Paseando por Schrönbrunn Park

El sábado pasado (13 de febrero) tenía planeado visitar el famoso barrio Werkbundsiedlung en la zona oeste de Viena, construido por arquitectos y diseñadores hace 70 años. Vi su documental en el MAK. La gente que vive allí compartía su opinión sobre la vida y los problemas que tienen. Yo estaba interesado en verlo con mis propios ojos y preparé un plan para ir en U-Bahn a la estación Schönbrunn, coger una bicicleta y llegar rápidamente a ese lugar, que está a unos 4 km del castillo y del parque. Pero mis planes cambiaron ligeramente y me alegro de ello. ¿Qué ocurrió?

Bueno, un poco antes descubrí que había un evento en Instant Flohmarkt y quería ir. Como hacía un día cálido y soleado decidí no coger el transporte público para llegar (además, estaba relativamente cerca) así que me puse mi gorra, mis auriculares y caminé hasta Kandlgasse. Tardé unos 15-20 minutos en llegar. Por desgracia, estaba cerrado y lo habían vendido todo el día anterior. Así que fui a Burggasse-Stadthalle, a donde se podía acceder directamente desde la calle en la que estaba. Contacté con mi amigo, que me dijo que estaría en un bar y podríamos vernos después. Le dije que iba a ir a Schönbrunn y puede que más lejos. Quiso acompañarme a Schönbrunn así que decidí saltarme la visita a la sede de Werkbund y disfrutar del paseo alrededor del castillo. Además, no estaba seguro de si tendría otra oportunidad de ver a mi amigo en Viena porque me marchaba en 4 días. Cogí el U-Bahn hasta la estación Längenfeldgasse y luego caminé hasta Meidlinger, donde habíamos quedado. Pude volver a disfrutar de las vistas de la línea U6 y decidí que otro día tenía que grabar el recorrido (y lo hice, ¡podréis ver el vídeo muy pronto! ).

Le esperé 10 minutos en la estación hasta que llegó. No nos habíamos visto desde principios de noviembre, que fue cuando nos conocimos por primera vez en persona y fuimos a una fiesta Erasmus en el Club U4. Él se había roto una pierna hace poco pero le apetecía caminar.

Decidimos ir a caminando hasta Schönbrunn en vez de coger el metro.

Primera visita a Schönbrunn con buen tiempo

Sí, estaba de buen tan buen humor como soleado era el día. La última vez que estuve aquí estábamos a unos cero grados y hacía muchísimo frío, sin mencionar que al subir la colina había tanta niebla que no se podía ver el castillo (¡y el paisaje urbano tampoco! ).

Entramos directamente por la entrada que está junto a la estación de U-Bahn para no perder tiempo caminando hasta las puertas principales que estaban en el medio. Caminamos por el parque y continuamos hacia la colina y el camino que la atraviesa. Hice varias fotos del edificio desde el centro del parque. El estanque que había frente al monumento y las estatuas de los dioses griegos en la parte baja de la colina estaba vacío. La última vez estaba congelado.

Después fuimos a la parte este (o a la izquierda) y empezamos a subir. Tardamos unos 10 minutos en llegar a la cima. Una vez más, había cientos de personas por allí, no solo turistas, los locales también. Algunos corrían, otros solo caminaban y algunos otros lo visitaban por primera vez (supongo que turistas) y hacían fotografías. Nos detuvimos en la cima e intentamos ver todos los edificios.

En la cima por primera vez

Estaba emocionado por ver lo que había allí arriba porque nunca había estado allí antes. Había un enorme monumento y un edificio en la cima que me resultaba muy familiar pero no podía recordar por qué. Después de unos segundos caí; está anunciado en los autobuses y los tranvías. Su nombre es Gloriette.

Tenía un lago enfrente y escaleras a ambos lados para subir. Cogí mi cámara analógica para hacer una fotografía de Schönbrunn desde el centro esperando que saliera bien. Luego subimos e hicimos más fotografías. Incluso unos turistas me pidieron que les hiciera una foto con el castillo y la ciudad al fondo. Al otro lado había otro lago o estanque, pero no resultaba tan interesante como para ir a verlo de cerca.

Después de una última fotografía analógica empezamos a bajar y nos lo pasamos bien hablando de estereotipos de personas, las etnias que viven en Viena y otras cosas relacionadas con el idioma. El tiempo se pasó volando y gracias a la charla no se nos hizo pesado o aburrido.

Comenzamos a andar dejando el complejo atrás y caminamos hasta la estación de metro Meidlinger. Allí le hablé a mi amigo de la quedada Erasmus que había ese día (yo me había pasado hacía unas horas) y del German Cafe así que espero que volvamos a vernos. Si no nos vemos allí, nos veremos en Zagreb.

Me fui a casa y charlé con mi compañera de piso suiza, ese era su último día antes de volver a casa. Además, estaba bastante cansado. El problema era que aún me quedaban muchos sitios por visitar pero no me quedaban recursos financieros suficientes para hacerlo posible; y necesitaba el dinero para comida y para salir un par de veces antes de volver a Zagreb Supongo que puedo visitar Viena en otro momento para seguir haciendo turismo.

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