Cómo sacarse el carnet de conducir en el estado de Ohio

Conducir en Estados Unidos

Cada estado tiene unas normas de circulación distintas. Si queréis conducir en Estados Unidos, tendréis que sacaros un permiso de conducir internacional en vuestro país y os costará alrededor de treinta euros, dependiendo del país en el que viváis.

En Ohio, solo podréis conducir con este permiso durante tres meses, así que si os vais a quedar más tiempo, tendréis que hacer los dos exámenes de conducir: el teórico y el práctico.

Yo me saqué el (primer) carnet de conducir a los dieciocho años, es decir, llevo conduciendo más de cinco años, pero aun así, estaba muy nerviosa antes de hacer los exámenes. No quiero que penséis que soy una mala conductora, lo que pasa es que no sabía cómo funcionaba la cosa aquí. Supongo que pensaba que me tratarían diferente por ser extranjera. Lo bueno es que había visto muchas películas americanas sobre esto y, al final, aprobé los dos exámenes a la primera y no podía estar más feliz.

¿Cómo es el proceso de sacarse el carnet? Y lo más importante ¿cuesta acostumbrarse a la forma de conducir de Estados Unidos con respecto a la de Europa?

Cuando llegué a Ohio, empecé a conducir inmediatamente, ya que forma parte de mi trabajo. Al principio, pude conducir con mi permiso de conducir internacional, pero sabía que al final me tendría que presentar a los exámenes. Así que decidí que cuanto antes lo hiciera, mejor para mí, ya que si lo dejaba pasar mucho tiempo, me pondría mucho más nerviosa.

Otra de las razones por las que quería conseguir el permiso de conducir de Ohio era por las horribles historias que había oído sobre la gente que conducía con el permiso internacional y que había sido detenida porque la policía no admitía ese permiso. Y en parte lo entiendo, ya que mi permiso de conducir está en mi lengua materna y está traducido al francés, no al inglés.

Así que, lo primero que hice fue ir a la Dirección General de Tráfico de Ohio (Bureau of Motor Vehicles) para conseguir el manual con las normas de tráfico de Ohio y poder estudiarlas todas.

Y sí, las normas de tráfico cambian de un estado a otro, así que si vais a hacer un viaje por diferentes estados, os aconsejo que consultéis las normas de tráfico de cada uno antes de ir. Ya que puede ocurrir que algo que es completamente legal en un estado, resulte una infracción muy grave en otro.

Lo bueno es que no tenéis que pagar por el manual. El manual es de unas setenta páginas y contiene mucha información. Demasiada para mi gusto. Por ejemplo, ¿para qué quiero yo saber que me puedo llevar a casa un ciervo si lo atropello? No todo lo que pone es así de divertido, pero supongo que está bien saberlo. No es necesario que os estudiéis ese manual para el examen, pero no entiendo cómo alguien podría aprobar el examen sin estudiar nada.

Otra cosa buena es que podéis ir a hacer tanto el examen teórico como el práctico cuando queráis, sin cita previa y podéis hacer ambos el mismo día. A no ser que haya mucha gente, en ese caso os dirán que volváis al día siguiente, pero eso casi nunca pasa.

Yo fui una de esas personas que tuvo que volver al día siguiente a hacerlo, ya que fui en agosto y en ese mes se lo sacan casi todos los niños. Digo "niños" porque en Estados Unidos se puede conducir a partir de los dieciséis años. Me da un poco de envidia, lo admito.

Después de estar dos días estudiando las extrañas y divertidas normas de tráfico, como la del ciervo o la de que está permitido girar a la derecha en rojo (¿qué demonios? Aun me estoy acostumbrando a esta norma), ya me sentí lo bastante preparada para presentarme al examen teórico. Lo más guay es que hay exámenes de prueba en Internet para que podáis practicar, aunque tienen preguntas totalmente distintas a las del examen oficial.

Cuando hice el examen teórico en mi país, memoricé todas las preguntas de la página web, ya que eran las mismas que luego aparecían en el examen. Si vais a hacer el examen aquí en Ohio, no os fiéis de los exámenes online. Si queréis aprobar el examen, tendréis que estudiar directamente del manual.

Cuando llegué al lugar del examen, había un funcionario con aspecto muy intimidante que comprobó todos mis documentos (pasaporte, visado, documentos del visado, dirección en Ohio, estado de la cuenta bancaria y el número de la Seguridad Social) y me preguntó cosas como que si consumía drogas o alcohol, que si tenía multas por exceso de velocidad y cosas así.

Después, me comprobó la vista. Yo llevo gafas porque tengo miopía y, por tanto, tengo un permiso de conducir limitado. No me preguntéis el por qué ni qué diferencia hay entre ese y el permiso de conducir normal porque son iguales.

Si lleváis gafas o tenéis alguna otra "peculiaridad", en vuestro carnet de conducir aparecerá la palabra "limitado". Otra diferencia que notaréis con respecto a Europa, es la categoría del permiso. En mi país, es la categoría B y en Estados Unidos es la categoría D.

Así es la sección de "limitaciones" de mi permiso de conducir.

Tras comprobarme la vista, me indicó el ordenador donde haría el examen teórico. En Ohio, el examen teórico consiste en 40 preguntas y para aprobarlo, tenéis que responder el 75 % de las preguntas correctamente, lo que supone acertar treinta preguntas o más. Lo mejor de ese examen es que si no os sabéis una pregunta, podéis pasar a la siguiente y al final del examen os volverá a aparecer.

Esto solo lo podréis hacer en cinco preguntas. Lo que más me molesta del examen es que se hace en una pantalla táctil y no funciona muy bien. A mí me pasó (por suerte, solo una vez) que cuando pinché en "siguiente pregunta", el ordenador no me obedeció, así que volví a pinchar y saltó a la siguiente pregunta contándomela como respuesta incorrecta. Pero, al final, aprobé el examen con 38 respuestas correctas como toda una profesional.

La parte del examen teórico es gratis y cuando lo hice, me dijeron que volviera al día siguiente para hacer el examen práctico y así fue. El examen de conducir consiste en dos partes. La primera es maniobrabilidad y la segunda es conducción.

Este es el esquema del test de maniobras.

Os daré un consejo: no os pongáis nerviosos por el examen de conducir. Antes de hacerlo, me dijeron que solo había que conducir alrededor de la manzana y que si no atropellábamos a nadie ni nos chocábamos, aprobaríamos. Y era verdad.

El examen dura literalmente cinco minutos y lo que más nerviosa me puso fue que la examinadora no habló en todo el tiempo y no paraba de escribir en una hoja de papel, así que mi parte paranoica pensó que estaba anotando todos los errores que tenía. Al final, me di cuenta que lo que hacía era diseñar la ruta y apuntar todos los giros y paradas que tenía que hacer.

La única cosa que la examinadora me advirtió durante el examen es que estaba haciendo, literalmente, "un uso excesivo de los intermitentes". En Europa, si un coche está aparcado en doble fila y lo queréis pasar, tenéis que señalizarlo mediante el intermitente. Aquí es muy común que los coches aparquen en medio de la calle y parece ser que no hace falta que señalicéis nada.

La segunda parte consiste en demostrar lo buenos que sois aparcando en paralelo. Tenéis que conducir marcha atrás entre unos conos, simulando el estacionamiento en paralelo y si tiráis algunos de los conos, estáis suspensos. Por suerte, aprobé, aunque soy muy mala aparcando en paralelo y huyo de ello como de la peste siempre que puedo. Además, también os restan puntos si no estáis totalmente en paralelo con los conos.

Después de terminar el examen, entré de nuevo en el edificio donde me dieron mi nuevo y reluciente carnet de conducir estadounidense. Después de pagar por él, claro. Cuesta menos de treinta dólares y a diferencia de Europa, no tenéis que llevar una foto vuestra. Allí mismo os hacen la foto en la que saldréis horribles. También os preguntarán si sois donantes de órganos, si queréis serlo o si queréis donar un dolar al centro de donación de órganos.

Mucha gente dice que si sabéis conducir en Europa, sabréis conducir en cualquier parte. Y es cierto, pero solo en teoría. Por ejemplo, mi ciudad tiene una población de doscientas personas (sí, 200) y las carreteras son de un único carril. Así que ahora imaginad conducir por carreteras con dos carriles y autovías con mínimo cuatro carriles. Hay que reconocer que al principio es muy raro, pero cuanto más conduzcáis, más fácil os resultará.

Al principio, esta carretera me parecía demasiado ancha. Pero desde que llegué a Estados Unidos, he conducido por carreteras aun más anchas.

Diferencias entre la forma de conducir de Europa y de EE. UU.

Las principales diferencias que he notado hasta ahora son las siguientes:

• Los límites de velocidad se expresan en millas por hora, no en kilómetros por hora y son más bajos que en Europa.
• En la mayoría de intersecciones, está permitido girar a la derecha con el semáforo en rojo (ya la he mencionado antes, pero al ser tan rara merece que la mencione otra vez).
• En mi país, los semáforos están situados a la derecha de la carretera. En Estados Unidos, están colgando.
• Aquí, la mayoría de coches son automáticos. Antes de venir a Estados Unidos, pensaba que los coches con marchas manuales eran increíbles y que los coches automáticos eran para gandules, pero ahora no quiero pensar cómo sera la vuelta a las marchas manuales.

Después de toda esta información, ¿os sentís preparados para conducir en Estados Unidos? Así explicado suena peor de lo que es, ya que si conducís a diario, no tenéis que tenerle miedo a nada.

Unas palabras para terminar

Escribí este artículo hace casi seis meses. A estas alturas, llevo conduciendo en Estados Unidos casi dos años y quiero resaltar algunas cosas que he observado en este tiempo. Lo que más me gusta de los conductores estadounidenses es que son mucho más indulgentes cuando, por ejemplo, os equivocáis de carril.

Si os pasa eso en mi país, nadie dejaría que os cambiaríais de carril. Y me alegro que esa situación aquí sea diferente, ya que al principio tuve dificultades en acostumbrarme a las carreteras con cinco carriles o más.

Otro aspecto que merece la pena resaltar es que aquí la gente usa mucho más los intermitentes. Por supuesto, hay excepciones como en todo, pero, por lo general, me gusta más conducir en Estados Unidos que en mi ciudad.

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