Fiesta Erasmus de bienvenida en Soumat

Después de echarnos la siesta, empezamos a prepararnos para nuestra primera noche de fiesta Erasmus. Sabíamos que una noche de fiesta en España no termina hasta por la mañana, por lo que ¡nos echamos la siesta con la esperanza de durar toda la noche! Volvimos a hacer botellón en nuestro piso de plaza de Mina, ya que estaba cerca de Soumat, donde iba a empezar la fiesta Erasmus.

Después de que todas llegaramos y hubiéramos bebido un par de cubatas, pusimos rumbo a Soumat. No estábamos muy seguras de dónde estaba, pero pronto pareció saltar a la vista. Pasamos por una calle llena de gente. Algunos de ellos eran Erasmus, así que sabíamos que estábamos en el sitio correcto. Entramos y nos encontramos con una bandera del ESN y con mucha gente que iba de un lado para otro llevando una pegatina con su nombre. No sabíamos si todos teníamos que llevarlas y como no encontramos ninguna, ¡fuimos sin!

La música de Soumat era estupenda. Lo malo fue que estuviera tan lleno de gente, porque nos estábamos cociendo de calor y era muy complicado moverse. Entendimos pronto por qué había tanta gente fuera de la discoteca.

Decidimos ir a coger algo para beber y quizá salir un rato fuera, sin embargo, después de esperar media hora todavía no nos habían servido. Parecía que servían a la gente sin ningún tipo de orden. Los empleados estaban claramente estresados. Conseguí pedir para beber, entonces el camarero sacó unos vasos y les puso hielo, pero luego desapareció para ir a buscar más vasos por toda la discoteca; se olvidó de mis bebidas pronto. Parecía que se habían quedado sin vasos, ya que no se veía ninguno detrás del bar, y solo preparaban las bebidas después de que el pobre chico que estaba en el fregadero los fuera lavando. Pasamos de las bebidas y fuimos fuera ya que el calor empezaba a ser insoportable. Por suerte, cuando íbamos de camino, nos encontramos con un hombre que llevaba unas pistolas de agua cargadas de alcohol, y que fue tan amable de dispararnos unas cuantas veces en la boca. No sabía muy bien, ¡pero por lo menos pudimos beber! Fuera estaba más abarrotado que antes, había por lo menos 100 personas llenando la calle. Para ser uno de los "bares más grandes de Cádiz", ¡no era lo suficientemente grande!

Estábamos tomando el aire y alguien sugirió hacer una foto con todas mis compañeras de piso; ¡era la primera foto juntas después de que todas hubiéramos llegado! Pero la diversión terminó pronto cuando llegó la policía e insistió en que no podía haber tanta gente en la calle a esas horas de la noche (sobre la 1:30). Así que volvimos a entrar a la discoteca y mucha otra gente se fue a otros bares, ¡imagino que porque era imposible que todos cupiéramos en Soumat! Pero pronto la gente empezó a salir de nuevo para huir del calor. Nosotras, después de un baile rápido, también salimos, pero fue sobre todo para huir de un par de hombres españoles más mayores que no paraban de decirnos cosas y no parecían pillar las indirectas.

A las 2:30 a. m., muchas de nosotras teníamos hambre. En casa, en Inglaterra, ¡a las 3:00 a. m. es hora de irse! Así que fuimos en busca de algún lugar donde comer. Fuimos a un puesto de kebabs que conocíamos, pero estaba cerrado. Cuando preguntamos a unos locales si sabían un sitio donde pudiéramos comer, todos se burlaron (¡parece ser que los españoles no comen a las 3 a. m.! ). Algunas personas nos dijeron que teníamos que ir en dirección al ayuntamiento, por lo que fuimos para allá esperando que el Burger King siguiera abierto (en mi país los McDonald's suelen abrir 24h). Desgraciadamente, no hubo esa suerte. Estábamos un poco desesperadas y le preguntamos a unas personas del servicio de limpieza que había por allí que nos dijeron que justo a la vuelta de la esquina había un Euro Vending 24 horas. No es lo que teníamos en mente, ¡pero agradecimos la comida! En las máquinas expendedoras había sándwiches, patatillas, chocolates y bebidas, así que todas compramos algo, nos sentamos en los escalones y nos pusimos a comer. En cuanto quedamos satisfechas, estábamos listas para continuar la noche y encontrarnos con el resto de la gente Erasmus, los cuales para entonces deberían de estar en La Punta, o por lo menos yendo de camino.

Llegamos a Sala Supersonic, donde había muchos Erasmus. La entrada era gratis y la discoteca era, afortunadamente, mucho más guay que Soumat y había algo más de espacio (aunque ninguna de las discotecas o bares de Cádiz son muy grandes). Ponían música tranquila de los 70 y los 80: sonaba la banda sonora de Grease y canciones como Surfin' USA. Estaba bien, pero queríamos un sitio más animado con música de discoteca más moderna, por lo que fuimos a la siguiente que se llamaba "Aki Te Quiero" que se parecía más a lo que estábamos buscando. Nos lo pasamos muy bien y estuvimos bailando durante el resto de la noche hasta las 6 a. m., que fue cuando la multitud de gente empezó a disminuir y decidimos que igual era la hora de volver a casa. Pensamos que no había estado mal para ser nuestra primera noche siguiendo el ritmo de fiesta de los españoles. Aunque para la próxima vez, nos aseguraremos de llevar algo de picar y así evitar pasar hambre a mitad de la noche.


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