En conclusión... ¡una experiencia que repetiría una y otra vez!

Si tuviera que resumir en este momento lo que me ha aportado mi estancia Leonardo en Murcia (recordad que aún me quedan dos meses aquí), podría decir ya muchas cosas...

Desde un punto de vista profesional:

Desde un punto de vista profesional, mi estancia Leonardo me ha aportado muchísimas cosas. No he estudiado francés como lengua extranjera, sino filología (lenguas y literaturas francesas y romanas en Bélgica). En concreto, mi formación estaba enfocada a dar clases de francés a españoles. He tenido que aprender poco a poco, sobre la marcha, arreglándomelas yo sola.

El material de apoyo de la academia me ha servido de gran ayuda. Seguir un libro de nivel A1, luego de A2, B1 y continuar superando niveles poco a poco me ha permitido coger confianza en mí misma, saber qué responder a las preguntas de los alumnos y enriquecer mi conocimiento de la lengua, pues ahora sé por qué tal palabra se pronuncia de tal manera, o por qué tal regla se aplica a tal palabra. ¡Los libros de gramática han sido igualmente un buen salvavidas en numerosas ocasiones!

En verdad, lamento un poco no haber tenido tiempo suficiente para formarme junto a un experto en mi trabajo actual. Las prácticas Leonardo disponen tanto de horas de formación como de observación, ahora bien, me redujeron las horas previstas de observación a cinco, y encima alternando francés con inglés, algo que no me interesaba mucho pues la gramática inglesa es diferente. Reconozco que me he deprimido en algún momento, como cuando no veía a mis colegas francófonos o cuando no encontraba respuestas a mis dudas en los foros de Internet...

Lo que está claro es que he adquirido muchísimas competencias. Ahora sé desenvolverme con alumnos de diferentes niveles mucho mejor que antes, consigo contestar preguntas de lingüística de forma natural, logro que las clases sean dinámicas y variadas, abordando tanto aspectos culturales de los países francófonos (mediante la literatura, canciones, poesía, cine, etc. ) como sus problemas sociales.

O lo que es lo mismo, he aprendido mucho sobre el funcionamiento de una empresa en España, el estatus del profesor y la relación profesor-alumno (de hecho, los españoles tienen un trato y una forma de enseñar muy diferentes a los nuestros).

Desde un punto de vista lingüístico:

No hay duda de que he mejorado mi nivel de español desde que llegué. Por una parte, lo estudio a conciencia intentando anotar las palabras que no conozco en una libreta; por otra parte, aprendo con mis alumnos. De hecho, debo preparar las clases y buscar el vocabulario en español para asegurarme de que se trata de la palabra exacta. Pasado un cierto nivel (A2), el vocabulario es mucho más preciso y es importante comprobar la existencia de la palabra en español. Casi siempre no es así, hay muchos más sinónimos en francés que palabras exactas. Es, claramente, una lengua riquísima a nivel lingüístico.

Sin embargo, me he dado cuenta de que hay muchas expresiones ya hechas en español que no se utilizan apenas en el oral, pero que al fin y al cabo existen y creo que debería estudiarlas. Lo haré antes de pasar la prueba de nivel de la vuelta...

Desde un punto de vista humano:

He vivido durante muchos meses en un piso compartido, aunque esta no es la primera vez: ya había compartido piso durante cinco años en Bélgica. Aún así, ha sido una experiencia diferente a la belga. De hecho, he hecho verdaderos amigos aquí, estableciendo vínculos muy diferentes a los que hice con mis antiguos compañeros de piso durante mi estancia Erasmus.

Y, por primera vez en toda mi vida, he tenido compañeros de trabajo. Al principio, me decepcionó el ambiente, la academia era tan pequeña que no teníamos sala de profesores y ni siquiera comíamos juntos. Pero esto me permitió tener mi propio ritmo, no dejar trabajo pendiente para casa y poder así disfrutar de mi tiempo libre. Poco a poco me he ido adaptando al ritmo y al ambiente. Reconozco que les he cogido cariño a mis alumnos. Menudo placer escuchar a uno de ellos pedirme que me quede para darle clase el próximo año.

He conocido a muchísima gente durante mi estancia y he podido hacer buenos amigos. He aprendido sobre el ámbito del trabajo y he comenzado a entender cómo funcionan las empresas privadas; mi primera vez: negociar un contrato, un salario, pedir un aumento... todo esto es algo nuevo para mí, y debo aprender de otros empleados para conocer todos sus entresijos.


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