Espánglaro: los altibajos de usar tres idiomas al mismo tiempo
He pensado desde que estaba en el instituto lo guay y beneficioso que sería hablar muchos idiomas, pero nunca esperé que este deseo se volvería la realidad de mi Yo de 23 años. Claro, siempre he sabido que tenía talento para aprender idiomas (sin embargo, cuanto más experiencia tengo en este campo más rechazo la asunción de que uno necesita estar dotado para dominar una lengua foránea) y además siempre he estado muy interesada en los idiomas, aunque aún no pudiera creerme que eso me pasaría realmente a mí.
Sin embargo, aquí me tienen, hablando tres lenguas diferentes además de mi lengua materna con varios niveles de fluidez:
- El inglés, mi SEGUNDO idioma foráneo, con nivel avanzado (C1), y en algunos aspectos incluso proficiency. Juega un rol mediador en muchas relaciones que tengo con gente de todas partes del mundo, pero de forma más importante con mi novio y su familia.
- El español, mi TERCER idioma foráneo, con un sólido nivel básico (B1) que ahora estoy utilizando en mi vida diaria y para comunicarme con aquellos amigos que no hablan inglés.
- El alemán, mi PRIMER idioma foráneo, con un nivel de no-tengo-ni-idea-pero-oficialmente-un-C1, pues no lo he usado en siglos (si quiero ser precisa ¡5 años! )
Así que a estas alturas de mi vida los idiomas con los que estoy en contacto diariamente son el inglés, el español y el húngaro. Ahora, muchos de vosotros debéis creer que esto es algo increíble, y me imagino que la mayor parte del tiempo yo estoy de acuerdo, pero a veces puede ser realmente agotador y puede sobrecargar mi cerebro.
En ocasiones deseo que mi cerebro dejara de trabajar por un segundo para que pueda tomarme un respiro de esta realidad trilingüe. De este modo os voy a contar cuales son los pros y los contras de hablar tres idiomas diferentes al mismo tiempo para mí.
Los pros
Antes de nada, los lingüistas han probado que el bilingüismo fortalece habilidades como la resolución de problemas, la empatía y la capacidad de filtrar la información recibida basándose en su utilidad, pero estos son sólo unos ejemplos. Aunque yo no soy bilingüe, creo que mi situación me permite adquirir capacidades similares, pero al menos estoy ejercitando continuamente mi cerebro, lo que es sin duda una gran ventaja.
Otro aspecto positivo es que siendo capaz de hablar un idioma, no solo aprendo palabras y reglas gramaticales sino que también aprendo como ver el mundo con los ojos de los usuarios de ese idioma. Puedo entender mejor su cultura y también puedo entender algunas correlaciones que nunca habría sido capaz de entender sin el conocimiento del idioma. Desafortunadamente, cuando trato de explicarle esto a alguien nunca puedo encontrar un buen ejemplo en el momento, y tampoco puedo encontrar un buen ejemplo ahora. Así que espero que a pesar del tono abstracto en el que lo he explicado podáis haceros una idea de lo que hablo.
También he aprendido muchas palabras nuevas en mi idioma materno al aprender nuevas palabras en inglés o español (e incluso en alemán), pues el origen de estos últimos es el latín. En húngaro tenemos la versión húngara de la mayoría de las palabras y utilizamos expresiones originarias del latín en un contexto más formal, académico. No tanto en la vida diaria. Así es que un húngaro corriente se encontrará con estas palabras en el bachiller o la universidad y familiarizarse con ellas lleva un tiempo. Por esto, en mi caso, hablar idiomas indoeuropeos me ayuda a ampliar mi vocabulario húngaro pues resulta más fácil para integrarlas en las expresiones húngaras.
Y por último, no por ello lo peor, estoy también muy orgullosa de que ahora fácilmente salto entre el húngaro, el inglés y el español. Claro, requiere cierto esfuerzo, pero pasa muy a menudo que después de hablar español durante dos horas en la academia, quedo con mi novio y discutimos un tema más difícil en inglés y después, hago un skype con mis padres. Solo me gustaría que el alemán estuviera en esa lista también...
Los contras
Sólo si continuamos debatiendo el último aspecto de la lista de los pros ya llegamos fácilmente a uno de los contras, concretamente que saltar de idioma a idioma sin darse cuenta a veces deriva en saltar al idioma equivocado sin darse cuenta. No puedo recordar cuantas veces he empezado una frase en inglés, o incluso en español, cuando hablaba con mis padres, o cuantas veces le he soltado monólogos a mi amiga brasileña, Kellen, mientras ella se me quedaba mirando porque no estaba hablando español.
Además, también ocurre con bastante frecuencia que preferiría, sencillamente, mezclar todos los idiomas que sé para expresarme de la forma que quiero o de la manera más precisa. Porque, en ocasiones, la nueva palabra en español que recién aprendí en clase a la mañana me vendría perfecta cuando trato de explicar algo en inglés más tarde el mismo día, pero ¡uuuuups! En inglés no hay ninguna palabra así. Sin embargo, las peores situaciones se dan cuando me muero por usar un dicho húngaro pero, simplemente no puedo, ¡y tengo que parafrasearlo! ¡Eso es sencillamente irritante! Para daros un ejemplo, por alguna razón, solía querer usar el dicho "Néma gyereknek anyja sem érti a szavát" muy frecuentemente con mi novio, que en inglés sería algo así como "Un niño mudo no puede ser entendido ni siquiera por su propia madre". Significa que la comunicación es esencial para resolver nuestros problemas.
Finalmente, todo el proceso de hablar y pensar en tres idiomas al mismo tiempo puede ser muy cansado. Es como que tienes que tener en mente tres veces más palabras y expresiones, mientras tienes que asegurarte de almacenarlas en distintas partes de tu cerebro para evitar confundirlas. Pero, a veces pasa, y entonces es cuando se inventa el Espánglaro.
Me gustaría acabar el post mencionando una vieja hipótesis desarrollada por los lingüistas Sapir y Whorf, según la cual hay una relación fundamental entre el idioma y la realidad. Su idea era que el idioma particular que hablamos no es solo un medio para expresar nuestros pensamientos, sino que también guía y determina nuestra percepción de la realidad social. Aunque esta asunción ha sido criticada por otros eruditos por dar una interpretación demasiado limitada sobre qué es lo que influye en la comunicación, porque se enfoca solo en el lenguaje, yo aún la encuentro muy interesante y a menudo sorprendentemente cierta. Porque, ¿qué otra cosa sería la explicación de tener cinco palabras diferentes para el mismo pedazo de realidad en un idioma, mientras solo hay una en otro idioma? Espánglaro
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