Mi experiencia Erasmus en España

El segundo semestre de mi Erasmus, de enero a junio, lo pasé en el sur de España: hogar de la gente más loca y más simpática que he conocido. Sol, alcohol, buena comida y festivales. De Andalucía me llevo algunos de los mejores recuerdos de mi vida. Comencé una nueva aventura, dispuesta a hacer nuevos amigos, conocer lugares nuevos y redescubrirme a mí.

Mis viajes por España

Los fines de semana, mis amigos y yo solíamos organizar viajes para tener algo que hacer. Y qué mejor que viajar a sitios que solo nos quedaban a una hora en autobús. Por unos 10 € (recomiendo viajar con ALSA) podíamos ir donde quisiéramos.

Nuestro primer viaje de fin de semana fue a Granada y la primera impresión que nos llevamos es que es una ciudad con un arte callejero impresionante; tiene imágenes interesantes y coloridas que llaman la atención de los turistas que recorren las calles.

Buscamos un piso en Airbnb, un sitio web muy recomendable si quieres pagar un poco menos por alojarte en el centro de cualquier ciudad del mundo. Pero lo que valió la pena visitar fue la Alhambra, gracias a la cual pudimos apreciar la increíble arquitectura árabe y su conexión con la historia y cultura de Andalucía. A pesar de la lluvia, cada esquina que girábamos, cada calle que recorrimos y cada cosa nueva que vimos nos ofreció una experiencia inolvidable. A veces, me daba la impresión de haberme trasladado a Marruecos. Pero un aviso: las entradas para la Alhambra se agotan enseguida, sobre todo cuando se acerca el verano, así que te recomiendo que las compres con mucha antelación.

Nuestro siguiente viaje fue a Madrid (aunque no está en Andalucía), una de las capitales de la moda a nivel mundial y una ciudad que tenía muchas ganas de visitar. Pronto me di cuenta de que en Madrid, o vas a lo grande o no vas. Había un Primark enorme, con un montón de luces parpadeantes en el interior. Hice muchas fotos mientras paseábamos por la ciudad, disfrutando del simple hecho de estar en Madrid. La primera noche nos dedicamos a buscar dónde cenar bien de precio, a salir de fiesta y a emborracharnos y pasarlo bien. Al día siguiente nos tocó recoger todo el estropicio que hicimos y recuperarnos de la resaca.

Tengo que admitir que no planeamos mucho este viaje y que nos dedicábamos a pasear y a buscar monumentos y parques donde hacernos fotos. Lo que recomiendo es visitar el Palacio Real, que es como el Buckingham español. Hay mucha vegetación y un paseo precioso hasta el palacio, por lo que las vistas son muy bonitas. El edificio está en el centro de Madrid y es un buen sitio donde hacer turismo. No entramos, así que si quieres saber más lo tendrás que descubrir por ti mismo. Al final, nos juntamos todo el grupo y nos sacamos un selfie de recuerdo.

Luego fuimos a Sevilla. Esa sí que es una ciudad preciosa. En cualquier sitio que vayas del centro encontrarás algo interesante para ver. A mí me encantaron Las Setas, un monumento con forma de seta y desde el cual se puede observar toda la ciudad. Las Setas no es el único lugar al que fuimos; también visitamos la Plaza de España y la catedral y desde allí pudimos apreciar la influencia árabe en Andalucía. Son los sitios perfectos para turistas amantes de la historia y de la cultura.

Después, buscamos un sitio para comer, lo que no fue nada fácil teniendo en cuenta la gran variedad de bares y restaurantes que había. Finalmente nos decidimos por un restaurante muy bien decorado y nos sentamos en una zona descubierta. Teníamos plantas exóticas alrededor y el relajante sonido de una cascada nos acompañó durante la cena. Pudimos apreciar que los españoles son muy amables y serviciales en el sector de la hostelería.

El último viaje que hicimos fue a Córdoba, una ciudad que no te puedes perder si quieres ver algo diferente. Durante el mes de mayo, se celebra la Feria de Córdoba, un festival que tienes que vivir de primera mano. Hay un montón de carpas por toda la ciudad donde ponen reggaetón y música española todo el día, y te puedes pasar el día bebiendo y desinhibirte. Había una fuente iluminada y muchas mujeres vestidas de flamencas. Tengo que admitir que, a pesar del calor, me encantaría haberme probado uno de esos vestidos. Lo pasamos tan bien en el festival que decidimos volver la noche siguiente para aprovechar el tiempo que nos quedaba allí. Córdoba, al igual que el resto de ciudades que visitamos, representaba un país relajado, amable con los turistas y con una gran influencia histórica y cultural. ¿Crees que lo has visto todo? ¡Seguro que aún te quedan cosas por descubrir en estos sitios!

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