En bicicleta y caminando [Hundertwasserhaus, Prater, Donauinsel, 1. Bezirk]
El sábado y el domingo de la semana pasada hizo un tiempo tan bueno que quedarse en casa habría sido un terrible error y me habría acabado arrepintiendo. Así que decidí salir a disfrutar de esos días soleados y cálidos. Para calentarme tenía planeado coger una bici pública y luego... bueno, ya veremos. Hice unos 25 km en la bici y luego me puse a caminar. Me gustaría compartir con vosotros mi ruta del día y los lugares que visité y por los que pasé.
De camino a revelar las fotografías analógicas
A las 11. 15 a. m. me levanté, desayuné, recogí mi ropa y me preparé para salir. Como el día anterior había ido a recoger mi película analógica y el CD, no podía abrirla y ver las fotos en mi portátil así que fui a Alser Straße donde un amigo mío me ayudó a enviar las fotografías a mi email. Ese momento de emoción en que aún no sabes cómo han salido las fotografías. Tengo que admitir que esa era mi primera película en la que todas las fotos salieron perfectas; la exposición, los detalles técnicos y los retratos de mis amigos estaban mejor que bien. Por cierto, hay varios lugares en los que puedes revelar fotos, pero el mejor (eso dicen aquí) es CyberLab, cerca del Burggasse-Stadthalle U-Bahn (a unos 6-7 minutos andando desde allí). Tenía los negativos, que había comprado en DM (el precio de un paquete de 3 películas 200 ASA, 36 capturas, los negativos, cuesta 12 €). También puedes revelarlas en DM por unos 8-9 € y he oído que las imprimen directamente en papel. En CyberLab las escanean y el procedimiento estándar cuesta unos 11, 5 €. Yo creo que es mejor porque así tengo las fotos en alta definición en mi ordenador y puedo imprimirlas después, mientras que en DM (y en Müller) la calidad no es tan buena y probablemente las imprimen directamente en papel. Hasta ahora he ido a imprimir mis fotos en Müller dos veces, en tamaño 10 y 11, en el estándar de papel común y la calidad es muy buena.
A pie hasta CityBike - Schottentor - Universität
A pesar de todo, después de ver los espléndidos resultados de la sesión de fotos de 3 semanas en enero con mis amigos (eran fotos de amigos y personas a las que podría no volver a ver así que estaba un poco nervioso por los resultados), me encaminé a Schottentor y fui andando por Alser Straße. El día se hacía cada vez más cálido (y el domingo fue todavía más cálido, salí con tan solo una camiseta y una camisa). Cuando no tengo prisa prefiero caminar y disfrutar de las cosas a mi alrededor más que usar el transporte público (bueno, excepto la bici, ya me entendéis).
Pasé por la Iglesia Votiv, que aún está en construcción y "empaquetada" con anuncios. Entré en la zona verde o el parque para llegar a la estación de CityBike. Por suerte, estaba medio vacía y dos personas delante de mí estaban dejando las bicicletas; así que no tuve problemas para elegir mi bicicleta. Después de usar la tarjeta de crédito llegó el momento que siempre estoy esperando, pulsar el botón verde y liberar la bicicleta, y, por fin, puede comenzar el espectáculo.
A pedalear junto al canal del Danubio
Mi plan original era ir al famoso mirador Hundertwasser, que se encuentra un poco lejos pero cerca del canal del Danubio. Cuando llegué a un semáforo (siguiendo a dos bicicletas solo para asegurarme de que iba por el camino correcto) me detuve en el cruce entre Währingergasse-Schottengasse y Schottenring, que, junto a otras calles anillo, atraviesa el Primer Distrito. Seguí el carril bici por Schottenring directamente hasta llegar al final, donde se cruza con la calle larga Franz Josef Kai y la estación de metro Schottenring.
Lo único que tenía que hacer ahora era girar a la derecha (en dirección al este) y seguir el carril bici. Me encanta esta parte junto al canal del Danubio porque está pegado al río (aunque es bastante pequeño en comparación con el río Danubio, del que viene y al que regresa). Aún así, tener la oportunidad de llevar la bicicleta por el canal (que es donde estaba) y poder mirar al otro lado de la ribera es maravilloso. Además, hay muchos recreacionistas que corren o van en bici también. Es un lugar perfecto para disfrutar del deporte sin que otros te molesten, al mismo tiempo lo tienes todo a tu alrededor y no te sientes solo. También decidí hacer algunas fotos y vídeos durante todo el día en la bicicleta para hacer un pequeño collage y documental de todo. Empezó a hacer más calor hasta el punto de que empecé a sudar. Intenté hacer algunas fotos con mi cámara analógica pero sin demasiado éxito (me gusta planearlo todo, o que se parezca todo lo posible a lo ideal o a la perfección).
En poco tiempo llegué a Schwedenplatz, donde hay varios puentes cerca. En vez de pasar al otro lado, a Leopoldstadt, me quedé por donde iba. Desde luego, es una de las mejores sensaciones, cuando tienes tiempo (esta vez porque era fin de semana) y no tienes que pensar en obligaciones; y puedes ir en la bicicleta mientras escuchas música. Incluso me quedé con la bicicleta, en vez de devolverla antes de una hora para que salga gratis, en cambio, pagué un euro más porque quería dar un rodeo más grande a la ciudad.
Visita a la Casa Hundertwasser
Después de cruzar el puente sobre el río Wien decidí bajar por Treppelweg (podéis buscarlo en Google Maps) en vez de seguir por la carretera.
También "bajé" por el canal y lo que me gusta de este lugar es que hay bancos para sentarte debajo de los árboles. Hay más paz aquí aunque los coches están justo detrás (aunque más arriba), estás en la ciudad pero un poco fuera de ella al mismo tiempo. Si tuviera mi propia bicicleta, definitivamente, vendría aquí a leer, escribir en mi diario o dibujar. Puede que vaya a sentarme allí uno de mis últimos días aquí. Definitivamente recomiendo a todo el mundo que pase por aquí. Seguí un poco más y pasé por debajo de otro puente. En este punto el canal gira en dirección sudeste, yo seguí más, esperando ver alguna señal del barrio Hundertwasser. En realidad, cuando iba en la bici la semana anterior, por el otro lado del canal pude entrever una fachada "interesante" al otro lado pero decidí echar un vistazo otro día. Desde casa busqué en los mapas por dónde había pasado descubrí que debió ser el barrio Hundertwasser. Y, en ese momento, estaba a 5 minutos de encontrar el edificio.
Siguiendo ese camino junto al canal, 5 minutos después de pasar bajo el puente, verás algunas señales de los edificios de Hundertwasser. Mientras esperas en los pasos de cebra pasas por una especie de instalación y unas obras de arte que parecen pasadizos con la señal de Hundertwasser en ellos. Empezaba a emocionarme y después de cruzar rápidamente la carretera fui a ver en qué calle estaba. Pasé por Krieglergasse y luego directamente a Untere Weissgertberestrasse, y allí vi el Kuns Haus Wien, el Museo Hunderwasser. La fachada está pintada de blanco y negro, como un tablero de ajedrez distorsionado. Hay muchos tonos de color, baldosas de colores, cuadrados de distintas dimensiones por todas partes con fondos en blanco y negro, y las ventanas estaban pintadas también en distintos colores.
Por desgracia, no pude entrar ya que iba en la bici, pero hice algunas fotos y fui a buscar obras arquitectónicas famosas. Pasé por un tal "pueblo Hundertwasser" que, al principio me asustó un poco, por si tenía que entrar y, probablemente, pagar para ver el edificio desde el patio, detrás de los muros, pero eso era otra cosa. Seguí por aquella calle hasta ver una iglesia. Me entró curiosidad y me salí un poco de la ruta planeada para ver la Iglesia de St. Othmar debajo de Weißgerber. No había mucho que ver así que no perdí un segundo más en volver a Lowengasse, donde está también la estación del tranvía y por donde pasa una línea de tranvía. Después de un minuto llegué por fin a mi destino.
Ahí estaban esa emoción y alegría, cuando encontré el edificio con la fachada colorida en la esquina. Justo delante del edificio, cuando entras por la calle que hay entre los bloques, está la antigua cabina telefónica, o al menos una simulación de ella, me acerqué más al centro para dejar la bicicleta y coger mi cámara. La fachada tiene un aspecto muy divertido y una superficie distorsionada, muchos balcones, diferentes colores (sobre todo rojo, azul, blanco y amarillo), la superficie llega al espacio y vuelve, como una ola; y los arquitectos hicieron, además, el suelo como una ola helada en un punto así que no era exactamente llano por todas partes. También hay una tienda de recuerdos justo delante del edificio y allí me encontré por casualidad con mi amiga.
Nos quedamos parados uno junto al otro, ella en su bici y yo de pie, ambos con nuestras cámaras en mano. Ella estaba paseando en bicicleta con su padre y al día siguiente se marchaba de Viena para ir a la República Checa. No hacía mucho habíamos estado hablando por teléfono y nos habíamos contado nuestros planes de salir por la ciudad pero no teníamos pensado vernos, ni dijimos nada de pasar por Hundertwasserhaus así que resultó un momento bastante gracioso. Ella se marchó, entonces, a otro sitio y yo me quedé unos minutos más, haciendo fotos de la fachada y viendo el patio central entre los bloques. Este es uno de los lugares más populares o de los más visitados de Viena y hay gente visitándolo a todas horas. Mientras volvía a Lowengasse vi también un café artístico, probablemente relacionado con nuestra HWM (Hundertwasserhaus).
La parada más cercana y a donde decidí ir a continuación era Prater, un parque-bosque y un parque de atracciones con una noria gigante.
Cruzamos el puente hacia el bosque de Prater y el parque de atracciones
Después de terminar de ver la HWH volví a la carretera principal y crucé el puente Rotunden hacia el otro lado del canal del Danubio. Los 10 minutos siguientes estuve pedaleando junto al río, bajo la Schüttelstraße. En realidad, no tenía ni idea de a dónde me dirigía (a pesar de que tenía planeado volver a Prater), simplemente seguí hacia delante, en dirección SE y vi que allí, delante de mí, a lo lejos, se acercaba la zona industrial y un puente más grande con un montón de carreteras curvas desde las que, probablemente, llegaban autobuses de fuera de Viena, es decir, que eran autopistas.
Llegué al puente Stadthalle (a 1, 5 km del puente anterior), pasé por debajo y encontré unas escaleras para subir. Subí y eché un vistazo; al norte vi una zona verde muy grande, la cima del bosque, Prater. Había un camino que llevaba directamente a Prater y a ambos lados tenía un pequeño asentamiento, un barrio residencial, no muy grande, aunque me recordó por un segundo a Japón, a las casas de Gobo, tan organizadas.
Allí estaba también la señal de bienvenida a Prater. Seguí por la carretera con la esperanza de llegar a la principal y poder ir directamente a Praterstern hasta que se terminó (no lo había visto venir). Estaba disfrutando del olor y el sonido de esa zona, eso es lo que me gusta de Viena, puedes, sencillamente, ir a una de las muchas zonas verdes para escapar de la ciudad y relajarte, estando aún dentro de la ciudad. No hay duda de por qué Viena ha ganado tantas veces seguidas el premio de la ciudad más vivaz de Europa.
Después de unos minutos me topé con una carretera principal que pasaba por el corazón de Prater. Comprobé por Internet, en Google Earth la distancia (desde Praterstern hasta más allá de Stadion U-bahn) y eran más de 4 km. En comparación con Zagreb, ese es el 80 % de la distancia desde la orilla de un puente por el que pasa el tranvía y con un paso peatonal hasta la otra punta. Espero que haga buen tiempo los próximos días para poder ir otra vez a Prater con la bicicleta.
La amiga con la que me crucé antes en HWH me dijo que ella había ido con su padre al parque de atracciones de Prater así que tenía curiosidad por ver qué había allí. Ya había hecho esta distancia un par de veces y quería ver qué me quedaba por descubrir. Este es el caso; desde ambos lados de la "carretera principal" hay varias carreteras secundarias y caminos que pasan por varios lagos, parques, colinas, etc. La carretera principal está hecha de asfalto, por lo que hace el trayecto en bicicleta mucho más sencillo. Hay varios lagos pequeños donde te puedes sentar y ver a los patos nadar. Todos estos lugares están rodeados por varios parques infantiles que son muy populares entre las familias jóvenes con niños. Pero aquí puedes encontrar literalmente a cualquiera. Hay mucha gente que va a correr, tanto jóvenes como ancianos, o gente que solo camina, que monta en bici, en patines, etc.
Lo que me pareció realmente interesante de Prater (sin contar el parque de atracciones) es que es un lugar muy silencioso, a pesar de que hay miles de personas haciendo cosas distintas allí. Fue allí donde me quité los auriculares simplemente para disfrutar del silencio.
Después de 10 minutos me di cuenta de que estaba pasando por el parque de atracciones así que decidí entrar. ¡La verdad es que tenía una pinta genial! Al principio no vi a nadie, lo que me hizo sentirme como en las películas, escuché un ruido, alguien gritando, y allí es a donde fui. Un poco después empecé a ver cada vez más gente, la mayoría, probablemente, solo iban allí para relajarse y explorar el parque; de hecho, una de las montañas rusas estaba en funcionamiento, con algunos niños y adolescentes subidos en ella. Estuve grabando mi viaje por Viena, con la bici y mientras caminaba (pronto podréis verlo en mi canal de YouTube).
El parque de atracciones de Prater parecía realmente divertido y sentí no llevar dinero para poder subirme en alguna atracción. Creo que un poco más tarde iban a abrir el resto de atracciones. Además, en abril se celebra el 250 aniversario del parque y van a preparar algún evento.
La última atracción que hay que visitar y la primera y única que se ve desde lejos es uno de los símbolos de Viena, además del símbolo principal del Parque Prater, la Noria Gigante de Prater. Esta justo delante cuando entras al parque de atracciones. El paseo (una vuelta) cuesta unos 10 €. No llegué a subirme porque mis amigos me dijeron que no valía la pena pagar tanto, y yo tengo que ahorrar para comida y puede que para algún otro museo.
Tenía 10 minutos para dejar mi bici en una estación si no quería pagar 1 € más; pero, m*ldita sea, el tiempo era tan agradable y yo me sentía tan bien después de una dura semana en el estudio, así que pasé por Praterstern y la estación de ferrocarril, pasé por el puente Reichsbrücke y crucé al otro lado del Danubio, a la Isla del Danubio.
A Donauinsel por el puente y la vuelta
Estaba muy emocionado por pasar por encima del río, tiene un aspecto increíble, con el carril bici y con todo ese espacio para pasar por el puente.
Se tardan 10 minutos (contando con el tráfico) en llegar a Reichsbrücke. Por el camino también se pasa por delante de la estación Vorgartenstraße Ubahn. Al acercarnos al puente se puede ver un parque verde alrededor del túnel, se trata de Mexikoplatz (la Plaza de México). Hablaré más de esto a la vuelta.
Como ya he dicho, hay un túnel corto y la carretera desciende, lo que resulta muy divertido si vas en bicicleta, porque solo tienes que dejarte llevar y disfrutar de la velocidad y del viento. De todas formas, luego hay que subir un poco, hasta llegar al nivel horizontal del puente, así que hay que empujar un poco más de lo normal. Pero la inclinación es muy suave así que no te cansas como en las cuestas más empinadas. Llegó el momento de felicidad; yo estaba en el lado izquierdo (NW) y me puse a disfrutar de la vista.
¿Qué es lo que se ve? Primero pasamos por encima de la carretera y la autopista; luego llega un paseo o ribera a lo largo del Danubio (también he puesto una foto para que podáis ver el paisaje). A lo lejos se pueden ver las colinas que rodean Viena, es un lugar muy popular para hacer senderismo o ir de excursión. Yo quería ir allí, y aún quiero, pero no creo que tenga tiempo (ni dinero para el transporte). Me detuve un momento y, simplemente, me quedé mirando desde la valla. La última vez que había pasado por un puente fue hacía 3 semanas, cuando tuve la oportunidad de experimentar el día más nevado en Viena; todo era blanco y había bastante niebla. En cambio, en un día como este, se podría pensar que ya era primavera.
Cuando miras al otro lado del canal se puede ver la Isla del Danubio, que, en realidad, es la pequeña y angosta con algún parque y algún lugar para nadar, creo. Solo he estado allí una vez, pero hacía frío y había mucha niebla. Puede que haya que repetirlo. Esta isla sirve, probablemente, como un apoyo para la construcción del puente hasta llegar al otro lado del río (y para llegar al continente tienes que ir por el puente).
Después de pasar por la primera isla pequeña vi a mucha gente allí, también en bicicleta, corriendo o simplemente caminando. Volví a parar para hacer algunas fotos. ¡Ahora de camino a Donauinsel!
Es algo que puedes ver desde el "continente" o antes de llegar a la isla pequeña en el medio. Más concretamente, se ven los edificios, el rascacielos de la Torre DC (el edificio más alto de Viena, o... ) y la Torre Danubio, donde puedes subir y disfrutar de las vistas. Aunque, una vez más, no creo que pueda permitírmelo. También hay un edificio que es la oficina de las Naciones Unidas. Cuando pasé antes por delante no me di cuenta de lo que era.
Después de llegar a la isla aún queda la parte divertida de las curvas que te llevan al "centro" o algo por el estilo, justo delante de la puerta de la Torre DC. Allí estaba un poco perdido y la primera vez que estuve allí, antes de Navidad, no sabía qué hacer. Ahora solo quería dar una vuelta rápida, así que encontré unas escaleras y me deslicé hasta allí con mi bicicleta. Allí está la estación UBahn Kaisermühlen VC y una parada de autobús. También se puede ir por "el lago" o por una bahía que hay muy cerca, por detrás. Pude echarle una ojeada rápida pero ya me dirigía hacia "el continente". Pasamos por dos túneles más y empezamos a subir, ya hemos dado una vuelta cuando encontramos el camino de vuelta a la carretera del puente.
Entonces tuve la oportunidad de ver el otro lado del puente, nunca había estado allí con la bici. Se puede ver a la izquierda el enorme paseo con bloques de edificios y montones de gente caminando al sol a lo largo del río. Por debajo, el río se mueve bastante rápido. Pasé por la parada Reichsbrücke Ubahn y seguí con mi cámara en la mano. Hablando de esta estación de U-bahn, está muy bien el hecho de que sales del metro en una punta del puente y, para llegar al otro lado (por ejemplo, para volver en dirección a Reuman Platz), pasas por debajo del puente y cuando subes estás en el otro lado.
Al pasar por la isla pequeña se puede ver la Iglesia de San Francisco de Asís. La encontré durante mi primer paseo en octubre (el tiempo vuela) pero no tuve la oportunidad de verla de cerca. Así que decidí que aprovecharía mi próximo descanso, después de volver del continente, para echarle un vistazo a esa iglesia.
La Iglesia de San Francisco de Asís tiene un aspecto bastante normal por delante, pero es bastante impresionante cuando la ves desde un lateral. Se encuentra en la Plaza de México; y hablando de esta, hay un monumento en español y alemán (al menos en los dos lados que pude ver) explicando que fue erigido en honor a los ciudadanos mexicanos, que fueron los primeros en protestar públicamente en contra de la anexión alemana de Austria, justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Hice un par de fotos de la iglesia y decidí volver a Aspernbridge, que conecta Leopoldstadt con el Primer Distrito. Como mis dos horas se acercaban lentamente a su conclusión, no quería pagar 2 o 3 € más.
¡Dejé la bicicleta y me puse a caminar!
Tardé menos de 10 minutos en llegar a Praterstern (incluyendo los semáforos) así que pude disfrutar otra vez de las calles a mi alrededor. Hay una estación de CityBike en Praterstern pero yo pasé de largo. También se pueden encontrar mostradores de bicicletas; ya hay decenas de cientos, o incluso miles, de ciclistas desde el comienzo de 2016 que siguen la misma ruta.
Entré en Praterstraße y seguí mi ruta de bici. Cada vez que voy hacia el Danubio, siempre termino en esta calle, viniendo desde Landstrasse Ubahn y el puente Aspern. Así que pude disfrutar de el paseo por el antiguo barrio de Leopoldstadt, y después de 10 minutos llegué al puente Aspern. Puede que aún me quedaran unos 5-15 minutos antes de la hora límite pero decidí dejar la bicicleta y caminar hasta el siguiente puesto.
Un paseo por el canal del río Wien y Stadtpark
Cuando dejé la bicicleta decidí caminar hasta encontrar otra estación, 20 minutos más tarde (cuando la primera hora sería gratis otra vez). Fui siguiendo el río Wien, que se une al Canal del Danubio. Sabía que la estación Landstrasse Ubahn estaba cerca, así como el infame (para mí) MAK (Museo de Artes Aplicadas/Artes Contemporáneas). Como lo había estado grabando todo ese día, me paré sobre el puente del metro y me quedé allí varios minutos grabando los metros pasar. También me pareció interesante ver a los patos sumergirse de una forma divertida. Después de acabar los vídeos dejé Schallautzerstrasse y me dirigí a Stubenring.
¡Entonces recordé algo! Estuve aquí mi primer día como becario. Allá por el 15 de octubre, me enviaron con mi cámara a hacer fotos de carteles, bajo la lluvia, para la Orquesta Sinfónica, que estaban en los puestos giratorios luminosos de la ciudad. El edificio que vi en aquel entonces y que no sabía qué era (parecía antiguo, con ladrillos marrones), era, en realidad, la Universidad de Diseño y Artes Aplicadas. Y justo después estaba el edificio que sí conocía y que ya había visitado al menos 6 veces, el MAK. Me di un par de vueltas a su alrededor decidiendo si me iba a casa directamente en el metro Stubentor al otro lado de la calle, si cogía el tranvía, buscaba un CityByke o seguía caminando.
Al final decidí caminar hasta casa. Quería comprar algunas cosas para preparar el Pan de Lembas élfico del Señor de los Anillos así que paré para hacer la compra. De todas formas no pude encontrar lo que buscaba así que tuve que posponerlo para el domingo o el lunes. Volviendo a nuestra historia. El siguiente lugar por el que pasé fue Stadtpark. Iba caminando automáticamente por Stubenring pero entonces pensé que podía pasar también por el parque y echar un vistazo.
Nunca he estado en el parque en sí, solo he pasado con la bicicleta junto a él, así que tenía mucha curiosidad por lo que vería. El parque suele estar ocupado por la gente que quiere sentarse un rato o por los que simplemente quieren andar. Hay un lago en el centro que me recordaba un poco a Maksimir (un parque de Zagreb). Fui al canal del río Wien otra vez y crucé el puente. Había un tipo tocando la armónica. Crucé al otro lado y me puse a buscar la salida. Stadtpark es un buen lugar para tomarse un descanso pero yo tenía otros planes y no podía quedarme mucho más. Puede que lo visite otra vez antes de irme de Viena pero leí en el pronóstico del tiempo que iba a llover así que no habría un momento para sentarse, y el deseo de escribir en mi diario o dibujar lo que viera parece que iba a desvanecerse también. Mientras salía de Stadtpark me acerqué a un lugar familiar, el Eislaufenverein, el Centro de Patinaje Sobre Hielo. Fui a patinar con unos amigos de Zagreb y otros internacionales que conocí en mi German Language Cafe antes de Navidad. Fue algo genial y, probablemente, suficiente con una vez hasta el año que viene. Me gustaría poder ir a Eistraum, delante del Rathaus, que está abierto hasta el principio de marzo, pero es demasiado caro.
Seguimos por las calles-anillo: Ópera, Burggarten y Volksgarten
Después de dejar atrás Stadtpark llegué a Schwarzenbergplatz. A mi izquierda estaba el parque y la plaza que llevaba a Lower Belvedere Palaca (más sobre Belvedere mañana) y a mi derecha estaba la esquina de una calle-anillo. Me dirigí a la derecha (al norte) en dirección al Primer Distrito. De camino vi el edificio de Universal Studios, también puedes encontrar un McDonald's justo en la esquina. Entré en el anillo de Kärtner y caminé hacia la Ópera. Ya empezaba a sentir algo cansado y hambriento, serían las 15 h y yo llevaba fuera unas 4 horas, con la bici y caminando. Miré en dirección a la Ópera y vi una estación de CityBike; pensé que sería más rápido si cogía una y me dirigía a la estación de Rathaus. Por desgracia para mí, cuando intenté usar mi tarjeta de crédito no ocurrió nada, solo mencionó algo de un error y que el servicio no estaba disponible. Así que después de un momento incómodo allí, decidí ir andando a casa.
Mi plan era, en realidad, pasar por Brunnenmarkt para comprar algunas cosas que necesitaba para la semana siguiente. Pensé que con la bici llegaría mucho antes; pero mientras caminaba hacia la calle Josefstädter (entre el Rathaus y el Parlamento) tenía tanta hambre que tuve que pasar primero por casa a comer algo.
De camino a casa, antes de empezar a morirme de hambre, pasé por la avenida Opernring y después fui hacia Burggarten cerca de Hofburg. Estaba abarrotado de visitantes. Entonces fui a los edificios principales y di una vuelta rodeando el lago y luego subiendo por las escaleras, salté la valla de la terraza y pasé al otro lado. Había muchísima gente allí, y yo era solo uno de los cientos que llevaban su cámara en la mano. No me gusta hacer fotos de algo rodeado de 1000 personas más. Y a ellos tampoco les gusta que yo me ponga en medio de sus fotos.
Fui hacia el otro lado y lentamente entré en el Parque Volksgarten. Ese fue el lugar en el que descansé después de hacer la entrevista para el trabajo en el estudio. Recuerdo que encontré un lugar con piedras y una fuente en la que me senté a la sombra y casi me quedé dormido de lo cansado que estaba. Aún así, no pude encontrar ese sitio después. Además, creo que el parque ha sido redecorado, así que algo debe haber cambiado.
De todas formas, pasé por la fuente que está cerca de la salida o una de las entradas que de directamente hacia Hofburg. Creo que esta zona se conoce como Heldenplatz (Plaza de los Héroes). En el centro hay algo como un templo griego blanco (al menos, eso es lo que parece) con muchos bancos alrededor, que ahora estaban ocupados por ancianos. Cuando hacía más frío solía pasear solo por aquí, en diciembre y enero no hay tanta gente pero ahora se llena de gente más y más.
Entramos a Volksgarten. Se nota enseguida que cubren los árboles jóvenes con unas bolsas para protegerlos. Esto lleva así desde noviembre, si no recuerdo mal. En realidad, el "templo" está en Volksgarten, acabo de verlo en el mapa, es todo un poco confuso, al menos son todo parques así que no importa demasiado el nombre. Desde Volksgarten hay una buena vista del Parlamento y de la parte de atrás del Rathaus. Habría sido mejor si no hubieran tantos árboles. Yo solo quería llegar a casa así que salí justo delante de la estación del tranvía y pensaba ir a Brunnenmarkt en tranvía o andando.
Como tenía mucha hambre decidí ir directamente a casa, a mi Florianigasse.
Después de la pausa para comer voy al mercado y de vuelta
Por fin en casa, pude descansar unos 40 minutos, más de lo que tenía planeado. Me puse en camino a Josefstädterstraße Ubahn por Florianigasse y pasé por la Iglesia Breitenfeld. Me uní al resto de personas que se movían por la calle que se dirigía al Brunnenmarkt. Tenía planeado comprar plátanos y huevos. Aquí puedes encontrar 10 huevos por solo 1 € y, si tienes suerte, plátanos también 1 kg por 1 €, normalmente están a 1, 49 el kg; y los puestos que están junto a la estación del tranvía los venden por 2 € así que no caigáis en la trampa, es mejor caminar 5 minutos hasta encontrar los que están baratos.
Después de cruzar la calle entré a Friedmangasse y caminé hasta llegar a Brunnengasse. Después fui a la derecha y fui primero a comprar los plátanos. Siempre hay mucho ruido y puedes escuchar "Una pieza 1 €, vamos, vamos, el mejor precio, el mejor precio... ". Después de encontrarlos compré también algo de ensalada y unas verduras. Me acordé también de que iba a necesitar patatas y, por suerte para mí (no tuve que ir a Hofer), vi un montón en una red con una nota que decía "5 kg por 2, 50 €" y el señor se acercó y me dijo "aquí tienes, hermano, gracias" llevaba varios días queriendo hacerle una foto (desde hacía casi una semana) pero no lo hebía encontrado el día anterior. De todas formas, hice mis "compras felices" y acabé con mis bolsas llenas; también compré algo de pan en una esquina. Decidí caminar otra vez, como de costumbre, hasta llegar a casa. Tardo unos 15 minutos así que no está mal. Por la tarde preparé una lujosa cena para mí mismo y probé con unas nuevas recetas por mi cuenta. Antes de que las tiendas cerraran, a las 18 h, fui a Hofer a comprar unos cuantos ingredientes más. El día anterior había intentado hacer unas galletas después de ver la receta por YouTube.
Hablaremos más sobre eso en mi siguiente post.
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