(D6) Erasmus en Venecia: "Día de bienvenida" en mi universidad erasmus (IUAV)

Querida Venecia...

Hoy ha llegado el día que llevo tanto tiempo esperando con impaciencia: ¡el día de bienvenida a los estudiantes erasmus en mi universidad de acogida (IUAV)!

Primera toma de contacto en la universidad

Me perdí de camino a la universidad (aunque pasé justo por delante del edificio ayer por la mañana de camino al mercado), pero por suerte había salido con tiempo (procurad dejar siempre un margen de tiempo cuando vayáis por caminos que aún no os sabéis de memoria, ¡Venecia es un laberinto!).

La responsable del Departamento de Relaciones Internacionales (muy graciosa y adorable, por cierto) nos hizo una presentación de la facultad, de las asignaturas, nos presentó a los dos profesores de arquitectura y artes visuales, nos enseñó la biblioteca, nos habló de la ESN (la organización de estudiantes internacionales, también conocida como Erasmus Students Network), que se encarga de organizar eventos, etc.

Es una pena, pero lo primero que hicieron los estudiantes fue juntarse con aquellos que hablaran su mismo idioma o vinieran de su mismo país. Los ingleses por un lado, los franceses por otro, luego los alemanes, los españoles...

¡Con lo genial que sería mezclar todas esas culturas!

Por suerte, más tarde hicieron un pequeño descanso y conocí a unas chicas en la cola para el baño: una alemana, una croata, una holandesa y una española. Estuvimos juntas todo el descanso y nos presentamos todas en un momento (de dónde veníamos, qué estudiábamos, dónde nos habíamos alojado, etc. ).

Al acabar, nos pusieron algo de comida para picotear (sándwiches y demás aperitivos) y algo de beber: ¡nos pusimos todos a hablar y a tomarnos algo! Yo no tardé mucho en irme, ya que tampoco quería llegar tarde a la cantina de mi convento (hay que procurar siempre anticiparse, ir con tiempo y tener en cuenta a la hora a la que se come).

Busca siempre los grupos de Facebook

Por la tarde volví a salir, pero esta vez fue para comprar algo en concreto: un tupper de plástico.

Dejad que me explique: vi una publicación (en el grupo de Facebook de ESN Venecia) de alguien que había comprado demasiados tupperwares y al final no necesitaba tantos, así que buscaba a gente interesada.

Ahí pensé en cuando me fuera a mudar a la residencia universitaria Junghans, en Giudecca, donde tendría que hacerme yo la comida, y donde cocinaría grandes cantidades para no tener que estar cocinando todos los días. Así que aproveché la oportunidad y le hablé a la chica italiana de la publicación, a la que por suerte aún le quedaba uno.

Quedamos en la plaza de San Marcos. Me encantaba poder disfrutar de los trajes de carnaval y con mucha menos gente de la que suele haber un domingo. Hablamos un poco y le di las gracias por su generosidad.

¡Llegó la hora de cargar provisiones!

Ya que estaba allí, aproveché para darme una vuelta y encontré una tienda bio (no había podido ir hasta ahora porque o me pillaba bastante retirado del convento, o lo pillaba cerrado). La tienda se llama "La Bio Store - La serenissima, ¡recomendadísima!

Tenían muchísimas más cosas que en Naturalia y muchísima variedad de productos veganos o sin gluten (aunque en cuanto al uso del plástico, fallaban un poco). Además, ¡tenían también frutas y verduras frescas y locales! En resumen, todo lo que tienen ahí os vendrá bien tanto a vosotros como al planeta.

Me tenía que comprar algo para desayunar, ¡así que me cargué de avena y granola! Son de la marca "Ambrosiae", por si os interesa.

Lo que tienen de especial es que hacen germinar los granos y cuecen todo a menos de 42 ºC, con el fin de conservar todos los nutrientes. ¡Así seguro que se conserva uno más sano que un roble!

Sale algo caro, ya que se trata de "superalimentos", pero en mi caso, yo decidí invertir un poco más en productos de calidad en lugar de comprarme cosas más baratas a la par que menos sanas. Así intento mantenerme en forma, alimentándome con el mayor número de nutrientes y vitaminas posibles con tal de disfrutar Venecia al máximo.

(Esta es la entrada al convento, lo siento por la calidad del teléfono, pero quería enseñaros la fachada).

Escape Room en el convento

Llegué al convento y me encontré con que había una renión: estaban todas las chicas de mi planta.

Resulta que, en el convento, se turnan por plantas para organizar de vez en cuando actividades para todo el mundo. En esta ocasión, era el turno de la segunda y cuarta planta; ¡tenían que organizar algo para marzo!

Así que fui a la reunión para practicar mi comprensión oral de italiano; me encantó ver lo creativa que es la gente y escuchar sus ideas.

Finalmente, decidieron organizar un Escape Room en el convento de terror, que relataba la historia de una chica, pasando desde su infancia, su adolescencia y su vida adulta. Pusieron la actividad para el 24 de marzo, pero para entonces ya me habría mudado a Giudecca. Igualmente, ¡les diré de participar! Además, ¡me han pedido que haga la ficha para el Escape Room!

En resumen, estoy mejorando mi nivel de italiano poco a poco (aún me queda por mejorar, aún me cuesta explicarme), pero cada vez estoy más integrada en el grupo de las estudiantes del convento, que se conocen desde septiembre, algunas incluso de varios años atrás.

Ahí va una pequeña anécdota

El convento en el que me alojo ahora mismo es muy moderno (no hay curas, no hay reglas estrictas y apenas se hace notar la religión). Aunque hoy, por ejemplo, me he cruzado con una monja.

Conforme se iba a acercando a mí, se me pasaron varios pensamientos por la cabeza:

"Quizás decir ciao sea demasiado informal, lo mejor será decir buongiorno. Ah, no, que es por la tarde... ¿Cómo se dice tarde en italiano? ¿Cómo se me ha podido olvidar algo tan básico?".

Y mientras le daba vueltas a todo eso, la monja pasó por mi lado y me dijo: "¡Ciao bella!".

¡Para la próxima ya lo sé!

Gracias, Venecia...

• por la amabilidad de tus habitantes;
• por los imprevistos y las sorpresas;
• por tus tiendas bio y respetuosas con el medioambiente.

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