Cómo encontré mis prácticas en Alemania

Como bien indica el título de esta entrada, aquí os hablaré de cómo encontré prácticas curriculares en Alemania.

Pues bueno, todó empezó cuando me incribí en la convocatoria para realizar de nuevo una movilidad Erasmus+ en Bélgica, más que nada para revivir una experiencia Erasmus dado que la primera me había marcado de por vida: Mi Erasmus en Francia.                                 

Quería volver a experimentar la sensación de nervios e incertidubmre a la hora de ir a un país diferente al tuyo, donde no hablan en absoluto tu leguna materna, sin nadie que te conozca y con la oportunidad de viajar a otras ciudades próximas a la ciudad en la que realizarás las prácticas.                                                                                  

Desde el año 2016, si no me equivoco, puedes optar a la movilidad Erasmus+ durante 12 meses. ¿Qué quiere decir? Si realizas una movilidad Erasmus+ durante un semestre (normalmente 4 meses), al curso siguiente puedes volver a pedir una beca para otra movilidad Erasmus+ para otros 8 meses más (2 trimestres). En mi caso, mi Erasmus+ fue durante un curso entero, pero de 9 meses.

Técnicamente puedo optar por otra plaza Erasmus+ para 3 meses más, pero para mi sorpresa, ninguna Universidad ofrecía semestres de 3 meses, todos los semestres eran de 4 meses o anuales. Así que muy a mi pesar, me vi sin opciones de volver a revivir una experiencia Erasmus.                                       

Cuando en Relaciones Internacionales me informaron de esta gran tragedia (sí, para mi el hecho de no poder optar por una beca de movilidad Erasmus+ me rompió el corazón y me dejó destrozada), me comentaron que al estar cursando el último año de carrera podría realizar las prácticas en el extranjero, y ellos, muy amablamente, me dieron unos documentos en los que figuraba el procedimiento para realizar la aplicación a una plaza de prácticas en un país extranjero y una lista con todas las empresas perteneciente a la Unión Europea con una convocatoria abierta para realizar prácticas y así recibir la beca Erasmus+.

Es imprescindible que para que os den la beca, hagáis las prácticas en una empresa dentro de la Unión Europea, si no, no os darán nada; si eso a lo mejor vuestra Universidad tiene algún tipo de beca para los alumnos que realicen las prácticas en el extranjero, tanto dentro como fuera de la Unión Europea; pero en mi caso, en la Universidad Rey Juan Carlos, no existe ese tipo de becas. Una pena.       

En fin, yo ya sabía que me tocaba hacer las prácticas, pero me daba un poco de palo porque en Madrid tienen fama de no ser remuneradas y a mi, sinceramente, es algo que me molesta bastante y no me interesa en absoluto. No me parece bien trabajar de gratis para "obtener" experiencia y que la empresa se aproveche de ello para hacer lo que quiera contigo, cuando puedes hacer algo muchísimo mejor y adquirir experiencia de calidad en otra parte y con un salario decente aunque sea bajo.                                                

En fin, lo primero que hice fue escribir mi curriculum en inglés y francés, porque mi intención era poder ir a algún país francófono y así continuar perfeccionando mi francés. Como bien sabréis o deberíais saber, la mayoría de las empresas exigen un mínimo de conocimientos de inglés de un nivel B2 o incluso C1, así que antes de lanzarse a enviar currículums a empresas extranjeras, aseguraos de que vuestro nivel de inglés es lo suficientemente bueno como para tener éxito aunque sea en la entrevista con la empresa.                                

Una de las mejores formas de demostrar un buen nivel de inglés es enviando un curriculum y una carta de motivación en inglés, obviamente.                                        

Después de escribir mi curriculum y carta de motivación en un inglés perfecto (he de admitir que me echó un cable una de mis amigas americanas que conocí en mi Erasmus en Francia), lo envié a todas las empresas que salían en la lista que me habían facilitado los de Relaciones Internacionales. Absolutamente todas. Envié el curriculum a empresas de Bélgica, Suiza, Polonia, Suecia, Holanda, Luxemburgo, Irlanda, Inglaterra, Italia, y, como última opción, Francia. Pero sólo una me respondió. Y adivinad qué. Eran prácticas no remuneradas. Así que deseché esa opción en el momento en que me enteré de ello.                        

Estuve a punto de darme por vencida cuando, un día cualquiera, una amiga me envió un link de una página donde encontrar prácticas para estudiantes en su último año de carrera en cualquier parte del mundo: L'Étudiant                                                      

(fotografía: https://twitter.com/letudiant).                                                                      

Pensé que sólo valdría para estudiantes francófonos, pero aún así lo intenté por si colaba lo de haber estudiado en un instituto bilingüe y haber hecho el Erasmus en Francia.           

Contacté, como mínimo, con unas 50 empresas, de las cuales únicamente 5 me respondieron, y 3 me ofrecieron una entrevista a través de Skype.                              

Y ahora viene lo malo. El desarrollo de las entrevistas fue bastante penoso y me muero de la vergüenza cada vez que pienso en ello. La verdad es que nunca antes había hecho una entrevista para un puesto de trabajo, así que os podéis imaginar lo verde que estaba en el asunto y lo mal que me salió.                                                    

A ver, tampoco es que hubiese ido ahí en plan a la aventura a ver qué me preguntan y luego yo respondo lo primero que se me ocurra, porque no fue así. Hice un poco de búsqueda por Internet para hacerme una idea, pero vamos como si no hubiese hecho nada porque me salió fatal. Y lo peor de todo es que las entrevistas eran en inglés pero con franceses, y el inglés de los franceses, con ese acento tan cerrado que tienen es ininteligible; por lo que me pasaba casi toda la entrevista pidiendo que repitieran la preguntaba porque no me enteraba de nada. (He de admitir que me he encontrado con franceses con un inglés perfecto y sin acento, así que conste que no estoy globalizando, eh).                                      

Desgraciadamente, ninguna de las empresas me cogieron. No me extraña, las estrevistas fueron catastróficas. ¡Ni siquiera yo me habría contratado! Por lo que, ahora sí, me di por vencida y dejé de buscar prácticas en el extranjero.                     

Pero antes de borrar la página de L'Étudiant de mis favoritos, le eché una última ojeada a las nuevas prácticas que ofrecían y vi el anuncio de Fittea.                           

(fotografía: https://twitter.com/myfittea)                                                                       

Ni idea de qué clase de empresa era, y encima, ni me molesté en informarme antes de echar el curriculum, porque cuando vi que ofrecían un puesto en Marketing Online y que sería en el mercado francés y encima serían remuneradas no me lo pensé ni una vez. Fue algo instantáneo, como cuando ves una moneda en el suelo y la cojes por puro instinto, aunque sea de un céntimo.                                                   

En fin, que envié el curriculum en menos de un minuto mientras cruzaba los dedos para que me dieran al menos la oportunidad de entrevistarme y así demostrar lo que valía, a ser posible en un par de semanas para poder preparárme mejor.                     

Un día y medio después me enviaron un correo para preguntarme si en dos días estaría disponible para una entrevista. Cuando leí eso me quedé estupefacta y cagadísima porque necesitaba más tiempo para preparar mi entrevista, pero me daba cosa atrasarla por si cogían a alguien antes que a mi, así que respondí inmediatamente que sí.                    

En ese mismo momento me puse a ver vídeos en youtube, leer artículos y preguntar a gente cómo prepararse para una entrevista; qué tipo de preguntas suelen hacer, cómo responder a esas preguntas, qué preguntas tienes que hacer al entrevistador, cómo presentarse, etc. Vamos, que quería estar preparada al 100% y no cagarla.      

(Aquí os dejo el link a otra entrada del blog con consejos para prepararse para una entrevista si no tienes experiencia previa: Entrevista de trabajo sin experiencia).   

Cuando llegó el día de la entrevista me puse super mona: buen maquillaje, pero sencillo; pelo suelto, pero de una manera sofisticada, camisa blanca y blazer negra; y debajo el pijama y las pantuflas de andar por casa. La entrevista sería vía Skype, así que ¿por qué preocuparme de lo que no se iba a ver?                                                 

Total, que la entrevista me salió redonda. Al acabar, recuerdo que el entrevistador me dijo que si fuese por él me enviaba el contrato en ese momento, pero que antes tenía que consultarlo con el CEO y CEE; no sin antes asegurarme de que las posibilidades de contratarme eran más bien altas. Yo, obviamente, estaba que me moría de la ilusión y super orgullosa de mi trabajo porque me había costado mucho esfuerzo y le había dedicado mucho tiempo y empeño. Sin embargo, una vocecita en lo más profundo de mi cabeza me decía que bajase humos y que tuviera cero expectativas, just in case.                           

Al día siguiente, incluso en menos de 24 horas desde que hice la entrevista, recibí un email de la empresa. Estaba super nerviosa y a punto de llorar en caso de que no me cogieran; y al abrir el mesaje, empezaba así:                                                             

"I’m happy to welcome you in our team..."                                                              

¡Yuhuu! No me lo podía creer. El corazón me dio un vuelco y casi me muero.           

¡Por fin! Aunque, a decir verdad, era normal que me hubiesen cogido, más que nada porque mi entrevista fue de 10/10 y me lo había currado (modestia a parte, pero las cosas como son; si trabajas duro, obtendrás lo que mereces).                                    

A lo mejor le estoy dando demasiado importancia, pero iba a ser mi primer trabajo, en algo que me gustaba, con un buen salario y en el idioma que quería.                      

Y ahora viene la guinda del pastel, algo que realmente no me esperaba.                   

Las prácticas iban a  ser en francés ya que mi trabajo se enfocaría en el mercado francés (en países francófonos como Francia, Bélgica, Suiza, La Reunión, Canadá, etc), trabajando obviamente con un equipo francés, pero las oficinas principales, sorpresa, ¡estaban en Alemania!                                                                                

Al final del email la persona que me había entrevistado me preguntó si en 15 días estaría disponible para viajar a la oficina que tenían en Alemania. Ni Francia ni países francófonos. Alemania. Tal cual.                                                                        

Pues bien, al igual que con lo de echar el curriculum, le dije que sí sin pensármelo, sin comentarlo tan siquiera con mis padres. Y es que una oportunidad como esa no aparece todo los días. Más adelante ya me las ingeniaría para buscar vuelo, alojamiento y averiguar si podría sobrevivir en Alemania sin hablar alemán, pero por lo menos había conseguido lo que me había propuesto: prácticas en el extranjero.     

Como habéis leído bien, no sabía nada de alemán. Cero. Sé más cosas en chino o japonés que en alemán. Increíble. Pero en fin, confié ciegamente en que los alemanes hablarían mejor inglés que los franceses.                                                    

En el momento de encontrar un vuelo para ir a Alemania, tuve un par, por no decir bastantes, complicaciones. Todos los vuelos estaban carísimos, más de 200€ sólo ida. No me lo podía creer. ¡Qué mala suerte!                                                                 

Tras mucha búsqueda sin éxito, escribí a Fittea para pedirles por favor si era posible atrasar una semana la fecha en la que me iba a incorporar. Por suerte para mi, el chico super majo me dijo que no había problema, así que genial.                                

A continuación es cuando digo a qué parte de Alemania tuve que ir, que me apuesto lo que sea a que más de uno no conoce la ciudad.                                                     

Wiesbaden.                                                                                                                   

(fotografía: www.alamy.com)                                                                                       

(fotografía: http://www.niccolomaffeo.es/europa/mapas/lugares/wiesbaden.gif)          

¿Wiesqué? Visbaden, como diría un español. Una pequeñita, aunque super mona  ciudad a una hora en tren de Frankfurt.                                                                      

Frankfurt en cambio sí que os suena, ¿a qué sí?                                                         

Para llegar a Wiesbaden desde Madrid hay que volar a Frankfurt y ya luego coger el tren a Wiesbaden Hauptbahnhof, o también se puede volar a Colonia (Köln en alemán) si viajas con Ryanair; y lo mismo que Frankfurt, coges un tren a Wiesbaden aunque desde Colonia se tarda algo más de 2 horas en llegar.                                    

Pues eso, resumiendo en pocas palabras, que me fui a Wiesbaden, Alemania, para realizar mis prácticas curriculares.                                                                                  

Y no puedo estar más contenta de haber tomado esa decisión.                                  

Eso es todo de momento, más adelante escribiré otra entrada para contaros mi experiencia trabajando en Fittea y viviendo en Wiesbaden :)                                        

¡Gracias por leerme! Y no olvidéis echarle un ojo a las otras entradas.                      

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