Sobreviviendo en Wiesbaden
Como os iba contando en mi anterior entrada sobre mi primer día de trabajo, mi trabajo al principio era un poco rollo, pero luego cuando cambié de departamento, empezó a ser más entretenido.
Ahora voy a dejar un poco de lado lo que era mi vida trabajando en Wiesbaden y Fittea y me centraré más en mi día a día en la ciudad, concretamente de un día que casi me quedo sin voz y cómo va eso de los médicos y hospitales en Alemania.
Como os dije anteriormente, cuando llegué a Wiesbaden estuve viviendo en un piso compartido con otras cuatro personas. Y la habitación la compartía con una chica de Lituania (muy simpática, por cierto).
La verdad es que estuvo bien vivir con ellos durante un tiempo, pero sabía que no podía quedarme durante los 6 meses, así que aun teniendo un sitio donde vivir durante un período de tiempo, estaba bastante agobiada en encontrar algo más estable, aunque mi compañera de habitación me aseguraba que me lo tomara con calma, que fijo que a finales de Diciembre encontraría algo porque normalmente los Erasmus que han ido a Wiesbaden a estudiar un semestre suelen irse por esas fechas.
Para Diciembre tenía planeado un viaje a Italia para ver antiguos amigos Erasmus que conocí en Amiens, Francia.
Era un viaje que ya tenía planeado con mucha antelación, desde incluso antes de conseguir el trabajo, así que durante la entrevista le dije al entrevistador que iría a Italia y me aseguré de que les quedara claro que en Diciembre no podría ir al trabajo durante 1 semana, o séase 5 días laborales. Y lo bueno de todo es que justo la semana siguiente a la que me iba a Italia había un día festivo, el lunes, así que en total me iría a Italia 10 días. Desde el sábado por la mañana hasta el lunes de la semana siguiente.
Durante esos 10 días iría con mi mejor amiga a visitar a otros amigos Erasmus en Roma, Bari y Matera.
https://viajarfull.com
Así que bueno, mi intención era poder mudarme de casa antes de irme a Italia o como mucho después.
Pero hubo un pequeño contratiempo que me permitió quedarme más tiempo del esperado con mi compañera de habitación.
Mi compañera de habitación, por ciertos temas personales, tuvo que irse del piso durante unos 15 días, así que me propuso que me quedará ese tiempo y así no tenía que pagar otro sitio y volverme loca buscando otra habitación.
Eso me dio un gran respiro, aunque no dejé de buscar por si encontraba algo.
Desgraciadamente, todo lo que encontraba era a partir de Enero o mediados de Enero, y pedían a alguien que se quedara como mínimo 6 meses, y yo ya había pasado un mes y medio, así que lo tenía bastante complicado.
Tras mucho buscar, por fin encontré un piso exclusivamente para estudiantes, tipo residencia con apartamentos para estudiantes, que se quedaría libre a partir de finales de Diciembre, aunque oficialmente el contrato se acababa en Enero.
Lo que haría sería mudarme a la otra casa y pagarle a la chica que ocupaba la otra habitación los últimos días del mes de Diciembre, unos 10 días si no recuerdo mal, ya que ese dinero la residencia no se lo iba a devolver; y ya en Enero firmaría un contrato con la residencia hasta Mayo, que sería cuando me iría.
Mi intención era mudarme justo después de volver de Italia, pero me pasó algo terrible. Y es que justo el día en que volvía, durante el viaje en el avión, empecé a sentirme muy muy mal, y me puse enferma.
Empezó a subirme la fiebre y a darme dolor de cabeza, además de un dolor agobiante de garganta. A penas podía tragar o hablar.
Imaginé que había cogido un constipado gordo porque a decir verdad, me descuidé un poco a la hora de abrigarme, porque siempre que salíamos a la calle y veía el sol creía que no hacía frío y me acababa quitando la chaqueta.
Cuando llegué a Wiesbaden, me tomé un par de Ibuprofenos porque pensé que así se me bajaría la inflamación de la garganta y la fiebre, pero nada, no sirvió. Casi me aventuraría a asegurar que eso hizo que empeorara.
Llegué el lunes por la tarde y me fui directamente a la cama para dormir toda la tarde/noche. Pero sinceramente me costó un montón y casi no dormí nada por la fiebre y el dolor de garganta. Me dolía incluso respirar.
De todas formas me levanté al día siguiente para ir a la oficina por si acaso mejoraba y así no perdía un día de trabajo. Un gran error por mi parte.
En esos momentos mis defensas estaban bajas y el hecho de hacer el esfuerzo de ir a la oficina hizo que me sintiera más débil e incluso me puse peor.
Cuando llegué a la oficina apenas podía respirar y la cabeza me daba vueltas, además que me era imposible hablar, incluso queriendo no podía. Fue horroroso.
Aun así aguanté hasta una hora antes de irme, y como había terminado todos los emails que tenía que contestar, le pedí a mi manager si podía irme a casa, y obviamente me dejó porque vio lo mal que estaba.
A decir verdad, durante todo el día él me había insistido en que me fuera a casa a descansar y luego al médico para que me recetara algo porque la fiebre la tenía muy alta, pero yo me negué porque no quería que se me acumulara el trabajo. Pero fue una mala idea, no debería haber ido ni siquiera a trabajar.
En fin, que me fui a casa a descansar un poco y a darme una ducha fría porque estaba ardiendo y sudando un montón.
Después de la ducha decidí de todas formas quedarme en casa y comer helado para que se me bajara la inflamación de la garganta porque me daba muchísima pereza ir al médico, pero también fue porque mis compañeros de piso me comentaron que a esas horas los centros médicos ya estaban cerrados y que no conocían ningún hospital con urgencias abierto las 24 horas del día.
Pasé una noche horrible, no paraba de sudar y de tener frío, pero luego calor cuando me tapaba con la manta. Y tras mucho pelearme con las mantas, decidí ir a urgencias, aunque estuviera en la otra ciudad, porque me estaba dando cuenta de que cada vez iba a peor y que el dolor de la garganta era insoportable y temía seriamente por mi salud.
Total que busqué por internet qué hospital me quedaba más cercaba y descubrí uno a unos 30 minutos andado.
Eran las 5 de la mañana y si decidí ir fue porque de todas formas no podía dormir, así que preferí salir para así pensar en otra cosa que quedarme a pensar cómo me acabaría muriendo.
El hospital era el St. Josefs, un hospital con bastante renombre y muy conocido en la ciudad (por eso más que nada decidí ir ahí), pero cuando llegué me dijeron que ningún médico podía atenderme porque no había uno especializado en la garganta, oídos y nariz, o sea un otorrinolaringólogo.
https://bookimed.com/clinic/st.-josefs-hospital-wiesbaden/
Yo obviamente me quedé flipandísimo, porque creo que cualquier médico podría haberme atendido y saber lo que me pasaba, o al menos haberme dado cualquier cosa para bajarme la fiebre porque tenía 39,7ºC de fiebre!
¿¿Qué doctor en su sano juicio le dice a una persona que tiene casi 40 de fiebre que se vaya a buscar otro hospital??
Es que vamos a ver, podría haberme dado algún chungo en mitad de la calle y a saber qué más.
Me quedé sin palabras, no sólo por el simple hecho de que no podía hablar por la inflamación de la garganta, sino también porque no encontré la fuerza suficiente para responder, así que simplemente pedí la dirección del médico más cercano.
Al dármela busqué en el mapa a cuánta distacia estaba desde el hospital y vi que estaba a unos 35 minutos a pie. Genial.
Cuando finalmente llegué, me dijeron en el mostrador que tampoco tenían un otorrinolaringólogo. ¿Perdona? ¿¿Qué clase de ciudad es esta que no tiene un médico especializado en este ámbito o al menos un médico general que pueda medicarme contra la fiebre??
Por suerte, la mujer me dijo que esperara porque de todas formas un médico me atendería para al menos mandarme algún antibiótico para la fiebre.
Esperé unos 20 minutos. Nada más entrar, el médico me preguntó qué me pasaba mientras me inspeccionaba un poco tocándome la garganta y trayendo un termómetro para medirme la fiebre; y al intentar hablar y ver que no podía decir una palabra supo casi de inmediato lo que tenía.
Y al verme la garganta lo confirmó. Tenía una infección bastante grave y que de haber esperado más sin ir al médico podría haberme quedado sin voz.
Os podéis imaginar mi cara al escuchar estas palabras. No podía creérmelo.
Después de examinarme, me mandó un par de antibióticos y me dio la baja durante 6 días, y además me dio también su tarjeta por si veía que me ponía peor poder llamarle o escribirle un email.
Una de las cosas que me gustan de Europa es que al ser miembro de la Unión Europea, tenemos asistencia médica donde sea sin pagar nada.
A diferencia de Francia, que sí que tenías que pagar pero que luego cuando volviera a España el seguro me devolvía el dinero, en Alemania no tuve que pagar nada; sólo tuve que enseñar mi tarjeta sanitaria europea y ya está. Y lo mismo para los antibióticos, el seguro los cubría.
http://www.citapreviainem.es/tarjeta-sanitaria-europea/
Aprovecho ahora para explicaros un poco cómo funciona un poco esto de los fármacos y la asistencia médica.
Como os he dicho antes, si tienes la tarjeta sanitaria europea, no tendrás ningún problema a la hora de ser atendido en un hospital o centro de salud.
Respecto a extranjeros fuera de la Unión Europea me temo que para poder ser atendidos necesitaréis un seguro médico privado vuestro desde el país que vengáis, o bien daros de alta en algún seguro alemán. Cuando vayáis al médico lo único que tendréis que hacer es mostrar la tarjeta.
En el caso del seguro privado de vuestro país, seguramente os impriman una factura a pagar que deberéis abonar. No estoy segura de si en ese mismo momento o te dan un período de tiempo para pagar. Pero creo que podéis pedir al seguro que realice el pago directamente y así vosotros no tenéis que preocuparos de nada.
Respecto a los fármacos la cosa cambia.
Normalmente los antibióticos son gratuitos en Alemania, pero si vais a un médico privado y no público, por la receta que os den tendréis que pagar unos 10 euros. Solamente por la receta.
En cambio, si vais a un médico público, la receta la paga el Estado y vosotros no tendréis que pagar absolutamente nada.
Yo, por desgracia, tuve que ir a un médico privado porque, al parecer, los miércoles los médicos públicos o médicos de familia estaban cerrados todo el día…
Y digo por desgracia, porque no soy partidaria en absoluto de la sanidad privado porque pienso firmemente que la sanidad tiene que ser pública y para todos, ya que nuestra salud no es un negocio.
Pero en fin, en esos momentos tuve que dar de lado a mis principios, y menos mal que lo hice, porque si no me habría quedado muda de por vida.
En fin, una vez después de comprar los antibióticos y de volver a casa, escribí a mi manager para decirle que no podría ir a trabajar durante toda la semana. Más tarde me llamó para asegurarse de que estaba bien y para decirme que si necesitaba algo sólo tenía que llamarle. Todo un detalle.
Y bueno, resumiendo un poco los siguientes días, digamos que cada día fue una batalla contra la infección y la fiebre que sinceramente me costó ganarlas.
No dormí nada durante los primeros 3 días, aunque a veces conseguía dar pequeñas cabezaditas después de pasarme horas llorando por el dolor. Estaba tan agotada, que al final me acababa durmiendo del dolor, aunque siempre me despertaba un par de horas después porque el dolor volvía con más fuerza.
Y os aseguro que fue horrible. Y lo pasé peor porque no tenía a nadie a mi lado. No tenía a mis padres que normalmente cuando me pongo mala ellos están a mi lado para cuidarme las 24 horas e incluso alguna vez no han ido al trabajo para cuidarme. Tampoco estaban mis hermanas, ni tenía amigos con los que hablar. Además que mi compañera de habitación tampoco estaba y el resto de compañeros de piso trabajaban todo el día y volvían a casa bastante tarde.
Así que durante esos días de baja me sentí increíblemente sola e indefensa.
Me pasaba el día llorando, no sólo por el dolor (que era increíblemente horroroso) sino además por la soledad y depresión que tenía.
Una vez incluso acabé vomitando por el dolor.
Lo que me pasó fue que cada vez que tosía era como si me acuchillaran la garganta mil veces y luego como si me prendieran fuego. Así que una vez me dio un ataque de tos muy fuerte, y el dolor era tan intenso, que mientras tosía estaba llorando y me puse a vomitar.
En fin, una catástrofe sobrenatural.
En un principio, sobre todo los tres primeros días, pensé que los antibióticos no estaban funcionando ya que sentía que cada día iba a peor y que no había mejora alguna, sobre todo con la garganta.
Llegó un momento en el que perdí totalmente la voz y en el que era incapaz incluso de susurrar, no podía ni intentarlo.
https://mejorconsalud.com/12-remedios-naturales-para-el-dolor-de-garganta/
Pero por suerte, a partir del cuarto día la cosa mejoró y empecé a ponerme mejor hasta que por fin me puse bien del todo.
Pero la cosa no acaba ahí.
Dos meses después volví a ponerme enferma, y fue más de lo mismo, otra infección grave, pero esta vez fue mucho peor.
Ese día fui a comer con una amiga a un brunch buffet en un restaurante americano, el Yours Sports bar, y me arrepiento muchísimo de haber ido, porque fue nada más salir de ahí, empecé a encontrarme mal.
http://www.yours-bars.de/gallery2/YOURS-Sports-Bar-Wiesbaden/American%20Brunch/slides/SN850124.html
Y fue más de lo mismo, fiebre, dolor de cabeza, inflamación de garganta, sensación de cansancio, tos seca, etc.
Y digo que esta vez fue peor porque a pesar de ir al médico (esta vez fui a un médico público), la fiebre no bajaba, y tras pasar 5 días con más de 39º de fiebre, volví a ir al médico para que me recetara otra cosa.
El médico estaba muy sorprendido porque al parecer había desarrollado algún tipo de defensa contra ese antibiótico y por eso ya no me hacía ningún efecto, y eso que era un antibiótico bastante fuerte.
Pero bueno, al final, después de todo el sufrimiento y de 10 días de baja, me puse bien y pude vivir con tranquilidad.
Y bueno, después de la primera vez que me puse mala, a finales casi de Diciembre, me mude a mi nuevo apartamento y la verdad que estoy muy contenta de haber elegido ese sitio, porque conseguí hacer amigos que durarán para toda la vida. Pero eso lo dejo mejor para otra entrada, que esta ya se ha hecho larga.
Así que bueno, si alguna vez os ponéis malos, no esperéis tanto para ir al médico e id lo antes posible, en cuanto empecéis a notar los síntomas, para que así nos acabe pasando lo mismo que a mi.
P.S: un dato interesante. Mientras escribía este blog estaba pasando por otra infección de garganta. Parece ser que este año es el de las infecciones.
He pasado una noche horrorosa, sin poder tragar ni respirar, y a penas he dormido, pero acabo de ir al médico y todo está controlado.
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