Just do it!

"Just do it" es una expresión muy famosa que hemos escuchado o leído probablemente en muchas ocasiones (supongo) y quiere decir algo así como ¡actúa! No esperes, solo hazlo. El objetivo de esta frase es alentar a la gente a que actúe, y a dejar atrás esa actitud perezosa y conformista, con la que es imposible mejorar como persona. No se puede progresar en la vida si no tenemos actitud y ganas de mejorar. Las cosas serían muy diferentes si en lugar de actuar y luchar por todo lo que deseamos conseguir, nos quedásemos sentados frente al televisor, fumando y tomando un café, observando cómo pasa todo delante de nuestros ojos, y sin entrar en el "juego".

Eso sí, desde luego que no menciono esta expresión para promocionar a Nike, porque si bien la marca ha estado utilizando esta frase en muchos anuncios, y según el creador de esta empresa afirma que esta expresión describe a la perfección la marca "Nike". En fin, tampoco voy a hablar de esto, pero sí voy a decir algo mucho más importante, por ejemplo, la forma en la que los atletas entrenan cada día para poder llegar más lejos, para batir los récords del mundo en cada campeonato, o para demostrar que la velocidad es algo que se puede entrenar y mejorar.

En este artículo, voy a contar una experiencia que viví junto con otros tres compañeros hace exactamente una semana, cuando estuve en la ciudad de Breslavia. ¿Qué por qué decidimos ir a esta ciudad? Decidimos viajar hasta aquí desde nuestra querida Lodz por su cultura y para ver una de las ciudades más bonitas de Polonia (eso dice la gente y yo coincido). Aunque no voy a contarte mi viaje (ya habrá tiempo), pues quiero apartar otros temas de este blog, y compartir esta historia que aún me pone la piel de gallina.

La razón por la que escribo acerca de esto es muy simple: Creo que es mucho más importante mejorar como persona en todos los sentidos cuando se habla de este tipo de historias (me encanta extenderme con las introducciones para crear interés y misterio), y no solo sobre lo que hago en mi vida diaria o al gimnasio que voy (al que por cierto, no voy). He tenido mucha suerte de viajar a esta ciudad que hasta hace poco desconocía, y encima con tres personas que no solo se limitan a hablar y a divertirse, sino que además tienen mucho más que ofrecer y puedes aprender de ellos; por eso, muchas de las conversaciones que hemos tenido en estos días han sido sobre cómo vemos el mundo y lo que podríamos hacer para mejorarlo. Tanto desde el punto de vista político, como económico y personal, llegando a la conclusión de que todos estamos de acuerdo en que el problema que tenemos hoy en día es la falta de valores (valores personales) en la sociedad.

Tuvimos la ocasión de debatir qué sistema era mejor en este momento: el comunista o el liberal desde diferentes puntos de vista, pero lo que estaba claro era que el mundo necesitaba unos valores personales básicos que deberíamos tener. Da igual si pertenecemos a un gobierno democrático o a una dictadura, porque nunca saldría bien sin estos principios básicos.

Estos principios son el respeto y la tolerancia, necesarios para conseguir la libertad que buscamos y que nos permite tener un estado auténtico, en el que todas las personas son iguales ante la ley. Porque sin respeto a las normas y a las personas, y sin esa tolerancia que nos permite respetar a cualquier persona, todo el mundo estaría perdido.

Sin embargo, el protagonista de esta historia nos enseñó algo en mi opinión mucho más importante, y fue la actitud que describe la frase "just do it". Uno de mis colegas argumentaba que no todo el mundo puede conseguir un trabajo o una casa decente y que si uno empieza a vivir igual que la mayoría de la gente, empezando por lo más bajo, siendo un sin techo en la calle, es prácticamente imposible conseguir nada en la vida. Yo alegaba que con actitud todo es posible, porque basta con una idea para abrir la puerta hacia el éxito y si quieres, puedes hacerlo. Porque muchas cosas pueden ser muy malas hoy en día, pero tenemos las herramientas para cambiar: un cuerpo y un cerebro, y con esto podemos mover montañas (no literalmente, no lo intentes). Nadie puede dejar de pensar en ti, y con esa intimidad que todo el mundo tiene, podemos inventar o crear algo fascinante. Basta con mirar a nuestro alrededor y decirnos "yo puedo", y reflexionar para encontrar una solución que cambie nuestra situación actual. Está claro que hay problemas que son insuperables, como la pérdida de la visión, o de las piernas, lo que hace que tengas un hándicap muy grande en la sociedad.

Estábamos comiendo en un comedor de la ciudad de Breslavia, cuando un hombre de unos cincuenta años se sentó a nuestro lado. Mientras comíamos, nos miraba todo el tiempo como si estuviese esperando para decir algo, pero nosotros seguimos con nuestra comida. Entonces, sacó una bolsa de su abrigo y empezó a abrirla. He de decir también que tenía una barba larguísima y descuidada, no olía muy bien y su ropa y sus manos estaban muy negras; estaba claro que vivía en la calle. Era lo que normalmente se conoce como vagabundo, aunque él tenía algo especial.

En su bolso llevaba aproximadamente veinte medallas de oro, pero no sabíamos lo que estaba pasando en ese momento. Entonces, empezó a enseñar una por una a mi compañero y lo miraba primero a él y luego a todos nosotros para explicarnos el origen de estas. Corría maratones, pero no solo eso, sino que también ganaba. Por ejemplo, había conseguido una medalla por correr en diez días, diez maratones, algo que muy pocas personas en el mundo podrían hacer, y además vivía en la calle, sin hogar y tenía unos cincuenta años.

Nos sorprendió y la verdad es que al principio no nos lo podíamos creer. Aunque claro, también era raro que hubiese podido robar tantas medallas, así que nos quedamos confundidos. Fue cuando empezó a contarnos su historia y dijo algunas verdades, como si cada una de ellas se pusiera a investigar, llegando a las mismas conclusiones que él. La verdad es que pocas personas lo saben, quizás por ignorancia o simplemente porque los medios de comunicación no quieren que lo sepamos. Pero antes de adentrarme en esta asombrosa historia que quiero compartir contigo, me gustaría contarte un poco de su vida.

Por un lado, es importante destacar que este vagabundo sabía al menos cuatro idiomas, pues además de ser polaco y por supuesto hablar el idioma nativo, también hablaba inglés, llevaba siete años trabajando en Alemania y cuando no se acordaba de alguna palabra compleja en inglés, la decía en francés. Por eso nos dimos cuenta de que no era un hombre común y corriente, y que era un hombre educado y formado. Algo debe haberle pasado a este hombre, es la pregunta que todos nos hicimos en ese momento.

Entonces, empezó a decir que Polonia y la ciudad de Breslavia en cuestión, cuando era joven y el Partido Comunista todavía estaba en el poder, trataba muy mal a la gente con cualidades y actitudes que eran importantes a nivel nacional e internacional. Trabajó en una empresa de cine y música y nos contó cómo un día mientras estaba en el trabajo (era un señor mayor), por sus ideales, que no pertenecían al Partido Comunista, entraron dos enormes polacos y lo tiraron por la ventana desde el suelo de una habitación. Aún no sabe cómo ha sobrevivido y no le pasó nada, pero eso le hizo darse cuenta de que tenía que salir del país. No tenía libertad de expresión ni de actuación, y a los mejores de cada campo del país los metieron en la cárcel, por lo que no pudo seguir allí mucho tiempo más.

Se tuvo que mudar por algunos problemas a Alemania, donde las cosas, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, parecían mejor, al menos en el lado no comunista. Y fue cuando trabajaba para una compañía de música durante siete años, seguía mejorando y mirando a su alrededor, si todo lo que veía era real o no. Se dio cuenta de que los medios de comunicación solo mostraban las noticias que les convenían, escondiendo muchas de manera que nadie se enterara, pero sí por nuestra propia investigación en Alemania y fue allí donde empezó a darse cuenta de cómo era Polonia. Un país sin libertad, un país en el que si no creías lo que el partido gobernante decía o acababas en la cárcel o muerto. Pero claro, las personas que no han tenido la oportunidad de ver nada más, no se dan cuenta de esta situación de falta de libertad.

Continuará... Ya que la historia aún no ha terminado y no quiero un artículo enorme e interminable, lo mejor es que continúe en otro.

Just do it!


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