El Erasmus es para siempre

"El Erasmus te cambia la vida". Seguro que has oído esta frase alguna vez. Yo, también. Pero es ahora cuando entiendo su significado, tres años después de mi Erasmus, cuando miro los fotos, hablo con mis amigos de Huelva, o cuando preparo una tortilla de patatas, una receta que aprendí de mis queridos amigos españoles. En este post, compartiré cómo el Erasmus cambia nuestras vidas y qué aprendí de esta experiencia.

Flexibilidad

Cuando decidimos mudarnos y estudiar en el extranjero, empezamos una nueva vida desde el momento en que entramos a otro país. Nuestra rutina es la suma de nuestros hábitos. Y son estos nuevos hábitos los que nos cambian tanto. Vivimos en un piso nuevo, que seguramente compartimos con otra gente. Hacemos nuevos amigos y con ellos probamos nuevas actividades.

De repente, cosas normales como coger el autobús, hacer la compra o descargar materiales para la universidad, se convierten en todo un mundo nuevo para nosotros. Nos piden que entendamos muchísimas cosas, lo cual siempre es más fácil cuando estás con otra gente. Así que empezamos a entablar amistad con gente de todo el mundo. Cada día aprendemos a adaptarnos a nuestro nuevo entorno, a ser flexibles y a entender a aquellos que son diferentes a lo que estamos acostumbrados o a lo que consideramos "normal".

Esta capacidad de adaptación a un nuevo entorno es fundamental, no solo para el Erasmus, sino para nuestras vidas después de graduarnos. El Erasmus nos enseña a respetar las diferencias, a superar nuevos desafíos y también la importancia de tener una mente abierta y ser positivos. Nos vemos obligados a aplicar estos principios en nuestra vida diaria. Una vez los aprendemos, se quedan con nosotros para siempre.

Pensamiento crítico

Me atrevería a decir que en la universidad aprendemos a evaluar de forma crítica y a procesar la información. Lo aprendemos a lo largo de nuestros estudios, pero una vez tenemos que estudiar nuestra carrera en otra universidad, otro país y otra lengua, ganamos una perspectiva totalmente diferente del tema. Vemos nuevas formas de enseñar, nuevos temarios y nuevos enfoques.

Todo esto nos ayuda a reflexionar. Comparamos y nos damos cuenta de que nuestro modo de hacer las cosas no es el único correcto, que siempre hay opciones y que la mejor manera de experimentar la novedad es aceptar las diferencias. Esta es otra habilidad que, una vez incorporemos en nuestra vida real, se quedará con nosotros para siempre. Porque aunque parezca que no sea así, la vida Erasmus es la vida real.

Pasarlo bien pero ser responsable

El Erasmus también va de estudiar. Digo "también" porque todos los que nos hemos ido de Erasmus sabemos que es solo una pequeña parte de toda la experiencia. La idea es la siguiente: estudiantes de todo el mundo llegan a una ciudad nueva, con ganas de hacer amigos, explorar, y aprovechar las ventajas de la vida estudiantil. Esto explica por qué a los Erasmus les cuesta tanto aplicarse en los estudios. Y sin embargo, lo hacemos. Vamos a clase, hacemos exámenes y nos volvemos a casa con los créditos necesarios para pasar de curso.

Durante el Erasmus, la vida parece una larga fiesta y cada día debemos sacar fuerzas para cumplir con nuestras responsabilidades; sea pagar el alquiler, las facturas, hacer la compra y cocinar o sentarnos a estudiar para un examen mientras nuestros amigos están en la playa. Todos estos retos nos vuelven más fuertes y mejores; y al final, cuando volvemos, hemos enriquecido todos los aspectos de nuestra vida: a nivel profesional, cultural, social y personal.

Viviendo mi Erasmus

Si alguien me hubiera dicho que encontraría el trabajo de mis sueños y conocería a mi prometido de Erasmus, les habría preguntado si iban colocados. Pues bien, así fue. Siempre soñé con ser azafata y, cuando descubrí que una aerolínea buscaba empleados en Sevilla, se me ocurrió ir a probar suerte. Conocí a un argentino en la entrevista que se postulaba al mismo trabajo que yo, pero que no tenía nada que ver con el Erasmus. Me dieron el trabajo, pero a él no. Este mismo chico es hoy mi prometido, vivimos en Argentina, y tenemos nuestro propio negocio. Parece una locura cuando lo pienso ahora, pero todo comenzó con mi pasión por viajar y el Erasmus era ideal para una estudiante con pocos recursos como yo.

Es difícil imaginar cómo tu Erasmus va a afectar tu futuro. Es por eso que me gustaría animar a todo aquel que se esté planteando participar en este maravilloso programa. Si ya eres estudiante Erasmus, te aconsejo que disfrutes cada día, aprendas mucho y no dejes de mejorar. La vida Erasmus es solo una pequeña muestra de cómo puede ser tu vida cuando acabes tus estudios y, una vez entiendes eso, tu vida real empieza. Vivo mi vida Erasmus cada día, sigo haciendo amigos de todo el mundo, trabajo muchísimo pero busco tiempo para divertirme y no me tomo las cosas demasiado en serio. Para mí, el Erasmus es para siempre.

Aquí os dejo algunas fotos de mi Erasmus en Huelva.

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Mis compañeros de piso y amigos: Eslovaquia, República Checa y Polonia.

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Un fantástico día en la playa con amigos de Alemania y Turquía.

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Nuestro bar preferido, Mombasa. "Mombasa es tu casa".

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Fiesta "¿De dónde eres? "

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"Abrazos gratis" organizado por la ESN.

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Fiesta de Año Nuevo.

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Amigos que vinieron a mi cumpleaños y al de una amiga.


Galería de fotos



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