Visita a Verona con mi mejor amiga

Mientras estoy estudiando mi tercer año en el extranjero, la mayoría de mis mejores amigos en casa están terminando sus tesis o están agotados sufriendo con los exámenes y trabajos finales. Por suerte, una de mis amigas más queridas y cercanas, Bee, ya ha terminado su último año y decidió por capricho (¡nada menos que durante una de sus últimas clases!) comprar un billete para hacer un viaje de tres días para verme en Padua. Ahora estamos de camino a Venecia, ya la he visitado suficientes veces como para conocérmela como la palma de mi mano, por lo que sugerí a Bee que nos acercásemos a la ciudad de Verona, mucho menos estresante. Dimos por inaugurada su llegada esa tarde, nos pusimos al día con cafés, después con pizza y calamares, ¡así es la vida!, hasta que nos quedamos dormidas emocionadas por el día que nos esperaba.

Igual que Venecia, Verona no está muy lejos de la ciudad de mi universidad, Padua. Nos despertamos temprano, reservamos un taxi y estábamos en la estación antes de las 8.45. Tras vivir una dramática experiencia pidiendo cafés (ni se te ocurra pedir un americano con leche desnatada o de soja) que nos aliviaran nuestro madrugón a las 7 a. m., validamos nuestros billetes y nos acomodamos en unos asientos de cuatro plazas durante el trayecto de 1 hora, entusiasmadas por lo que nos esperaba.

Al final llegamos un poco más tarde de las 10, el sol ya estaba pegando fuerte y el aire fresco de Italia nos refrescaba, mientras nos dirigíamos hacia el centro. A pesar de llevar la aplicación Maps y haber estado antes en Verona, no pudimos evitar perdernos en algún punto y tomar el camino más largo hacia el centro (quemando calorías). Aunque una vez allí, mereció la pena. El grandioso Arena di Verona crea un sentimiento de asombro la primera vez que lo ves y define el escenario de Verona como un sitio de belleza arquitectónica y esplendor cultural.

Estábamos sedientas debido a nuestra imprevista excursión, por lo que fuimos a una de las cafeterías principales justo en frente del Arena, para tener buenas vistas mientras nos reponíamos. Compartimos un delicioso Formaggio y Pomodoro Panino y nos hidratamos con Succhi di Frutta y Limonata.

Pusimos rumbo a nuestras visitas del día por la Piazza Erbe y giramos hacia la Casa di Giulietta: la prioridad número uno de Bee (al ser estudiante de lengua inglesa). Ir hasta allí en primer lugar fue la mejor decisión, ya que después del mediodía está lleno. Nos divertimos viendo a los turistas riéndose frotando la estatua de Julieta para tener buena suerte, leímos numerosos mensajes de amor que había tanto escritos, como pintados e incluso, pagamos la entrada al museo que presumía de habitaciones con cielos estrellados, cerámica de la época y ejemplos de modelos que Julieta y Romeo llevaban, además de acceso al balcón.

Después volvimos hacia la Piazza Erbe, dimos una vuelta por el mercado, compramos algo de fruta e hicimos fotos (típico de los turistas), desde allí fuimos caminando hasta Castelvecchio. Tras visitar Castelvecchio, hicimos un descanso en el Ponte Pietra y observamos las vistas del río Adigio y del paisaje de Verona, mientras reflexionábamos sobre nuestro futuro.

Propuse que fuésemos a hacer una visita a varias iglesias, yo ya había ido a la Basilica di San Zeno (una de las iglesias más impresionantes que había visto), así que comenzamos nuestra ruta de iglesias en la Chiesa di Sant'Anastasia, que fue construida originalmente en el siglo XIII. La iglesia era bonita, gótica con un interior impresionante, estuvimos un rato contemplando los frescos, antes de salir, encendimos una vela y rezamos una oración.

El Duomo no estaba muy lejos de la Chiesa di Sant'Anastasia, así que fuimos hasta allí, antes habíamos pagado una entrada de estudiante por 5 euros para ver todas las iglesias (San Fermo, San Zeno, Sant'Anastasia y el Duomo). El exterior del Duomo es tanto imponente, como impresionante y con el interior sucede lo mismo. Tiene un estilo gótico y puede presumir de tener muchísimas obras de arte de artistas de Verona principalmente. Por allí, inesperadamente nos encontramos con unos amigos de Bee de la universidad, por lo que decidimos posponer nuestro viaje al lago de Garda y quedar con ellos más tarde para cenar.

Teníamos hambre de algo dulce, tomamos unos helados en Il Pompiere, una pequeña heladería donde Bee se pidió un helado de cioccolato fondente y yo me atiborré a un helado de fior di latte y mandorla di Avola, pensé que "mandorla diavola" sería un juego de palabras italiano. Antes ya habíamos comenzado a subir unos peldaños traicioneros que nos llevarían hacia la Piazzale Castel San Pietro, desde donde puedes disfrutar de unas magníficas vistas panorámicas de Verona. Estuvimos un rato relajándonos y tomando el sol antes de despedirnos de esta hermosa vista y volver de nuevo abajo.

Hicimos algunas fotos junto al Ponte Scagliero. Verona está lleno de puentes, de forma que puedes estar viendo el río todo el día, cada día. Después, decidimos que necesitábamos tomar algo otra vez e hicimos una parada en Ebrius Cafè, una cafetería escondida y agradable donde me pedí un cioccolato caldo (sí, soy una adicta al chocolate) y Bee tomó un americano. A continuación, dimos un paseo por las calles, hicimos fotos de las pequeñas callejuelas adoquinadas y los barrios tranquilos, antes de dirigirnos a la Piazza Bra, toda una gran fila de tiendas. Estuvimos deambulando por Mac, Sephora y después acabamos encontrando KIKO y Bershka, volvimos hacia la Tomba di Giulietta, que está junto a la Via William Shakespeare, por supuesto.

Una vez allí, descansamos por la zona y jardines, entramos a la tumba (que nos pareció un poco mórbida) y después, entramos en el museo para echar un vistazo a las obras de arte veronesas y también sentarnos para poder recuperar el aliento. Mientras que la Casa di Giulietta es uno de los lugares más visitados (piensa en la torre Eiffel), la Tomba tristemente se ignora en cierto modo, puede deberse a la ubicación alejada, pero es increíblemente bonita con esculturas y estatuas dedicadas a los amantes desafortunados y a la historia detrás de la trama de Romeo y Julieta (en realidad, Shakespeare solo la adaptó). Hay un museo totalmente dedicado a obras de arte que podrían ignorarse más o menos por el bullicio de los turistas apasionados de Shakespeare que vienen constantemente a Verona.

Después, exploramos la tienda de libros y las tiendas de dulces de la Via Roma y fuimos al Caffè al Teatro para cenar con unos amigos de la universidad de Bee, disfrutamos de aperitivi, pizzas y cócteles en abundancia. Nos sobraron unos minutos antes de regresar a la estación para ir a Padua.

Si quieres visitar Verona, intenta ir a Garda si puedes, está a unos 45 minutos en autobús y no te dejes por ver el Giardino Giusti. Verona es uno de los lugares más bonitos de Italia y siempre ocupará un lugar en tu corazón.