Visitando Venecia por primera vez

Se dice que Venecia es una de las ciudades más bonitas y visitadas del norte de Italia. No es de extrañar que la gente quiera venir a Venecia porque está llena de paisajes y monumentos increíbles. Esta ciudad está formada por más de cien islas que están conectadas por más de cuatrocientos puentes. Esta zona es conocida como la laguna azul de Venecia por el color turquesa de sus aguas.

Además, esta ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por tener unas de las mejores obras arquitectónicas y de arte, además del vidrio soplado de Burano. Este lugar también es famoso porque Antonio Vivaldi, uno de los mejores músicos del Renacimiento, nació aquí.

La ciudad de Venecia ha estado habitada desde la época de los romanos y su nombre significa "bonita" en una de las lenguas europeas más antiguas. Sin embargo, con el tiempo Venecia se convirtió en una ciudad más poderosa y desarrollada allá por el s. X. La Edad Media fue muy importante porque se convirtió en una república independiente. Tenía su propio gobierno y sus propias leyes. La República de Venecia duró varios siglos, hasta que en el XVIII se anexionó al Imperio Austríaco.

En esta época la República de Venecia se convirtió en una de las ciudades más poderosas del Mediterráneo. Era famosa por su comercio marítimo y algunos historiadores dicen que los navegantes de Venecia incluso llegaron a India en busca de tesoros. Esta república tenía un sistema financiero muy potente y producía barcos masivamente que, en aquella época, eran unos de los mejores. Esto hizo que conquistaran y controlaran muchas ciudades amuralladas del Mediterráneo, como Dubrovnik y Kotor. Esto hizo que la república fuera aún más poderosa y rica porque estas ciudades amuralladas eran famosas también por ser origen de los marineros más hábiles y de los mejores mercaderes marítimos.

Cuando estaba explorando el norte de Italia con mi amiga, decidimos ir desde Verona hasta Venecia porque están bastante cerca. Fuimos a la estación de tren de Verona y compramos los billetes, que nos costaron unos 13 € por persona. Sin embargo, antes de coger el tren tuvimos que validar los billetes utilizando las máquinas que hay por la estación.

El viaje duró unas dos horas, así que fue bastante rápido. La verdad es que fue bastante agradable porque tuvimos la suerte de poder sentarnos en el segundo piso del tren y disfrutar de los verdes campos del norte del país.

Finalmente, llegamos a la estación de Venecia, a Santa Lucía, que está justo en el Gran Canal. Desde ahí empezó nuestro viaje por esta ciudad llena de canales y coloridas calles que más bien parecen laberintos.

Qué hacer y qué ver en Venecia

Venecia no es muy grande, pero sus canales y estrechas calles hacen que sea un lugar difícil de explorar. Por este motivo, lo mejor es preparar la ruta antes de llegar porque es muy fácil perderse y el navegador aquí es inútil.

A pesar de ello, hay muchos monumentos que ver en Venecia, aunque todo depende del tiempo que tengáis para disfrutar de esta increíble ciudad. Como mi amiga y yo nos quedábamos allí solo un día, visitamos los monumentos más famosos. Os compartiré información y algunos consejos útiles sobre ellos a continuación.

La iglesia de San Simeon Piccolo

Nuestra primera parada fue el Gran Canal, que estaba lleno de barcos y de italianos ofreciendo paseos bastante caros en góndola. Cruzamos al otro lado del canal por el puente de los Descalzos y fuimos hasta la iglesia de San Simeon Piccolo. Esta iglesia es fácilmente distinguible del resto porque tiene una cúpula verde que puede verse desde lejos. Enfrente de la entrada hay un par de columnas que se parecen a las de un templo romano.

Visitando Venecia por primera vez

La iglesia está construida en un estilo neoclásico del s. XVIII, es una de las últimas que se construyó en la ciudad. Dentro está llena de iconostasios y cruces, y hay un altar en el medio. Los muros son de color blanco y no se parece a las iglesias más antiguas que tienen frescos por todas partes. Es bastante nueva y moderna en comparación con el resto.

Después vimos un par de puentes más, como el puente de la Constitución que fue el cuarto que se construyó sobre el Gran Canal en 2007. Es bastante moderno en comparación con el resto de puentes de Venecia. Está hecho de acero, tiene unas escaleras de mármol blanco y la barandilla es de cristal. Está muy cerca de la estación de tren, así que cruzarlo es una forma rápida de llegar a la ciudad del agua.

Nuestro primer paseo en góndola por Venecia

Finalmente empezamos a caminar por la ciudad, que era bastante diferente a todo lo que había visto antes. Mientras paseábamos, muchos gondoleros nos gritaban para ofrecernos paseos en góndola, así que decidimos preguntar cuánto costaban. La primera vez quisieron cobrarnos 8 € de más, así que lo rechazamos. Seguimos caminando y le preguntamos a otro gondolero y tras negociar un poco el precio con él, aceptó llevarnos por 60 €, así que hicimos muy buen trato.

Nos subimos a la góndola con mucho cuidado porque corríamos peligro de caer al agua. Sin embargo, nuestro gondolero fue muy amable y nos ayudó. Nuestro viaje empezó en rio Novo, un canal más pequeño de la ciudad. Tan pronto como la góndola empezó a moverse, el señor empezó a cantar canciones italianas. Fue una experiencia increíble.

Visitando Venecia por primera vez

Durante el trayecto, el gondolero nos enseñó algunos edificios antiguos como el hospital y la prisión de Venecia, que ya no se utiliza. También nos explicó que Venecia está inundada casi todo el año porque el nivel del mar está subiendo y eso daña los cimientos de los edificios.

El paseo en góndola fue muy agradable y tranquilo. Tuvimos suerte de que nuestro gondolero fuera tan hábil, puesto que consiguió evitar un par de choques con otros barcos. Me di cuenta de que Venecia es una de las ciudades más coloridas que he visitado. Sus edificios y calles están repletos de color y hay construcciones muy variadas, lo que solo hacen que añadir belleza a la ciudad.

Finalmente, llegamos de nuevo al Gran Canal y nos enseñó el Palazzo Balbi, la sede del presidente de la región del Véneto. Sinceramente, no pude prestarle mucha atención porque el resto de góndolas y barcos que pasaban cerca de nosotros por el Gran Canal me daban mucho miedo. Creedme, está lleno de barcos que navegan a gran velocidad. Después nos enseñó el Palazzo Pisani Moretta, que perteneció a una familia rica en la Edad Media. Es un palacio gótico muy bonito pintado con un color naranja claro. Es increíble porque parece que ha emergido del agua.

También nos enseñó otros dos palacios: el Palazzo Grassi, uno muy moderno, y el Palazzo Malipiero, uno más antiguo que fue construido en el s. X. Tras un largo viaje por los canales de Venecia, nuestro gondolero nos dejó en la basílica de Santa Maria della Salute.

Este edificio es una iglesia enorme situada casi al final de la ciudad. Se construyó entorno al s. XVII en un estilo barroco. Sin embargo, no pudimos entrar porque estaba cerrada, así que nos quedamos fuera mirando el mar y las otras islas de la ciudad que se veían a lo lejos.

Visitando Venecia por primera vez

Poco después cruzamos otro puente interesante: el puente de la Academia. A diferencia del puente de la Constitución, el de la Academia está hecho de madera y se construyó en el s. XIX. Este puente nos llevó directamente a la isla principal, donde visitamos la plaza de San Marcos.

La plaza de San Marcos

Tras caminar durante una media hora y haber parado en las tiendas para comprar algunos regalos hechos con vidrio soplado de Burano, llegamos a la plaza de San Marcos. Esta plaza es la más famosa porque aquí se celebran los festivales de máscaras venecianos cada año en febrero. Es la plaza principal de la ciudad y uno de los lugares turísticos más visitados. A pesar de que ya era tarde, había mucha gente explorándola. En ella hay varios museos.

Visitando Venecia por primera vez

En este lugar también está la basílica de San Marcos, que se construyó entorno al s. XI en un estilo bizantino. Al lado está la torre de la campana, que mide casi cien metros y es uno de los monumentos más famosos de la ciudad.

Nos quedamos en la plaza un rato disfrutando del sol y después volvimos a la estación de tren de Santa Lucía. Como teníamos tiempo hasta que llegara el último tren, decidimos ir a un restaurante cerca del canal para cenar. Elegimos el restaurante Al Bacco Felice. ¡Comí la lasaña más rica de mi vida!

El tiempo pasó y mientras disfrutábamos de nuestra cena, vimos el reloj y nos dimos cuenta de que eran casi las diez. Pagamos la cuenta rápidamente y fuimos a la estación, donde nos enteramos de que habíamos perdido el último tren a Verona. No podíamos creérnoslo. Cuando consultamos los horarios, nos dimos cuenta de que el próximo tren era a las seis de la mañana.

Tuvimos que decidir qué hacer en las ocho horas que quedaban hasta entonces. Estábamos muy cansadas y queríamos descansar en nuestra cama de Verona. Volvimos al Gran Canal, nos sentamos allí y nos sentamos a hablar sobre la vida en general. En algún momento de la conversación decidimos ir a un bar y encontramos uno que estaba abierto hasta las dos de la madrugada. Nos quedamos allí un par de horas y después dimos un paseo nocturno por Venecia. He de decir que da un poco de miedo. Finalmente, volvimos al Gran Canal y conocimos a unas chicas que eran estudiantes y que estaban celebrando la graduación de una de ellas. Nos invitaron a ir de fiesta con ellas y eso hicimos porque no teníamos un plan mejor. El resto es historia.

Milagrosamente conseguimos coger el tren de las siete de la mañana después de haber estado toda la noche de fiesta. Fuimos directas a nuestra casa en Verona a dormir. Sinceramente, es un día que siempre recordaré y que celebraré haber vivido.


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