¡Qué bien te ha sentado Italia!
Cuando dices que te vas a Italia seis meses, oirás los típicos comentarios de que no solo vas a ganar una nueva perspectiva en la vida e idioma italiano. Con el tiempo, la gente me ha preguntado en broma si se me nota Italia en las caderas. Supongo que no puedo culparles, he estado viviendo en el país que inventó la pasta, la pizza y el gelato, que no es que sea la combinación más sana del mundo.
Viajar mucho y estar expuesta a tanta comida nueva hace que resulte difícil seguir una rutina de ejercicio o una dieta. Pero con un poco de planificación y motivación es posible. Echa un vistazo a estos trucos que te ayudarán a sentirte sano sin perderte los riquísimos platos que cada país ofrece.
1. Sal a correr por la ciudad
Sé que puede ser difícil encontrar la motivación para ponerte las deportivas y salir a correr mientras el resto del mundo sigue durmiendo, pero te alegrarás de haberlo hecho cuando pases por zonas de la ciudad que no habrías visto de otro modo. Además de sentirme mejor, correr te da la oportunidad de volver a visitar tus lugares favoritos sin tener que sacrificar otros planes que tengas en mente.
Uno de los mejores días corriendo que he tenido fue en Salzburgo, Austria. Era una mañana de nubes grises y amenazantes. Con miedo a que empezara a llover, aceleré el paso, dispuesta a explorar los caminos que cruzaban el bosque detrás del castillo. Cuando me empezaron a doler los pulmones, paré a recobrar el aliento en uno de los miradores, hechizada por la vista panorámica de las montañas y del pueblo.
Así que pon la alarma y sal a la calle a empezar el día con energía tanto física como mental mientras sientes la ciudad en la quietud de la mañana.
2. Haz ejercicio en el parque
Si correr no es lo tuyo o te está empezado a aburrir, ve al parque a entrenar usando tan solo el peso de tu cuerpo. Aunque no tengas mancuernas, tus brazos y piernas son suficientes para ayudarte a retener o formar masa muscular. Los parques son lugares geniales para esto, pues son grandes espacios abiertos con césped blandito en el que puedes tumbarte para hacer flexiones o ejercicios para el abdomen.
Prueba el entrenamiento que te pongo a continuación si tienes un parque cerca. Haz cada serie tres veces.
Calentamiento:
10 minutos de footing.
Serie 1:
- 20 sentadillas con peso corporal;
- 20 zancadas caminando;
- 30 mountain climbers;
- 50 elevaciones de rodilla.
Serie 2:
- 15 flexiones;
- 20 planchas con cambio de apoyos;
- 20 abdominales en V;
- Plancha de 1 minuto.
3. ¡Inténtalo!
No dejes de ir a las muchas confiterías ni de pedir postres internacionales.
Muchos se sorprenden de lo delgada que está la gente en Italia a pesar de la presencia de gelato, pastelerías y pizzerías en prácticamente cada esquina. El secreto está en la cantidad que consumen. Verás que las bolas de gelato son la mitad de lo que te ponen en Dairy Queen (si no lo sabes, Dairy Queen es una cadena de comida rápida especializada en helados de Estados Unidos y Canadá). Hasta las grandes empresas se han adaptado al tamaño italiano: un McFlurry de McDonald's normal en Italia equivale a uno mini en Canadá o Estados Unidos. Del mismo modo, en las pastelerías hay pequeñas delicias para poder darte un capricho sin sentirte culpable.
Todo está en la moderación y aunque el ejercicio y la salud son importantes, también tienes que vivir la vida, así que adelante, ponle azúcar.
4. Aprovecha los mercados y los puestos de fruta
Aunque el aroma del pan y los pasteles recién hechos puede ser una tortura al pasar por las calles de Europa, los mercados y su variedad de frutas enormes, coloridas y jugosas pueden hacer que te apetezca una manzana en vez de un bollo.
Los mercados suelen ser opciones económicas, ya que puedes comprar un tentempié o ingredientes para cocinar y ahorrarte salir a cenar fuera.
Si te apetece algo de verdura después de unos días poniéndote las botas, echa un ojo a las tiendas de fruta y verdura de muchas zonas de la ciudad.
5. Cuenta tus pasos
A no ser que vayas a una zona de playa, Europa no es una zona de vacaciones relajadas, pues recorrerás cada centímetro de la ciudad intentando ver lo máximo posible en poco tiempo. Conforme suben las temperaturas y la gente empieza a amontonarse, el cansancio hace que coger el bus, metro o incluso un taxi sean opciones cada vez más tentadoras.
Muchas zonas están demasiado lejos, pero intenta andar lo máximo posible. Te sorprendería la cantidad de terreno que puedes recorrer. ¡Yo he llegado a hacer 50 kilómetros en un fin de semana!
Una manera de motivarte es descargar una app que registre tus pasos en el móvil o llevar una pulsera Fitbit, que no solo registra tus pasos, también las calorías quemadas, la frecuencia cardíaca y hasta el número de horas que duermes. Tener una meta de pasos cada día y superarla hará que quieras ponerte una meta mayor al día siguiente.
No solo es un ejercicio genial de bajo impacto, también te permite ver tantas tiendas, queserías y charcuterías como quieras, en lugar de solo pasar por delante en el bus.
6. Haz la ruta activa
Muchas ciudades disponen de recorridos a pie o en bici. También hay excursiones y algunos centros cerca de los parques nacionales o lagos ofrecen varias rutas de senderismo. Por ejemplo, cuando estuve en Zagreb, Croacia, fui al Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, a dos horas y media de la ciudad. La idea de caminar por el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice es especialmente llamativa en zonas con poca gente y enseguida te encontrarás con cataratas, lagos de color aguamarina y una impresionante flora.
No hay nada como volver a casa y dejarte caer en la cama tras un día deambulando por el bosque bajo el cálido sol.
7. Busca equipos deportivos o el gimnasio de tu universidad
Aunque los gimnasios de la universidad no tienen demasiada selección de aparatos, seguro que encontrarás cintas para correr, bicicletas estáticas y máquinas de entrenamiento. Entrenar al aire libre es preferible y más divertido que correr 30 minutos en el mismo sitio, pero es un buen sitio al que ir cuando hace mal tiempo.
También puedes ponerte en contacto con el departamento de deportes de tu centro para ver si hay algún equipo de fútbol, baloncesto, etc. al que te puedas apuntar, lo que te ayudará tanto a mantenerte activo como a hacer nuevos amigos.
Durante mi estancia en Europa, muchas veces me he sentido culpable por comer cosas muy calóricas, pero que tenía que probar. Cuando estamos de intercambio solemos sentirnos mal como nosotros mismo y no queremos volver a casa, aunque cuando lo hacemos nos dicen lo bien que nos ha sentado el otro país. Una parte importante de la cultura es probar sus platos típicos, ya que la gastronomía es una parte fundamental de su modo de vida. Deja de sentirte culpable y prueba cosas nuevas, a la vez que recuerdas cuidar tu cuerpo.
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- English: Looks like Italy treated you well!
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