIDAD! Lo que hace diferente al salmorejo de comerlo en Córdoba o comerlo fuera de nuestra tierra, es el pan. Sí sí, como lo leéis, acostumbrados al pan típico de Córdoba, el pan de telera, es normal que cuando salgamos fuera digamos…. Este salmorejo no sabe cómo en casa, porque como dicen, como en casa en ningún lado.

A mí ya me ha pasado; pero, bueno, es un plato que gusta, y gusta se haga con el pan que se haga.

Ahora si has tenido la suerte de probarlo fuera de casa, porque ahora se estila mucho en todos lados poner en el menú, o incluso en tapas, o sugerencias, el Salmorejo Cordobés. No dudes en venir a Córdoba, y probarlo aquí, quedarás más impresionado aún de cómo sabe.

 OTRAS FORMAS DE COMER SALMOREJO

El Salmorejo podemos disfrutarlo también en diversos platos, como puede ser el típico plato Cordobés de Salmorejo con Tortilla de Patatas (dime que no se te hace la boca agua) ¡Que hambre!; también, en tostas (un trocito de pan, con un poquito de salmorejo y su huevo y jamoncito); con patatas fritas (si, si, patatas peladas o patatas fritas congeladas); con Berenjenas Fritas....

Más ideal es aún si combinamos Córdoba con Málaga, una exquisita fritura malagueña con el típico salmorejo cordobés. ¿A qué esperas para probarlo?

Y para disfrutar del verdader salmorejo cordobés, te recomiendo que lo hagas en Córdoba, en cualquier terracita, taberna, restaurante de esta maravillosa ciudad, porque como en esta tierra.... en ningún sitio.

Ya lo dicen, como en casa en ningún sitio. Una vez que pruebes el salmorejo de Córdoba, no querrás probarlo en ningún lado más. ¡Maravilloso! ¡Buenísimo!

Y.... la siguiente entrada hablaré de algo más curioso aún ¡SALMOREJO DE NARANJA!

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