Noruega como ejemplo a seguir
Es como despertarse de un sueño que parece que nunca has vivido. Amanecer como si no fueras tú misma la persona que ha estado tanto tiempo fuera de su hábitat natural. Darse cuenta de que esa vida no era más que una imaginación de tu mente y que desgraciadamente, hay que volver a la vida normal que tan poco añorabas.
Si la vida fueran dos días me reservaría uno de ellos para volver a mi vida de estudiante de Erasmus. Todo aquel que ha vivido algo así entiende lo que digo, lo que pienso y lo que siento. No es solo irse de viaje; no es solo separarte de la familia y amigos; no es solo aprender un idioma; es cambiar de vida de un día para otro. Y no asimilar lo que vives hasta el último día de la estancia.
La gente que se conoce, esas personas que viven la misma situación que tú, te hacen cambiar y te hacen vivir algo inimaginable. Gente de países vecinos o de países que se encuentran en la otra punta del globo, con sus costumbres, maneras, gestos, que te hacen descubrir el mundo loco en el que vivimos hoy en día.
El país que se visita te cambia por completo. Sea en opiniones personales, en pensamientos o en valores que has conservado hasta ese momento. Conoces lugares que nunca jamás hubieras imaginado ver. Escalas montañas desde las que respiras aire puro. Ves paisajes increíbles, puestas de sol interminables o la famosa luz de medianoche que te hacen pensar lo afortunada que eres en esos momentos. O simplemente, no ves luz por nada más que por 3 horas al día. Recorres carreteras, en las cuales llegas a ver desde casas enteras cubiertas de nieve, a prados verdes sin rastro de la misma en una distancia de menos de 30 kilómetros. Montarse en un ferry se convierte en algo habitual. Y enamorarse del país es algo que no se puede evitar.
En resumidas cuentas, se ven formas de llevar y plantear las cosas que de verdad te hace plantear proyectos para un futuro próximo, o darse cuenta de que tu sitio está fuera de casa.
Noruega me ha enseñado muchas cosas. En primer lugar, que es un país fascinante y lleno de magia que muy poca gente conoce. Escandinavia se ve como un lugar frío, oscuro y triste, pero estoy segura de que muchos cambiarían de opinión si lo visitaran. Es oscuro en invierno, pero en verano llegas a tener días sin noche. Es frío, pero también sube la temperatura en verano. Con menos habitantes que la ciudad de Barcelona, muchos se pueden imaginar cuántos lugares están sin descubrir en un país tan curioso como Noruega. Tener lugares vírgenes significa que la tierra está intacta y que de momento, no sufre de ningún daño causado por el hombre. Por el contrario, son lugares que son potenciales para la explotación. Pero, hay una ley que hace reflejar el respeto de los noruegos hacia sus tierras, en las que se hace reflejar lo mucho que pretenden protegerla.
El ‘Derecho de Acceso’, o allemannsretten, es una ley que establece que toda persona tiene acceso y derecho de utilizar todas las tierras que no hayan sido cultivadas, respetando a otros visitantes al mismo lugar y respetando la propia tierra. Puede ser a pie, con esquís, se puede encender un fuego (excepto en verano), e incluso se puede acampar sin ningún tipo de permiso. Mucha gente como yo, en un principio, pensaría en cómo esas tierras no han sido explotadas para fines económicos como el turismo. Noruega tiene una tierra rica y con muchas opciones para poder llevar a cabo una actividad muy rentable si su gestión es la adecuada. Tanto como destino veraniego como invernal, la tierra de este curioso país podría ser una gran oportunidad para muchos inversores.
Pero, ¿por qué los Noruegos no optan por esta explotación de tierras?
Una de las cosas más positivas que encuentro en este país es que luchan para que su tierra esté intacta. Su vida no depende de la explotación de las mismas y por eso mismo, no ven ocasión o necesidad de hacerlo. Yo, como estudiante de turismo, he podido notar esto en la industria turística. A palabras de la directora de la Organización de Turismo de ‘Visit Lillehammer’ , la zona en la que estuve, el turismo no les interesa, no invierten tanto en ello o simplemente no quieren más visitas dado a que no lo necesitan. Recorrí gran parte del país y me encontré con la misma situación en Bleik (Andoya), en el Norte del país, dónde tuvimos que hacer un proyecto para dar algunas pautas para mejorar el sistema turístico de ese pequeño pueblo. Lo curioso es, que el responsable de zona, muy agradecido con nuestras propuestas, nos dijo que el turismo que tienen actualmente es el suficiente y necesario, y que su interés en que crezca no es tan importante. Sin embargo, en la segunda ciudad del país, Bergen, se observa un interés más grande en atraer más turistas con una buena organización entre los proveedores, además de una buena promoción vía redes sociales.
Viendo esto, encontré que las organizaciones turísticas simplemente buscan más el mejorar la experiencia de sus actuales turistas, más que hacer que el turismo crezca. Con esto no quiero decir que rechacen al nuevo turista, si no que están satisfechos con lo que atraen en estos momentos.
Su manera de desarrollar el turismo, además, se basa en actividades “eco”, o actividades que tengan una relación directa con la naturaleza sin afectar a la misma. El cambio climático está teniendo su efecto y Noruega es uno de esos lugares en los que más se puede notar, y por este mismo motivo, todas las compañías optan por actividades que no causen más problemas al estado del país respecto a los efectos del cambio climático. Se ofrecen tours, que en vez de ser en autobús o coche, se hacen a pie; se hacen visitas a animales en su hábitat natural sin explotar ni un solo metro de la zona en la que estos se pueden encontrar; se hacen visitas a fenómenos morfológicos; los fiordos se observan subiendo a las montañas a pie, etc. Por mucho que todas las actividades acaben teniendo un efecto indirecto en la naturaleza (el transporte hasta el inicio de las rutas, la basura en los caminos de montaña, molestar a animales en su vida), este país está tratando que no se sobrepasen los límites y que el turismo tenga el menor impacto posible en el país.
Noruega no sólo es un país que opte por su conservación natural. La tranquilidad y la independencia es algo que muchos noruegos experimentan en su vida laboral diaria, y que bajo mi punto de vista, es una de las principales cosas que hace que el nivel de vida de este país sea tan alto.
Pude observar esto en muchísimos lugares. He de hacer una comparación, por ejemplo, en el caso de los supermercados. Cada vez que voy a un supermercado en el que hay cola para pagar, veo que las dependientes/as no están cómodas y que intentan hacerlo lo más rápido posible para poder deshacerse de ellas. En Noruega, por muy curioso que parezca, ocurre todo lo contrario. Los dependientes/as se lo toman todo con calma, no se estresan en ningún momento y además, su trabajo funciona muy bien. Esa calma que transmiten, finalmente, se lo transmiten a todas las personas allí presentes.
Por otro lado, la independencia y desarrollo personal es crucial en el sistema educativo de Noruega. Es algo que me sorprendió mucho desde el principio. El primer día de presentación nos dijeron que teníamos los horarios online para cada asignatura, y nuestra sorpresa llegó al ver que sólo teníamos que asistir 2 o 3 días a clase en una semana, algo totalmente contrario a lo que ocurre en Deusto, al que tenemos que asistir los 5 días de la semana. Sólo teníamos 3 asignaturas, en contra de los 5 que tenemos en Deusto. Esto se debe a los créditos; resulta que nuestras asignaturas de allí tenían más valor en créditos ECT que los de nuestra universidad de origen. De todos modos, lo sorprendente era la poca asistencia requerida en los cursos y por lo tanto, eso implicaba más desarrollo fuera de aula y más trabajo individual para poder alcanzar las competencias de cada curso. ¿Qué implica esto? Que el éxito de cada estudiante depende del trabajo que este mismo esté dispuesto a hacer fuera de las horas de clase, algo que puede acabar demostrando quién está capacitado o de verdad tiene ganas de aprender. Los profesores dan el temario basados en unos libros que si los estudiantes quieren, los compran. Si el estudiante quiere obtener una nota sobresaliente, debe complementar la bibliografía que se da con más información que no sea dado por la profesora. En mi universidad, por el contrario, el profesor exige que se aprendan los power points o temarios ofrecidos por ellos, y simplemente, se conforman con eso.
Introducir un sistema en el que la asistencia no sea obligatoria todos los días, en la que el alumno tenga que poner de su parte para poder alcanzar los objetivos del curso, podría dejar claramente a muchos alumnos fuera de las posibilidades de sacarse una carrera. Sin embargo, el sistema es más exigente y de esta manera haría que los estudiantes pusieran más de su parte a la hora de trabajar en sus materias, y hacer, que de verdad, los alumnos consigan sus carreras por “méritos propios”, o mejor dicho, por su propio trabajo. Confío que con proyectos o sistemas de este estilo, la calidad y formación de la gente en Gipuzkoa mejore, sin embargo, nunca se puede asegurar algo así y además, unos sistemas así deberían de ir introduciéndose poco a poco.
Esta idea es muy complicada de llevar adelante, pero con trabajo y esfuerzo creo que las universidades deberían de empezar a tenerlo en cuenta y a introducirlo en sus sistemas, ya que creo que es una gran oportunidad cara al desarrollo de los Recursos Humanos.
Finalmente, tengo un último apartado que quiero sobresaltar por encima de todos. En las últimas décadas, las fronteras han sido derribadas y la globalización ha venido pisando fuerte. Hoy en día, todo el mundo sabe que el Inglés el idioma más importante del planeta, aquel idioma con el que todos nos podemos comunicar. Por este motivo, la gente tiende a aprender este idioma, y hoy en día se ve como pilar para poder cruzar fronteras o comunicarse con cualquier otra persona extranjera. Consecuentemente, muchos países han ido adaptando su vida diaria al inglés. Países como los Países Bajos o Noruega, son claro ejemplo de ello.
Cualquier persona que esté capacitada para hablar inglés puede ir a estos países sin preocuparse de la comunicación con los locales. Muy pocas veces, por no decir ninguna, encontrarás a alguien que no sea capaz de contestar en ingles. De hecho, lo hacen encantados. Los niños noruegos crecen en noruego, los holandeses en holandés y los españoles en español. Pero los dos primeros lo hacen introduciendo pequeños detalles de la vida diaria en inglés. Por ejemplo, la televisión ofrece series y programas en versión original, con subtítulos en este caso en noruego.
Bien, ahora muchos se preguntarán la ventaja de esto. Los niños crecen siendo prácticamente bilingües, o mejor dicho, con un conocimiento muy amplio del idioma. Su acento es básicamente igual que el de esas versiones originales, cada uno con su acento, pero su conocimiento es muchísimo más amplio que cualquier niño que haya acudido a las clases de inglés proporcionadas por el colegio.
Para finalizar con mi escrito, quería decir que una experiencia como el Erasmus es un premio que muy pocos afortunados reciben, y que ayuda a crear nuevas ideas, tener nuevos puntos de vista e incluso cambiar el rumbo de la vida de alguien. Es algo que todo aquel que tenga la oportunidad debe hacer. Algo de lo que se aprende más de lo que la gran mayoría piensa. Algo que es como un sueño y del que desgraciadamente, uno se despierta.
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