Cómo comer saludable mientras viajas

Cómo comer saludable mientras viajas

¡Hola a todo el mundo! El post de hoy va dedicado a todas esas personas que se preocupan por su salud y que quieren llevar un estilo de vida saludable. Como sabemos, llevar una alimentación sana cuando estás en tu propia casa es bastante fácil. Vas al supermercado, compras lo que necesitas, cocinas y voilà, ya está hecho. De vez en cuando te das un capricho, un helado, una pizza, etcétera. Todo esto es muy diferente cuando viajamos, sobre todo si es un viaje largo o si tenemos ese síndrome del eterno viajero y hacemos pequeñas escapadas cada poco tiempo. Siendo así, todas sabemos que es mucho más difícil que todas las comidas que hacemos al día sean saludables.

Es por eso que en el post de hoy os voy a dar unos cuantos consejos y tips para que por lo menos, la mayoría de los bocados que os llevéis a la boca sean buenas opciones. Muchas de estas recomendaciones también están ligadas al ahorro, pues está demostrado que si te planificas bien, comiendo alimentos que vienen de las materias primas, se puede ahorrar dinero. De viaje, lo mismo. Así que aquí van:

El desayuno: hecho por ti

Comenzando por el desayuno, hay muchos puntos a tener en cuenta.

Empezaré hablando de esos alojamientos donde el desayuno no está incluido. Cuando yo hago viajes de tres días o de un fin de semana, intento llevar mi desayuno hecho de casa, por ejemplo, un bizcocho de avena, plátano y cacao que pueda durarme hasta dos días. Lo meto en el tupperware y ese es mi desayuno durante los dos días. Es una forma buenísima de ahorrar dinero, saber lo que comes y además, comer lo que te gusta. Si por cualquier circunstancia esta opción es engorrosa porque el tema de cargar con la comida no os convence del todo o simplemente vais a hacer un viaje largo, siempre podéis ir a algún supermercado y comprar vuestro desayuno. El desayuno, teniendo en cuenta las costumbres alimentarias de nuestra sociedad, debería ser la comida más fácil de comprar. No hace falta ni pensarlo mucho. Una opción muy buena sería comprar un yogur natural y echarle los toppings que quieras: frutos secos, chocolate negro, fruta troceada. Para mí esta es una de las opciones más fáciles pero obviamente existen infinitas combinaciones más.

Si eres de esas personas que para preparar su desayuno necesita un horno, microondas o una cocina vitrocerámica, mi consejo es que busques un alojamiento con estas instalaciones. Normalmente cualquier AirBnB suele ser una buena opción. De esta forma, podrás prepararte durante todo tu viaje exactamente lo que desayunas todos los días. Esto también se aplica a la hora de la comida y a la cena, pero generalmente y por mi experiencia, el desayuno siempre es la comida que más apetece hacer en casa.

A continuación os dejo una foto muy divertida en la que aparecen mis amigas en el suelo de la habitación preparando la comida del día siguiente. Esta foto fue sacada en un AirBnb de Austria que estaba localizado en medio de la nada, entre montañas y por desgracia, no tenía cocina (se nos olvidó chequearlo a la hora de reservar). Por lo tanto, no quedó otra que adaptarse e improvisar. Abrir tupper, cortar verduras, abrir la lata de frijoles, mezclarlo todo y almacenarlo para el día siguiente. Definitivamente, quien no come sano es porque no quiere.

El desayuno: incluido

En segundo lugar, ya hablando de los alojamientos donde el desayuno sí está incluido en el precio, hay varias cosas que comentar. Si te alojas en un buen hotel, tendrán un desayuno buffet con mucha oferta de alimentos y productos. Esto puede facilitarte mucho la estancia y la planificación de tus comidas pero a la vez puede ser un arma de doble filo ya que hay más posibilidades de hacer una mala elección. Por si acaso, porque a veces parece que hace falta recordarlo, intenta evitar la bollería industrial, los embutidos, zumos envasados y refrescos. Una buena opción sería cualquier fruta, verdura, cualquier futo seco, yogur con muesli, y si te apetece una dosis de proteína para empezar el día con fuerza puedes aprovechar la ocasión para tomar una tortilla francesa o un huevo cocido, dos opciones muy recurrentes en la mayoría de los buffets. Ventajas del buffet. Ah, sí, y aprovecha para tomarte un buen café o un té para recibir un buen chute de energía para empezar tu día.

El almuerzo y la merienda

Planifica tus snacks, comidas de media mañana o a media tarde. Como muchos sabéis, los plannings de los viajes se pueden torcer. Los vuelos se retrasan, los trenes se averían, hay mucha cola para ver las atracciones y al final los planes no salen como esperábamos. Es por eso que siempre debemos estar preparadas/os y llevar con nosotras algo para comer, por si acaso. Una buena opción puede ser una bolsa de frutos secos, ya que es fácil de transportar y para momentos en los que tienes un antojo, es una buena idea porque sacia bastante. Otras opciones pueden ser una pieza de fruta o incluso el hummus que venden en el supermercado, que suele estar hecho con alimentos sanos. De esta forma, evitaremos picar o comprar en heladerías o puestos de comida rápida, tan típicos en las grandes ciudades, como hamburgueserías, pizzerías a pie de calle, kebabs o McDonald’s.

Agua

Lleva siempre contigo una botella de agua y si es eco-friendly, mejor. Creo que ya hablé de esto en otro post, pero por si acaso lo repito. Es una buena idea para mantenerse hidratada y normalmente siempre hay alguna fuente en las ciudades con agua potable para poder rellenarla.

El tupperware

Lleva siempre tupperware, por si acaso. Antes os he dicho que podéis llevar vuestro desayuno en el tupper, pero aunque no lo llevéis lleno desde el inicio del viaje, llevadlo vacío igualmente, pues siempre existe la opción de cocinar en nuestros alojamientos y eso nos facilitará comer saludable durante el resto del viaje. Además, os permitirá hacer paradas en típicos sitios con mesas para ir de picnic, que generalmente están rodeados de naturaleza, y esto mola mucho, como podéis ver en la siguiente fotografía.

Relacionado con esto, un consejo que os puedo dar es el de llevar con vosotros un bote de aceite de oliva virgen extra en espray y botecito con sal, pues es muy cómodo de transportar, además de seguro. Esto os servirá para darle un toque más sano a vuestras comidas y también, por si necesitáis cocinar en vuestro alojamiento.

Elecciones en los restaurantes

En los restaurantes, tómate tu tiempo para saber cuál es la mejor opción, siempre disfrutando de la comida. Evita las comidas con salsas, fritos e intenta incluir en tu plato una ración de verdura y algún alimento con proteína, ya que si el resto del día comes la comida cruda que has comprado en el supermercado, generalmente esto es lo más difícil de obtener a lo largo de tu día, por lo menos en las dosis adecuadas. Además, ten en cuenta que los platos simples, con pocos ingredientes, suelen ser las mejores opciones. Repito, generalmente, hay excepciones, como puede ser una ensalada con muchos ingredientes saludables, pues esto sería una buena opción (como podéis ver en la siguiente foto: ensalada de salmón).

Obviamente el nivel de exigencia lo pones tú, al igual que los límites. No pasa absolutamente nada porque de forma ocasional no incluyas vegetales en tus comidas diarias, pero si hay un plato que te gusta que lleva verduras en el menú de tu restaurante y puedes incluirlo, ¿por qué no hacerlo?

Evita el postre en el restaurante

Evita el postre en el restaurante. Son tentadores pero aquí entra la fuerza de voluntad de cada uno. Para tener otra razón para no pedirlo, piensa que también es una forma de ahorrar. Si estás en un país como Italia evitar el postre es especialmente difícil, ¿a quién no le apetece una panna cotta o un tiramisú? Siendo así, comparte el postre. Yo siempre digo que un postre debe ser pequeño y realmente hay en restaurantes que este tiene el tamaño de un ladrillo. Si lo compartes, comerás menos y ahorrarás más. Todo es un plus. Compartir es vivir.

No esperes mucho entre tus comidas principales

Cuando estamos mucho tiempo sin comer y tenemos mucha hambre, normalmente hacemos peores elecciones que cuando tenemos el estómago vacío o por lo menos no tan lleno. Es por esto que recomiendan ir a hacer la compra cuando no tienes hambre. De esta forma, si tienes el estómago lleno, podrás escoger mejor los platos pues no te tentará tanto ni el dulce ni los platos insanos. De nuevo, intenta comer entre tus comidas principales, por ejemplo, comida del mediodía y cena, y es aquí de nuevo cuando menciono de nuevo los snacks. Además de esto, cuando tenemos muchísima hambre y el plato llega finalmente a nuestra mesa, solemos comer más rápido. Más que comer, devoramos y esto no es bueno para nuestro estómago y hará que comamos más pues no nos sentiremos saciadas/os hasta mucho tiempo después.

Compra en el supermercado

Por último, y esto ya es súper opcional, intenta que tu desayuno y tu comida sean con alimentos comprados en el supermercado. Por lo tanto, solo habrá una comida que sea de restaurante. Puedes cambiar el orden, no hay problema. De todas formas, desde aquí no puedo hacer otra cosa que no sea recomendaros que no comáis por encima de vuestras posibilidades. No comáis con los ojos y sed consecuentes con lo que vuestro estómago puede almacenar. Esto también es aplicable a viajar en modo ahorro.

Además, ir al supermercado es otra forma de conocer la cultura del país que visitas. A mí personalmente me gusta mucho comprobar qué productos existen en los países que visito que por ejemplo, en España no tenemos o son bastante difíciles conseguirlos.

Esto también se aplica a los mercados. Si vais a comprar a los mercados locales, generalmente podréis obtener alimentos de buena calidad, bastante frescos. Incluso en los mercados de muchas mega-ciudades ya tienen muchísimos puestecitos con gastronomía típica para llevar o comer en ese mismo momento.

Escucha a tu cuerpo

Estos tips que os acabo de dar son generales y nadie conoce mejor su cuerpo que una/o misma/o. Depende del tipo de viaje, la intensidad y el lugar, yo organizo mis comidas de una manera o de otra y escojo unas opciones u otras. Por ejemplo, si he hecho un viaje por la naturaleza donde la actividad principal ha sido caminar por la montaña, a la hora de comer intento elegir algo que me dé energía para el resto del día, como puede ser un plato de arroz, lentejas o garbanzos. Esto es aplicable a cualquier otra circunstancia de un viaje, o también de la vida. Solo tú sabes lo que es bueno para ti, por lo tanto, quizás algunos de estos consejos no puedan ayudarte o al contrario, muchos de ellos te hayan sido útiles para tus futuros viajes.

Por último y a modo de conclusión, no pienses que todos estos consejos harán que disfrutes menos del viaje o harán que te limites radicalmente. No es cierto. Piensa que de esta forma eres tú quien tiene el control de lo que aparece en tu plato. Teniendo todo esto en cuenta, pensar que viajar y comer saludable no es compatible es un error garrafal, pues siempre hay opciones. Yo no sigo todos al pie de la letra pues a veces toca adaptarse a las circunstancias, y no pasa absolutamente nada. Comer un plato no-saludable de forma ocasional tendrá un impacto mínimo en tu cuerpo y por lo tanto, en tu salud. Y ya terminando por fin, espero que os hayan gustado mis consejos y si vosotros tenéis algún truquillo más, no dudéis en comentarlo. Muchas gracias por leerme y nos vemos en el siguiente post con más contenido. Un saludo.

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