Actividades hawaianas

Hasta ahora he estado en muchos lugares, lo que me alegra mucho porque ni siquiera he cumplido los veinte. He estado en diez países europeos, creo, y en dos países norteamericanos.

Hoy os quiero contar mi experiencia en Hawái. Lo primero es que pasó de repente porque se suponía que yo no iba. Estaba de intercambio en Estados Unidos y mi familia de acogida ya me había llevado a México en las vacaciones de primavera. Había comprado un billete de avión a Milán para el seis de julio, pero mis padres estadounidenses me dijeron que querían que fuera con ellos a Hawái y que se iban el día cinco, por lo que cambié el vuelo del seis al quince, que es cuando volví a Italia.

Royal Hawaiian, Honolulu

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El cinco de julio llegó por fin y fuimos al Aeropuerto Internacional de Denver. Desayunamos en la cafetería de United Airlines. Después, embarcamos en primera clase y de verdad que ya me sentía en el cielo. El personal era muy amable y el vuelo fue maravilloso. Aterrizamos en Honolulu y tuvimos que coger un taxi porque hubo un problema con el coche que habíamos alquilado. El conductor, que no hablaba mucho, nos llevó al hotel Royal Hawaiian en Waikiki. No es por presumir ni nada, sobre todo porque si no llega a ser por mi familia estadounidense no habría ido nunca, pero es un hotel famosísimo. Es un edificio rosa y es tan famoso que el hombre de la recepción nos dijo que Justin Bieber se había alojado allí. Las habitaciones eran increíbles, era una pena que solo nos quedáramos una noche. Desearía haberle hecho una foto a mi habitación, pero soy idiota y no lo hice. Da igual, la cosa es que al entrar vi la cama y las mesillas. El baño estaba «en la segunda planta» y desde allí, si mirabas hacia abajo, veías la cama. Era muy guay. Hasta el váter era elegante, era de esos con chorros de agua. Era tan refinado que podías hasta elegir la temperatura del agua.

Clases de surf en Waikiki

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Llegamos a la parte interesante, y es que después de alucinar con la habitación, nos pusimos los bañadores y fuimos a la playa de Waikiki a que nos dieran una clase de surf. Menos mal que solo fueron unos treinta minutos, porque el profesor era un imbécil. Tras pasar la mitad del tiempo cansado y sufriendo, por fin conseguí ponerme de pie y montar una ola. Fue genial, pero me caí, así que lo intenté otra vez y lo conseguí. Con eso me bastaba, tampoco es que fuera a convertirme en el mejor surfero del mundo de la noche a la mañana. Cuando terminamos estuve haciendo fotos en la playa con mi cámara y después volví a mi habitación a ducharme porque íbamos a cenar en la cima de Waikiki: ¡en un restaurante que gira 360º mientras comes, por lo que puedes ver toda la ciudad! Impresionante.

Pearl Harbour

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Al día siguiente ya estábamos descansados y listos para la siguiente parada: Pearl Harbour. Fue un sitio muy interesante. Estamos acostumbrados a que nos los cuenten en clase, a verlo en la tele, pero estar allí en persona era increíble. Y mirad qué coincidencia: Había un veterano allí para que la gente se le acercara y le preguntara lo que fuera, así que allá que fuimos. Mi madre estadounidense se dio cuenta de que el apellido de ese hombre era el mismo que el de un conocido suyo y lo mencionó. El superviviente de Pearl Harbour nos preguntó de dónde éramos. Respondimos: «Greeley, Colorado». Resultó que el amigo de mi madre estadounidense era el hijo de aquel veterano. ¡Qué pequeño es el mundo! Bueno, después de aquello nos fuimos y encontramos un sitio muy bonito frente a un pequeño puerto para comer.

El vuelo más corto de mi vida

En toda mi vida, solo he viajado con cinco o seis aerolíneas como mucho, pero mola que una de ellas sea Hawaiian Airlines. También fue el vuelo más corto que he hecho nunca. Duró veinte minutos, ni uno más, ni uno menos. Fue impresionante ver a la azafata servirnos bebidas y aperitivos en tan poco tiempo. Volamos de Honolulu a Kauai y... es un buen recuerdo. Las islas y el océano eran un espectáculo precioso.

Cena crucero en la costa de Nā Pali

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Nunca había estado en un crucero, pero sí en ferris. Este crucero era un barco grande, igual que un ferry, y se llamaba cena crucero porque solo duraba unas horas y cenábamos en él. Al principio, mucha gente se mareó porque el barco se movía un montón y hacía mucho viento. Algunos hasta vomitaron. No era el mejor día para navegar, pero lo hicimos de todos modos. Mi familia de acogida y yo estábamos bien. Era genial ver la costa verde a nuestra derecha. También había pequeñas cataratas que creaban arcoiris. El barco pasó por debajo para que la gente se mojara. Fue muy divertido. Pero creo que lo más impresionante del viaje fue ver la puesta de sol desde el barco, con delfines nadando a nuestro lado.

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Kipu Ranch Adventures

Lo creáis o no, un día llovió. ¿Y cuándo pensáis que fue? Cuando fuimos en vehículos Side by Side. Hicimos una ruta todoterreno por Kauai, lo que solo podía significar una cosa: barro. Sí, porque el suelo estaba empapado y los vehículos que iban por delante de nosotros nos estaban embarrando, supongo que igual que nosotros con los que llevábamos detrás. Llevaba una camisa blanca, pero no me importó mucho porque fue muy divertido. Nos contaron que en Kauai se rodaron muchas películas famosas, como Jurassic World, Piratas del Caribe: En mareas misteriosas y Soul Surfer. Otras películas estaban inspiradas en los pueblecitos de Kauai, por ejemplo Lilo y Stitch y Avatar. Comimos a mitad de ruta y nos mostraron una pequeña piscina natural de agua fría, pero yo decidí no bañarme porque no quería ir mojado durante el resto del viaje. Mi hermano estadounidense, por otro lado, se tiró de cabeza. Le daba totalmente igual, y encima iba tan sucio como nosotros, por lo que pensó en limpiarse nadando.

En el hotel

La mayoría de las veces comimos en el hotel. Además, fuimos a algunas fiestas luau en las que nos pusieron leis, collares de flores o abalorios típicos hawaianos. Cuando no estábamos en el hotel, estábamos en la ciudad comiendo llampuga o comprando camisas hechas en Hawái. Compré una azul para mí, una amarilla para regalársela a mi padre y otra naranja para mi hermano.

Nostalgia

Al escribir todo esto, me doy cuenta de lo mucho que echo de menos el viaje y todo lo que hice y vi allí. Hawái es un lugar precioso y la próxima vez que vaya, iré a las islas a las que no fui la primera vez. Lo más interesante de Kauai y que creo que os tengo que contar antes de terminar este artículo: Cuando íbamos en coche vimos que junto a la carretera había muchísimos pollos por ahí sueltos. Qué cosas.

- Cristian


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