5 cosas que he aprendido al estudiar en Francia e Italia

He estudiado en Francia, España e Italia y mi año en el extranjero se termina pronto, muy pronto. Me queda menos de un mes en Italia y un mes libre antes de irme a España para un curso intensivo de un mes. Luego, vuelvo a Reino Unido, donde haré prácticas antes de volver al mundo universitario. Parece irreal que el año pasado en esta época estuviera descubriendo a dónde me iba a estudiar, con miedo a lo desconocido que se abría ante mí. ¿Sería capaz de recordar algo del idioma que aprendí cuando llegué? ¿Y si pasa algo y no puedo volver a casa? Mi mente estaba llena de preocupaciones todos los días, pero al final, mi año en el extranjero no podría haber ido mejor. Han habido momentos buenos y malos, por supuesto, y mucha sangre, sudor y lágrimas, y más lágrimas, pero este año ha sido uno de los más inolvidables, y probablemente mejores, de mi vida. Esto es lo que de verdad he aprendido este año.

1) Si las amistades y las relaciones son de verdad, la distancia no importa

Mantener amistades y relaciones ya es lo bastante duro en casa. Es 1000 % más difícil cuando estáis en países distintos. Por supuesto, están Skype, WhatsApp, FaceTime y Facebook Messenger, pero no hay nada como poder ver a tus seres queridos en persona, no por Internet (sobre todo cuando Skype siempre va fatal y la mayoría de las veces no os oís bien). En tu año fuera, pronto te das cuenta de quiénes están ahí pase lo que pase y a quién le importas de verdad. Ese es el primer paso para entender que a veces las cosas no duran para siempre, por muy doloroso que eso sea.

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(Mis mejores amigas y yo pasándolo bomba en Nochevieja).

2) Las despedidas siempre cuestan

Soy una persona emocional, siempre lo he sido y siempre lo seré. Pero igual pensáis que tras los 14 viajes en avión y en bus que he hecho en los últimos 9 meses, llevaría mejor lo de las despedidas. La verdad es que decir adiós a las personas que quieres o con las que te has encariñado es una de las peores experiencias del mundo (y por alguna razón, si es en un aeropuerto, peor aún) porque en el fondo, tienes miedo de no volver a verlas o de que algo cambie en ese tiempo y duele saber que no va a ser como antes. Que no os de vergüenza acabar llorando (yo lo hago todas las veces). Pero recordad que pronto veréis a esas personas. ¡12 meses (o menos para muchos de nosotros) no son para tanto!

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(Con mi familia en Navidad en Alemania).

3) Un año fuera es el mejor momento para viajar...

Sí, hay clases, seminarios, exámenes, papeleo y tienes que planear dónde vas a vivir cuando vuelvas, qué asignaturas vas a coger el último año y de qué vas a hacer el trabajo final, pero a pesar de todo esto, durante tu año en el extranjero hay mucho tiempo para viajar. Lo mejor es que una vez que vives en un país, ya no te tienes que preocupar por el alojamiento, por lo que es fácil ir de un sitio a otro. Lo que también es genial es que como muchos estudiantes viajan a países distintos, te puedes quedar con tus amigos en otro país y olvidarte de pagar hotel/hostal. ¡Y además tienes guía gratis! ¡Es ideal! Los viajes de fin de semana son imprescindibles: si puedes viajar, ya sea cerca o lejos, aprovecha porque cuando vuelvas no podrás tomarte vacaciones tan a la ligera (sobre todo mientras tienes que escribir el trabajo final) y cuando te gradúes irás de cabeza al mundo laboral. Intenta visitar tantos países como puedas. Países como España, Italia y Francia no son muy caros ¡y también puedes ir fácilmente a Alemania, Eslovenia o Croacia!

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(Cuando tu mejor amiga viene a visitarte, puedes ver incluso más lugares).

4)... pero el peor momento económico

Está de algún modo relacionado con lo de arriba. Incluso si viajas a lo barato, estás gastando dinero y un año en el extranjero (aunque algunos países sean más baratos) te deja a dos velas. Vuelos, alquiler, facturas, tasas administrativas y el estilo de vida al que te has acostumbrado (comer fuera, cafés, visitas a otros pueblos, ciudades y países)... Sea cual sea tu préstamo estudiantil, tu beca, tu cuenta de ahorros o tu descubierto bancario, pronto se quedará vacío. Si puedes conseguir un trabajo mientras estás fuera, como hacer de niñera o dar clases particulares, ¡hazlo! Si no es el caso, intenta trabajar en verano o busca trabajo cuando vuelvas a la universidad. ¡Lo necesitarás!

5) No pasa nada si no hablas con fluidez

Están los que lo intentan mucho. Viven con la gente del lugar. Comen, hablan, salen y hasta empiezan una relación con la gente del lugar. Cuando estás allí, no es tan fácil tirarse a la piscina de ese modo y no pasa nada si tienes gente de tu país como resguardo. Trata de mejorar tus habilidades escribiendo, hablando, leyendo y escuchando todo lo que puedas. También puedes buscar un amigo/buddy para mejorar tu capacidad comunicativa. Mientras lo estés intentando, mejorarás. Pero no esperes hablar como un nativo cuando termines tu estancia.

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(Vive al máximo o te arrepentirás cuando vuelvas).


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