Francia es uno de los países más visitados de Europa y de todo el mundo, y no es para menos considerando su riqueza histórica, artística y cultural. Si vas a visitar Francia (y tienes que hacerlo) te recomiendo estar como mínimo cinco días para poder disfrutar sus mejores atracciones turísticas.
Una visita obligada es al famoso Palacio de Versalles, que si bien recordarás en tus clases de historia, ha sido testigo clave de los sucesos franceses más importantes y también de la historia mundial. No hay que olvidar que fue testigo de la mismísima revolución francesa y de la firma del tratado de Versalles.
El Palacio es una de esas atracciones que te roba el aliento, fue usado como residencia de la familia real más o menos por un siglo. Tiene muebles extravagantes y elegantes, enormes jardines con un lago, el Petit Trianon y los dominios de María Antonieta, donde solía vivir María Antonieta y hasta una pequeña granja ubicada en “La Aldea”. Este es uno de los lugares que cuesta trabajo encontrar las palabras o adjetivos apropiados para poder describirlo, definitivamente tienes que experimentarlo. Si es que te animas, toma en cuenta de que es ENORME, definitivamente podrías perderte; lo más probable es que te tome todo un día recorrerlo, así que cuando planees tu viaje, toma en cuenta todo un día para recorrer el Palacio de Versalles, considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
¿Cuánto cuesta?
Ser estudiante tiene sus ventajas, al final todo el sufrimiento del estudio tenía que ser recompensado, ¿no crees? Y qué mejor que recompensarlo mientras viajamos. ¡Todos los Erasmus o estudiantes de la Unión Europea tienen entrada gratuita al recinto!
Si no eres estudiante y debes de pagar el boleto, te costará dependiendo de las fechas y lugares que te interese visitar. Por ejemplo, el ticket de la entrada de “billete pasaporte”, que te permite entrar a TODO Versalles está ahora en 18 euros (aproximadamente 21. 39 dólares americanos) pero si visitas el palacio durante los días de grandes aguas musicales o de jardines musicales, el precio se elevará hasta llegar a los 25 euros (aproximadamente 29. 72 dólares americanos). Si eres de caminar lento y sientes que necesitas al menos un par de días para visitar todo podrías comprar el “pasaporte dos días” que está a 25 euros (aproximadamente 29. 72 dólares americanos) y a 30 euros (aproximadamente 35. 66 dólares americanos) si es que son días de aguas y jardines musicales. Finalmente, el billete más sencillo, “el billete palacio” sólo te permite acceder al palacio y te cuesta de 13 a 15 euros. Si quieres ingresar al Trianon y al Dominio de María Antonieta podrás hacerlo con 10 euros más (aproximadamente 11. 88 dólares americanos). El primer domingo de cada mes la entrada es gratuita, pero ya te imaginarás cómo se llena.
La fecha en la que yo fui fue durante el mes de enero, podrá ser un mes muy frío pero es el mes en el que hay menos turistas y eso hace que todo valga la pena. El Palacio de Versalles tiende a tener filas enormes, de más de una hora para comprar los tickets y otra hora para pasar seguridad y poder entrar, así que puedes consultar en la página web el calendario para que vas cuánta gente se espera durante los días que vas y así llegar temprano. Cuando fui no tuve que hacer ninguna fila porque al parecer en invierno y entre semana no hay tantos turistas.
¿Cómo llego?
Aparte de los gastos de ingreso al recinto, tendrás que considerar el costo del transporte desde París hasta Versalles. La mejor manera de llegar es en RER, una especie de tren suburbano que conecta a París con ciudades aledañas. La línea que te lleva es la C y deberás de tomar el que se llama Versailles Rive Gauche. Recuerdo que el billete de ida y vuelta costó aproximadamente unos 7 euros (aproximadamente 8. 32 dólares americanos).
(Aquí nos encontramos en un transporte de dos pisos muy "real")
Para ir a Versalles hay que levantarse muy temprano, ya que el tren que lleva de París a Versalles tarda alrededor de cuarenta minutos en llegar, sin considerar el tiempo de traslado que puede llevarte desde tu lugar de hospedaje hasta la estación RER, donde se pasa el tren suburbano. Mucha gente suele decir que los parisinos no son tan amables, pero siempre encontré gente amigable que estaba dispuesta a ayudarme cuando me encontraba perdida.
Así fue como mi amiga y yo pudimos llegar a la estación donde estaba el RER con dirección a Versalles. Para nuestra sorpresa, el tren estaba increíble, ya que tenía dos pisos y estaba diseñado como si ya nos encontráramos al interior del palacio de Versalles. Por fuera y por dentro se encontraba tapizado como si el mismísimo Rey Sol estuviera viajando en él, esa fue una de las sorpresas más bonitas. Me he enterado después que sólo algunos de los trenes se encuentran decorados de esta manera, por lo que nos consideramos más afortunadas, ya que en los días siguientes subimos de nuevo al tren para trasladarnos a otro lado y aquél tren ya no estaba decorado. Afortunadamente, las fechas en las que visitamos Versalles no eran temporada alta (fuimos el 19 de enero), por lo que el traslado en el tren y dentro de Versalles nos encontramos a pocos turistas en comparación a la cantidad de gente que se puede encontrar en verano, según nos han dicho, es muchísima la gente que visita esta maravilla.
Llegando a Versalles
(¿Ya vieron la fila innecesaria para entrar en enero? )
Después de aproximadamente 45 minutos de haber tomado el RER con dirección a Versalles, pudimos llegar a aquella hermosa ciudad, que es muy pequeña y acogedora. El Palacio de Versalles queda a menos de diez minutos caminando de la estación, ya que se encuentra a tan sólo un par de cuadras. Si no pudiste comprar tus boletos por internet, no te preocupes, afuera de la estación de tren se encuentran muchas compañías turísticas que estarán dispuestas a venderte los tickets, que también podrás comprar afuera del palacio. Sólo toma en cuenta que si es que no los compraste y vas en temporada alta, tendrás que hacer más o menos una hora de fila para comprar tus boletos más una hora para pasar la fila de seguridad antes de entrar al complejo. Si es que no quieres perder dos horas de tu vida formado, compra tus boletos en taquilla y acude en temporada baja, ya que la fila de seguridad es imposible de saltarse. Si tienes tu credencial de estudiante, podrás formarte de manera directa en la fila de seguridad, ya que tu credencial juega el papel de tu ticket de entrada.
La fila de seguridad puede servir para hacer amigos turistas! Nos tocó conocer a una chica de medio oriente que era muy agradable y con ella recorrimos todo el complejo y un poco de la ciudad a la salida. Si vas con alimentos o bebidas, los tendrás que dejar en consigna de manera gratuita. Después de pasar por seguridad ya estarás adentro del palacio y lo podrás recorrer a tu propio ritmo.
Un poquito de historia no hace daño
El Palacio de Versalles es uno de los palacios más visitados de Europa y sin duda, el más visitado de Francia. Fue construido por órdenes de Luis XIV en el siglo XVII, quien decidió mudar a toda su corte a este enorme lugar en 1682. Parte del material que se utilizó para su construcción es el oro, y todos los lujos que lo componen le otorgan un valor en la actualidad de 2, 000 millones de dólares.
Queridos lectores, creo que todavía están subestimando lo que me refiero cuando digo que “está ENORME! ”. Tiene aproximadamente 700 habitaciones, 67 escaleras y 2153 ventanas.
Luis XIV es mejor conocido como el Rey Sol, y una vez que veas el deslumbrante Palacio que parece estar bañado en oro, entenderás mejor de dónde viene dicho nombre. El Palacio de Versalles fue construido por su deseo de crear algo digno de presumir y que fuera muy difícil de mejorar en cuanto a su diseño arquitectónico, ostentosidades y su esplendor. Él encargó su diseño y construcción a un trío de arquitectos de su edad, quienes son conocidos como Charles le Brun, Louis le Vau y Andre le Notre. Ellos se encargaron de construir un enorme complejo que reflejara la personalidad y estilo de vida del Rey Sol, así como su afinidad y gusto por las artes. Después de décadas de arduo trabajo, el resultado fue asombroso y realmente excedió las expectativas de cualquier persona, siendo Versalles catalogado como una joya dentro de las residencias reales europeas e imperiales. Aunque se han construido otros Palacios, hasta ahora nadie ha podido superar la majestuosidad, el costo y el trabajo artístico que implicó construir Versalles.
¿Qué hay de la audio guía?
Después de pasar seguridad, lo primero a lo que tendrás acceso será al patio frontal de Versalles, donde podrás aprovechar para tomarte algunas fotos con la fachada principal, eso sí, no esperes salir completamente sólo, ya que será imposible captar a uno que otro turista que también se está tomando fotos por detrás.
Después deberás acudir por tu audio guía que viene incluida con el costo de tu entrada, esta auto guía se activará de manera automática durante los primeros salones que son los más importantes, después de ello tendrás que usarla manualmente, es muy fácil. Si te interesa el cuarto de María Antonieta, por ejemplo, podrás encontrar un número ubicado en dicho cuarto, sólo tendrás que pulsarlo en tu audio guía y presionar el botón de “play” o “inicio” para que puedas escuchar la explicación. Se puede repetir cuantas veces quieras y la podrás encontrar en tu idioma nativo, que te lo preguntarán desde el momento que la pidas para configurar tu dispositivo. Para muchas personas, esta audio guía es de gran utilidad, para muchas otras es muy distractora, ya será tu decisión elegir si la usas o no, pero si es gratis su renta pues no está de más pedirla, ¿no crees?
¿Por qué no comenzamos el tour?
El Palacio de Versalles te parecerá el lugar más opulento que hayas visto en tu vida. Es imposible no sentirse maravillado con cada paso que uno da.
En las primeras salas, te explican la arquitectura básica del Palacio, sobre quiénes los construyeron, cómo, cuánto tardaron y sobre todo las modificaciones que se le han hecho a pesar de los años. Una de las cosas que se han mantenido son los sistemas de agua que regulan las fuentes, que son muy difíciles de arreglar debido a que muchos de ellos funcionan de acuerdo a la manera en la que los fabricaron hace tantos años. Los relojes del palacio son arreglados por un designado maestro relojero, que se encarga de que estén de acuerdo a la hora actual y a arreglarlos cada vez que fallen, porque muchos de ellos tienen tantos años que probablemente las piezas modernas ni siquiera funcionen.
Como decía, en las primeras salas te explicarán los cambios arquitectónicos y cómo se ha agrandado el palacio. Un ejemplo de esto son los departamentos que Luis XV mandó a hacer dentro de él debido a su deseo de tener una vida íntima pero sin dejar los grandes y lujosos aposentos. Estos departamentos fueron amueblados y aumentados hasta la víspera de la Revolución Francesa, donde los reyes fueron despojados del palacio. Creo que un detalle que debes de tener en cuenta es que muchos de los muebles o pinturas del palacio no son los originales, son recreaciones. Esto es debido a que muchos de los objetos fueron robados y saqueados durante la revolución y tienen un paradero desconocido, por lo que es probable que muchas veces leas algo como “este mueble es una recreación del siglo…” o “de acuerdo a los historiadores así se debió de ver…” y eso pasa sobre todo en el que era el cuarto de María Antonieta, que es simplemente una muy buena recreación.
La Ópera real
En el palacio también había una Ópera real que fue construida entre 1768 y 1770. Esta era una sala de espectáculos que era usada en las grandes fiestas de la vida de la corte, literal es como lo que vemos en las películas de las princesas de Disney: bailes de gala, festines reales y representaciones líricas. Este lugar tenía una arquitectura muy moderna y compleja para la época, ya que tenía un sistema de gatos que levantaban el suelo de la sala al nivel del escenario para formar un solo espacio para los bailes. De seguro te preguntarás el motivo de su construcción, pues el Rey la mandó a construir para su boda con María Antonieta, otro motivo más del repudio del pueblo hacia ella, los gastos que se hacían hacia su causa eran impresionantes.
(Esta maqueta muestra lo grande que era la Ópera real y algunos de los otros departamentos que se encontraban en el palacio. )
La habitación del Rey Sol: una vista privilegiada
La vida en la corte de Versalles era muy ajetreada, el Rey Sol nunca estaba solo. De acuerdo con los historiadores, dentro de su cuarto siempre había gente, alrededor de unas cien personas, quienes lo veían todos los días despertar, alistarse y hasta dormir. Acto seguido de despertar, acudía a misa en la capilla real con uno de los coros más famosos de toda Europa, después de esto recorría toda Europa donde solían hablarle muchas personas para preguntarle o hablar con él de cosas relacionadas con la corte.
(La famosa capilla Real donde El Rey Sol acudía todos los días a misa. ¿Con una capilla así de bonita y a unos metros de tu cama irías a escuchar la misa? )
(Hice un zoom gigante a la cámara fotográfica para captar este detalle en la pared. De esta manera se puede apreciar el trabajo que requirió construir un complejo tan minuciosamente detallado. )
El palacio e un museo enorme, donde también encontrarás importantes obras de arte y amplios jardines. Encontrarás muros de mármol, candelabros de cristal, objetos bañados en oro, y múltiples obras de arte que llegan a ocupar toda una habitación. Su habitación se encuentra justo en el centro del Palacio y le permite ver tanto los jardines como a las afueras del mismo. Su vista sin duda era privilegiada.
(El famoso cuarto del Rey Sol, en esta habitación nunca estuvo solo, ni siquiera para vestirse. Así como que la vida en la corte ya no suena tan envidiable, ¿no crees? )
(Esta es la vista frontal del palacio una vez adentro, justo en el centro y hata arriba se encuentra la habitación del Rey Sol, que es la de la foto de arriba. )
La construcción del “Petit Trianon” o Pequeño Trianon (Dominio de María Antonieta)
¿Pero qué hay del Petit Trianón de María Antonieta?
Este complejo se encuentra situado a media hora del palacio caminando, y es también conocido como “la casa de la reina”. María Antonieta fue una de las mujeres más influyentes y odiadas de toda Francia, muchos consideran que ella fue la causante de la Revolución Francesa, o si no causante, también influyó para que se desarrollara. María Antonieta estuvo casada con Luis XVI, un hombre con bastante dinero. Es muy odiada por haber usado el dinero del pueblo para convertirse en un ícono de moda francesa por la cantidad de vestidos, pelucas y zapatos que tenía, ella era causante de tendencias de moda en Francia y en otros reinos. Debido a que su esposo, el rey, consideraba que se encontraba muy expuesta en la corte y ella quería descansar de la vida tan ajetreada que se vivía, le regalo en Petit Trianón.
El Palacio de Versalles es enorme, pero aún más grandes son sus jardines que ocupan cientos de hectáreas. Cerca de los jardines del Gran Trianón, Luis XV ordenó la construcción de un jardín con flores e invernaderos donde llegó a albergar muchas plantas exóticas. Pero no sólo eran flores, sino también lugares de recreación donde se podía comer y jugar. Sin embargo, su uso más popular fue como un pabellón de alojamiento para Madame de Pompadour, la que en ese entonces era su amante. Cuando Luis XVI llegó al reino, decidió regalárselo a su esposa María Antonieta que mandó reemplazar los hermosos jardines botánicos por un jardín al estilo inglés!
(Los jardines del Petit Trianon que se parecen a los que se encuentran frente al Palacio de Versalles pero están como a una menor escala. )
Este lugar es bonito y tiene sus lujos, sin embargo no se compara en nada con la decoración y lujos del palacio que lo sobrepasan por mucho. Aunque debo de admitir que tiene sus propios jardines y este Trianon está muy lujoso como para sólo ser una especie de casa de campo alejada de la vida de la corte. Debo de admitir que venir al Palacio de Versalles me recordó a una degustación de comida, donde tienes que tomar café para neutralizar tu sentido del gusto y probar tu próxima degustación de manera objetiva. Con el Trianon me ocurrió mucho, me quedé tan impresionada por todos los lujos, los detalles, el brillo, el oro, la decoración y el dinero invertido en el palacio que a la hora de llegar al Trianón sentí que no era la gran cosa, y tal vez si lo era pero creo que me hubiera impresionado más si hubiera visitado primero este lugar y ya después el palacio. Aunque he de admitir que este pequeño lugar que es considerado como “no tan importante como el palacio” tiene más lujos que las antiguas casas de gobierno e incluso el castillo de Chapultepec que tenemos en mi país, a comparación, siento que nuestros museos ya no son suficientemente lujosos. He aquí cuando recuerdo el famoso dicho de “viajar te abre los ojos” y vaya que me los abrió.
(¿Querías ver como era una antigua carriola real? ¡Aquí lo tienes! )
(Como ya dije, muy bonito, muy lujoso pero en comparación con el Palacio le falta un poco más de oro. Como que ya nos pusimos exigentes. )
(Esta es una recreación de cómo sería la habitación de María Antonieta. )
El Trianón se encuentra a cuarenta minutos caminando desde el palacio de Versalles, aunque esto es considerando bastantes distracciones, tomas de foto y juegos con los animales. Nuestro regreso fue en veinte minutos, así que para llegar aquí son veinte minutos a paso rápido y cuarenta y cinco minutos si vas como turista distraído. El tren del palacio debe de hacerse más o menos unos ocho minutos.
El dominio de Versalles: los jardines en números
Los jardines son unas de las cosas que más impresionan del palacio y no es por menos, ya que ocupan 93 hectáreas. También cuentan con un parque cercado con muros que ocupan 700 hectáreas, su centro se marca por el Gran Canal. En total, los números de muros abiertos y puertas que delimitan su perímetro ocupan un perímetro de 43 kilómetros donde había otras tierras reales y señoriales donde Luis XIV solía practicar la caza. Es por eso que el Palacio de Versalles tiene a su disposición una especie de trenes que te permiten recorrerlos, ya que a pie es recomendable pero la verdad sí está muy cansado, nos tardamos una hora y media en poder recorrerlos y ni siquiera se podría decir que recorrimos gran cosa. Si tienes dinero para pagar el costo del carrito de tren, que son 8 euros, te recomiendo que lo tomes porque te ahorrará mucho tiempo y te evitará cansancio innecesario. También en época turística podrás rentar un carrito de golf o una bicileta, aunque desafortunadamente desconozco el precio.
(En esta foto salgo yo y los jardines que siguen por hectáreas y hectáreas hasta desvanecerse de tu vista, parecería que nunca terminarían. )
Los jardines cuentan con 200, 000 árboles, 372 estatuas, 620 disparadores de agua y 52 fuentes que funcionan con el mismo sistema con el que se construyeron orignalmente.
El famoso e increíble Salón de los espejos
Esta es una de las salas más famosas de todo el palacio, seguramente ya la has visto en revistas, fotos o películas. ¿Y por qué es tan famoso? Porque aquí se hacían todas las recepciones reales. Está decorado con candelabros, pero antes de eso (cuando no había luz eléctrica) era iluminado por más de 3000 velas. Este salón no sólo es visualmente impactante, hermoso y sorprendente, sino que también tiene una increíble importancia histórica, ya que fue aquí donde se firmó el Tratado de Versalles al finalizar la primera guerra mundial.
(¿Ya viste el detalle de los candelabros, tel techo, de los ventanales, de los espejos, del piso y de... todo? Creo que fue mi sala favorita de todo el recinto, sin lugar a dudas. )
Usualmente aquí será donde más pelees por tener una buena foto, ya que es obligatorio como turista tener una foto en este maravilloso salón, incluso vi gente saltándose la línea de “no cruzar”. Y otra cosa, en este tipo de salones donde te distraes a cada rato por el piso, por los candelabros, por el oro y por todo, es cuando más se aprovecha para robar. Hay ladrones en el palacio que se visten de turistas y si llevas la bolsa abierta o estás muy distraído, aprovechan para robarte tu cartera, celular, y demás.
Jardines, fuentes y animales
Aunque no estuvieran llenos de oro o muebles ostentosos y lujosos, sin duda me maravillaron y me sacaron varios suspiros, ya que forman una atracción por si misma que le hace una fuerte competencia al palacio.
Las fuentes tienen muchísimo detalle y algunas también tienen detalles en oro. Su acceso es independiente al del palacio. En algunas épocas del año, éstas fuentes suelen dar una especie de show con aguas saltarinas que están acompañadas de música, usualmente esto se planea en verano y como fui en pleno invierno lamentablemente me encontré muchas apagadas y algunas estatuas que decoran los jardines se encontraban tapadas con bolsas plásticas de basura de color negro. Creo que lo único malo de venir en invierno es que como no hay muchos turistas, no cuidan tener todo funcionando a la perfección.
(Chequen el detalle de la fuente. Esta es una de las principales que hay en el palacio y con la vista del mismo por detrás hace que sea una de mis fotos favoritas de todo ese día. )
Si eres amante de los animales y tienes buen ojo, planea encontrar a muchos de ellos. Hay bastantes gansos, patos y cisnes que nadan en alguna de las fuentes y en el Gran Canal, incluso aunque esté semi congelado. Muchos de ellos están acostumbrados a ver turistas y son amigables, de hecho hasta esperarán que les lleves un poco de comida. Nosotras le dimos de comer pan a un tipo cisne que se acercó a nosotras.
(Nuestro nuevo amigo que aceptó uno de nuestros pedazos de pan. )
(¿Habías visto alguna vez unas raíces de árbol ta grandes? ¡Yo tampoco! Es por eso que no pude evitar pararme y tomarme varias fotos con este enorme tronco. )
¿Te dio hambre?
Dentro de los dominios del Palacio habrá muchos lugares para satisfacer el feroz apetito de cualquier turista que se levanta muy temprano por la mañana y camina por horas por Versalles (y también para el turista que tiene un eurotrip de mochilazo y que no planea gastar tanto). Uno de esos lugares es el Grand Café D’ Orléans, donde podrás comerte algo que distraiga una tripa hambrienta, es una opción rápida y barata.
Encontrarás un par de restaurantes más cerca del Gran Canal, en el área de los jardines del palacio. Estos restaurantes se ven un poco más caros y ostentosos, pero tienen un diseño hermoso y es altamente recomendable comer ahí. Uno de ellos se llama “La Flottille” y es de los que más recomiendan. Más adelante hay otro restaurante pero no recuerdo cuál era su nombre.
(No entiendo por qué estaba tan vacío, todos me lo recomendaron mucho. )
Un Palacio en invierno
Es muy común que muchos turistas visiten Francia en verano, y antes de ir a Versalles estuve buscando por internet fotos, recomendaciones etc. Muchas de las fotos fueron tomadas en verano donde los árboles florecen y todo se ve más bonito, nunca encontré fotos de invierno hasta que yo fui, y considero que es igual de hermoso que el verano a pesar de que los árboles estén pelones y no haya muchas flores que digamos. Me di a la tarea de tomar algunas fotos representativas de cómo es recorrer el Palacio y sus dominios en invierno…. ¡es igual de hermoso!
(De esas veces que hasta el lodo está congelado. )
Recuerdos que valen la pena
Creo que uno como turista debería de guardar dinero para comprarse al menos un recuerdo en las tiendas que se encuentran en el palacio. Hay artículos muy variados en precio, tamaño, uso y forma pero si algo es constante es su calidad. Podrás encontrarte esas tiendas en cuartos del palacio que a fuerza tendrás que atravesar para seguir tu recorrido, así que no te perderás ni una sola.
Mi tienda favorita sin duda alguna fue la que vendía artículos de María Antonieta, porque aunque como el pueblo de Francia yo también guardo un poco de repudio hacia su persona, tengo que admitir que están muy “girly” con colores blanco y rosa pastel claro. Los cuadernos y la bolsa plástica de María Antonieta fue lo que más me gustó, sería el regalo perfecto para tu novia. Yo no me lo pude comprar porque ya no tenía dinero.
(¿Quién podría resistirse a alguno de estos recuerdos? Estoy muy arrepentida de no haberme llevado esa bolsa, o de menos uno de esos dos cuadernos de la derecha. )
De verdad, llévate al menos un lápiz o una goma, no te arrepentirás en gastar en un recuerdo o souvenir de una de las atracciones turísticas más visitadas del mundo entero.
La Aldea de Versalles (Doiminio de María Antonieta)
No muy lejos del Pequeño Trianón (pero sí del Palacio de Versalles) se encuentra uno de los lugares menos visitados de todo el complejo y la verdad no sé por qué. La aldea de Versalles no es el tipo de lugar en el que encontrarás lujos, oro y ostentosidades, sin embargo creo que la disfruté más que el mismísimo palacio y todavía no logro descifrar por qué.
Es un hecho, tendrás que seguir un poco el mapa para poder lograr llegar a este lugar, que se encuentra un poquito (muy) alejado en el mapa, pero una de las muchas cosas buenas es que casi no vas a ver gente aquí. En enero que vinimos nos encontramos el lago de la granja congelado, pensamos que no estaría tan congelado como parecía porque a pesar de ello pudimos ver peces nadando bajo los bloques de hielo, sin embargo nos dimos cuenta que esos bloques tenían un espesor muy grande porque tiramos varias piedras de distintos tamaños y ninguna logró romperlo.
(El lago congelado con nuestros intentos de romper el hielo en la parte de abajo de la foto. Lo intentaos todo: varas de madera, piedras chicas y piedras grandes. )
Este lugar refleja perfectamente la vida rural que se podía vivir en la corte. María Antonieta huyó de la corte en 1783, pero no sin antes encargar su aldea donde podía alejarse aún más del ajetreo diario que se vivía en la corte y disfrutar una relajada vida de campo junto con sus amas de compañía. Se podría decir que en el área de comida, el palacio era “autosuficiente”, ya que la granja que se puede observar aquí, abastecía las cocinas del palacio debido a su explotación agrícola. Una de las cosas que más me gustó ver fue que todavía tuvieran gallinas que eran constantemente cuidadas por el personal y pastoreadas por un perro muy amigable que podías acariciar. Encontrarás todo tipo de animales propios de una granja como conejos, burros, gallinas y uno que otro caballo.
(El perro que mencioné arriba durante sus "horas laborables". Se encontraba poniendo en orden a esas desobedientes gallinas. )
(Como dije antes, el personal del Palacio siempre dispuesto a ayudar con una sonrisa, y no sólo me refería al staff humano sino al de cuatro patas! )
(Una de las casas a las que no se puede entrar pero sí se puede ver muuuuuuy de cerquita)
En la aldea no sólo está la granja sino también prolongaciones del palacio construidas por orden de María Antonieta. Esta aldea se realizó más o menos entre 1783 y 1787 y tiene un estilo muy diferente al que se vería en el palacio, ya que tiene un aspecto de pueblo normando conformado por once casas que rodean el Gran Lago. Lamentablemente no se pueden entrar a estas casas y muchas de ellas se encuentran en constantes obras de mantenimiento y remodelación, pero las fotos que puedes obtener de aquí son preciosas.
De las once casas aquí construidas, aproximadamente cinco eran usadas por la reina para la recepción de sus invitados, mientras que otras cuatro eran para el uso de los campesinos que se encargaban de mantener el lugar. Una de las casas tenía un uso muy particular, uno que en estos tiempos es difícil de imaginar: el Calientaplatos. En esa casa se preparaban los platos para las cenas de la reina, pero claro las cenas que se hacían en su Petit Trianon o en el Molino porque si se llevaran a los cuartos del Palacio de Versalles, probablemente ya habrían llegado pero bien fríos!
En este lugar no sólo encontrarás animales domésticos, sino plantíos de diferentes vegetales o plantas de uso casero como coliflores, alcachofas o repollos.
(Muy feliz saliendo del palacio, práticamente eramos las últimas y ya nos estaban corriendo. Si no se ven las montones de personas es porque era la hora de cierre, creo que es el mejor momento para tomarte esa foto en la que no quieres que salga medio mundo. )
Recomendaciones finales
-Madruguen un día antes para llegar temprano al palacio y evitar largas filas de espera.
-Compren sus boletos por anticipado en internet.
-Tengan sus cosas de valor bien resguardadas y nunca las pierdan de vista, en verdad hay gente que se dedica a comprar su boleto para el palacio todos los días únicamente para aprovecharse de los turistas distraídos. Es algo que inclusive el propio personal te recordará a cada rato.
-Lleva ropa extremadamente cómoda, ya que darás la caminata de tu vida. Yo recomiendo unos tenis especiales para caminar, pero si quieres salir fashion en las fotos de tu viaje a Versalles que te las saquén de la cintura para arriba, ya que de abajo sólo importará tu comodidad.
-Lleva un lunch para comer antes de entrar y después de salir si es que no quieres comprar comida adentro, recuerda que no se permite entrar a los dominios de Versalles con alimento, pero puedes guardarlos en los lockers que cierran media hora antes que el palacio.
-A la salida del tren que llega a la ciudad de Versalles encontrarás muchas personas que querrán venderte boletos, sólo cuida conocer los precios para que sepas que te dan un costo justo y no se aprovechan de ti como turista.
-Dedícale un día completo al Palacio de Versalles.
-Tu día no acabará después de salir del Palacio. La ciudad de Versalles tiene su propio encanto a pesar de ser pequeña. A dos cuadras de la entrada del palacio podrás encontrar una oficina de turismo donde te guiarán sobre los lugares que vale la pena visitar, encontrarás muchas construcciones e iglesias. El lugar es tranquilo y muy pintoresco, si te queda energía y tiempo te recomiendo que le des una vuelta a las calles antes de regresarte a París o a donde sea que te estés quedando durante tu estancia en Francia.
Fotos de la ciudad de Versalles
(Cuando te digo que caminando por la pequeña ciudad de Versalles podrás encontrar tiendas "de curiosidades" no lo digo de broma Esta tienda tenía varias joyas de buena calidad, pero su diseño era único)
(La Catedral San Luis de Versalles que decidimos visitar porque estaba altamente recomendable en la guía que nos dieron en la oficina de atención al turista. La ciudad no tenía casi nada de gente y menos las iglesias, daba un poquito de miedo visitarla en la noche y verla tan vacía)
(Este era un hotel, pero antiguamente era un lugar histórico importante pero no recuerdo exactamente qué era. Su diseño es único y va un poco ad hoc con el estilo del Palacio de Versalles, y lo mejor de todo es que se encuentra a tan sólo una calle. Si tienes dinero, no dudes ni poquito el hospedarte en este lugar.)