Explorando Verona en un día

Una de las ciudades más románticas de Italia que he visitado es Verona. Parece que se ha congelado en el tiempo, que se ha quedado en la Edad Media y que no ha cambiado desde entonces. Está muy bien conservada, lo que hace que te enamores irremediablemente de ella. No es de extrañar que William Shakespeare escribiera dos de sus obras sobre habitantes de esta ciudad. Las más famosas son Romeo y Julieta y Los dos hidalgos de Verona, lo que atrae a la ciudad a muchos turistas, ya que muchas localizaciones y edificios relacionados con los personajes se conservan muy bien.

La ciudad estuvo habitada desde el s. V por varias tribus hasta que se anexionó al Imperio Romano entorno al s. I. Después fue invadida por los visigodos y más tarde por las tribus del norte. Finalmente, empezó a formar parte del Reino de Italia en la Edad Media y se ha mantenido así hasta nuestros días.

Verona es una ciudad muy colorida con muchas zonas verdes, muchas playas fluviales y varios puentes distribuidos por la ciudad para que la gente pueda pasar fácilmente de un lado a otro. Además, los monumentos están increíblemente bien conservados y parece que el tiempo no ha pasado por ellos. Por este motivo, Verona fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Fui a visitar esta ciudad con una amiga como parte de nuestro viaje a la zona norte de Italia. Cogimos un avión hasta el aeropuerto de Bérgamo, en Milán, y desde allí nos dirigimos a la estación de tren, donde compramos los billetes para ir a Verona, que nos costaron 3 € por persona. El viaje duró una hora y media y, según nuestros planes, queríamos ir directas a la casa de Julieta. Sin embargo, nos bajamos del tren y nos quedamos muy sorprendidas por la increíble belleza de esta ciudad del amor. Todos los edificios estaban pintados con colores cálidos y había flores preciosas en los balcones. Los pájaros piaban y podíamos oír el leve susurro de las olas del río chocando contra las rocas de los puentes.

Verona me pareció un milagro. La gente iba en bici en vez de en coche, todos sonreían, algunos cantaban y bailaban en la calle. Fue una experiencia absolutamente increíble.

Qué ver en Verona

Por todo lo que os he contado, nuestro viaje a Verona comenzó en cuanto llegamos. Habíamos planeado visitar los monumentos más famosos de la ciudad ese día y casi lo conseguimos. Más abajo os contaré los sitios que vimos y algunos consejos útiles sobre cómo y cuándo visitar cada uno de ellos.

La casa de Julieta en Verona

Empezamos nuestro viaje visitando la casa más famosa de Julieta, que está en el centro de Verona. Por suerte era pronto, así que no había mucha gente y pudimos colarnos al patio interior y ver desde allí el famoso balcón. Según la historia, Romeo venía a este lugar y gritaba el nombre de su amada Julieta hasta que ella se asomaba.

Mi amiga y yo decidimos entrar al museo de la casa de Julieta y pagamos los 4,50 € que cuesta la entrada de estudiantes. Tenía un par de plantas llenas de salas con trajes del Renacimiento. También había una habitación, un comedor y, en el último piso, estaba el famoso balcón. Si os asomáis por él, podréis sentir que el amor está en el aire. Desde allí se pueden ver casi todos los rincones de patio interior junto a la tienda, la estatua de Julieta y el muro, donde están escritos millones de nombres de parejas.

Explorando Verona en un día

Una vez hubimos explorado la casa, salimos y fuimos a la entrada del museo, donde estaba la estatua de Julieta. Según cuenta la leyenda, si quieres ser afortunado en el amor, debes tocarle el pecho derecho y desearlo con todas tus fuerzas.

Por último, fuimos a la tienda, donde compramos algunos souvenirs que parecían la estatua que acabábamos de ver y después fuimos al muro del amor, donde escribimos nuestros nombres para inmortalizar este día.

La casa de Romeo en Verona

Seguimos caminando y encontramos la casa de Romeo, situada en via Arche Scaligere. Era una casa bastante grande construida en el típico estilo arquitectónico medieval. Sin embargo, no estaba tan bien conservada y parecía un poco deteriorada. Según la historia, Romeo vivía aquí con su familia, los Montecchi, que antiguamente eran muy ricos. Sin embargo, eran rivales de los Capuletti, familia a la que Julieta pertenecía. Por este motivo, el amor entre ellos fue tan trágico.

La torre de Lamberti y la piazza delle Erbe

Después fuimos a la torre de Lamberti, que fue el edificio más alto de Verona. Según los cálculos, llegó a medir más de ochenta metros. Se construyó entorno al s. XI en un estilo romanesco. Para entrar a la torre, hay que pagar 5 € si sois estudiantes y, tras sudar mucho subiendo por la escalera de caracol, llegamos a lo más alto, desde donde pudimos ver toda la ciudad. Las vistas desde allí os dejarán sin aliento. Todos los tejados de las casas eran rojos y los edificios de color amarillento, lo que creaba un ambiente bastante veraniego.

Explorando Verona en un día

Después fuimos a la piazza delle Erbe, que es la plaza principal de Verona. Al principio fue el edificio del ayuntamiento de Verona junto a la torre dei Lamberti. Cuando la visitamos, estaba llena de puestos donde se vendían frutas y verduras. Seguimos andando hasta llegar hasta la famosa fuente que hay en ella, la fontana de Madonna Verona. Es pequeña y tiene una escultura romana que data del s. IV. Al final de la plaza hay dos columnas enormes hechas con mármol blanco que tiene estatuas en la parte alta.

Castel San Pietro Terme

Más tarde, llegamos a la ribera del río Adigio y cruzamos el puente de Piedra, un puente muy antiguo que se construyó en el s. I. Sin embargo, se destruyó durante la Segunda Guerra Mundial y más tarde lo restauraron. Tras cruzar el puente, giramos a la derecha y cruzamos la calle para caminar en la misma acera en la que está el castillo.

Tuvimos que subir unas escaleras que llevaban hasta el antiguo teatro romano, que se construyó entorno al s. I a. C. Es realmente increíble verlo desde arriba. Está bastante bien conservado y la mayoría de sus columnas han sobrevivido. Además, están como pegadas al nuevo edificio que hay en la colina.

Explorando Verona en un día

Empezamos a subir las escaleras y, en algún momento, empezamos a sufrir más de la cuenta. Sin embargo, seguimos adelante porque cuanto más avanzábamos, más zonas de la ciudad veíamos y más nos gustaba. Finalmente, llegamos a la parte alta, donde vimos los acuartelamientos construidos por los Austrias a finales del s. XIX. Allí pudimos sentarnos en el muro de piedra y contemplar la ciudad. Nos quedamos allí un rato y más tarde decidimos ir a comer algo, así que nos dirigimos al restaurante más cercano. Fuimos al Re Teodorico, pedimos una focaccia de prosciutto y pesto que esta deliciosa. Desde el restaurante teníamos unas vistas preciosas de la ciudad, de la torre dei Lamerti y del santuario della Nostra Signora di Lourdes, que estaba más a lo lejos y que es una de las iglesias más famosas de Verona.

Arena de Verona

Después visitamos el Castel San Pietro y regresamos al centro de Verona para ir directas a la arena de la ciudad. El anfiteatro de Verona está exactamente en el caso antiguo y es enorme, así que es difícil que los visitantes lo pasen por alto. Para entrar, tuvimos que pagar 7,50 €, que es el precio reducido para estudiantes. Tras abonar el precio de las entradas, el señor de la taquilla nos dio muchos folletos llenos de información sobre el anfiteatro y entramos.

Explorando Verona en un día

Como la mayoría de anfiteatros, la arena de verona estaba llena de túneles y escaleras que llevaban a los asistentes a sus asientos. Un dato curioso es que este edificio se construyó entorno al s. I y que podía acoger hasta a treinta mil personas. Se utilizaba principalmente para batallas de gladiadores con animales o para carreras de carros. Según cuenta la historia, muchos emperadores romanos visitaron este anfiteatro porque era famoso por sus espectáculos, que eran increíblemente intensos.

Finalmente, nos sentamos en la parte alta del mismo y no pudimos ver el suelo, ya que habían construido un escenario encima para un evento que tendría lugar esos días. Sin embargo, la sensación de sentarse en lo más alto de un anfiteatro romano es simplemente increíble.

Más tarde fuimos a uno de los restaurantes que había cerca de este edificio y tomamos limoncello, una bebida alcohólica muy rica hecha con limones. Sin embargo, debéis tener cuidado, es bastante fuerte, así que bebed con precaución. Mientras estábamos allí, vimos el famoso Portoni della Bra, que antiguamente era la puerta de acceso principal al casco antiguo de la ciudad. En el medio de esta puerta hay un reloj entre los dos arcos.

La tumba de Julieta

Finalmente llegamos al último lugar que queríamos visitar, que estaba un poco más lejos del centro. Según cuenta la historia, se cree que es el lugar en el que la hermosa Julieta fue enterrada. Como ya habíamos comprado las entrada para visitar su casa, también podíamos acceder a la tumba, estaba incluido en el precio.

Dentro de este monumento hay un largo camino recubierto con muchas flores, creando algo así como una valla. Lleva hasta un patio y la tumba de Julieta, que está situada en una especie de cueva. Bajamos las escaleras y no esperábamos encontrarnos con que la tumba de Julieta fuera tan sencilla y que estuviera hecha de piedra.

A pesar de ello, la historia de su amor con Romeo fue increíble. Ella le quería tanto que cuando su familia la obligó a casarse con otro hombre, ella prefirió beber una poción que la hizo dormir durante un largo tiempo. Sin embargo, su familia pensó que había muerto y cuando Romeo se enteró, le compró una poción hecha con veneno a un mercante y planeó tomársela. Entonces fue a su cama para verla por última vez, el futuro marido de Julieta apareció, Romeo le mató y después se bebió el veneno. Poco después Julieta se despertó y vio a su amado muriendo por culpa del veneno y se apuñaló porque no quería vivir sin el amor de su vida.

La historia de este amor eterno es conocida por casi todo el mundo y por este motivo mucha gente viene a visitar Verona. Sinceramente, antes de visitar esta ciudad no conocía muchas de las historias relacionadas con ella, pero preferí aprenderlas mientras paseaba por sus calles. Fue increíble aprender cosas nuevas y ver edificios tan increíbles.


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