Una excursión a Venecia
El semestre pasado, en octubre, fui un día a Venecia (en italiano, Venezia). Venecia es famosa en el mundo entero por ser una de las ciudades más bonitas y más románticas y tenía muchas ganas de ir durante mi Erasmus. Tan pronto como pudimos, ¡reservamos el viaje! Decidimos ir un miércoles que no teníamos clase para crearnos una opinión propia de esta ciudad tan preciosa que todo el mundo conoce y de la que todo el mundo habla.
Yo tenía unas expectativas muy altas. Venecia es conocida por su belleza, así que esperaba ver edificios preciosos y calles encantadoras. También creía que iba a haber un «ambiente especial», como un algo que hace que todo el mundo adore este lugar. Para ser claros, quería que estuviese a la altura de su reputación y que tuviera algún tipo de «magia».
Fuimos hasta allí en bus (sí, de nuevo, el bus suele ser la forma más fácil y barata para nosotros de viajar a las diferentes ciudades del norte de Italia). Fue un viaje de tres horas, así que salimos de Milán sobre las 6:00 y llegamos allí hacia las 9:00. El viaje de ida y vuelta nos costó 25 €. Una vez más, el bus volvió a dejarnos un poco lejos del centro de la ciudad (al igual que cuando fuimos a Génova, puedes leer acerca de este viaje aquí). Llegamos a una especie de puerto y allí había la posibilidad de coger un bote hasta el centro de la ciudad. De todas formas, para no gastar demasiado y ya que era pronto y teníamos tiempo, decidimos ir caminando. Nos llevó 30 minutos ir hasta el sitio principal al que llegan la mayoría de los turistas.
Al cruzar el primer puente y acercarnos al centro, mi primera impresión fue: «¡Guau! ». Había visto muchas fotos de este lugar y no podía aguantarme las ganas de ir, así que estar allí era increíble. Los edificios que teníamos alrededor eran maravillosos y ya había algunas barcas en el canal que parecían enormes.
Continuamos caminando y comenzamos a buscar el lugar principal de Venecia, la Piazza San Marco. Al caminar por las calles nos dimos cuenta de que había señales que nos indicaban por dónde ir. No son muy grandes, así que tienes que estar bien atento para encontrarlos.
Después de caminar algo más, cruzar el Ponte Rialto (que es uno de los puentes más grandes, más bonitos y más impresionantes de Venecia) y parar a desayunar por el camino, conseguimos llegar a la plaza. De nuevo, la arquitectura era impresionante y pensé: «Guau, de verdad estoy aquí».
Estuvimos aquí un rato y luego comenzamos a caminar por las calles simplemente disfrutando de ellas. Las calles son pequeñas y no hay tráfico, ¡es muy fácil caminar por ellas! ¡Vimos cosas muy bonitas este día!
Hay muchas calles pequeñas y es bastante fácil perderse por aquí, así que sugeriría llevar tu móvil o al menos un mapa a mano para saber a dónde estás yendo.
Acabamos en esta plaza que habíamos visto desde la Piazza San Marco y a la que habíamos decidido ir. Hay una gran catedral, la Basilica di Santa Maria della Salute, muy reconocible. Para llegar allí simplemente utilizamos unos mapas para ver dónde había un puente para cruzar el canal y en qué dirección ir después. Allí, el ambiente era muy tranquilo, había menos gente y edificios hermosos.
Por la tarde, fuimos al Fondazione dei Tedeschi. Es una especie de centro comercial que se encuentra en el centro de la ciudad. ¡Puedes subir a la azotea y desde allí hay una vista preciosa de toda la ciudad! La mejor parte es que es gratuito, ¡así que tienes que ir sí o sí! Una vez llegas a la azotea, hay un tiempo limitado de 15 minutos para estar allí. Pasa muy rápido, ¡aprovéchalo!
Después, intentamos encontrar la escultura «Support». Esta escultura se construyó contra uno de los muros que bordean los canales en 2017 y tenía muchas ganas de verla antes de que ya no estuviera (aunque no sé cuándo o si la van a quitar). El artista, Lorenzo Quinn, hizo esta escultura para hacer que la gente actuara contra el cambio climático y para informarnos de que si no hacemos nada, en unas décadas Venecia estará totalmente sumergida a causa del aumento del nivel del agua.
Nuestro día estaba acabando, por lo que nos dirigimos de nuevo a la estación de autobuses. No hicimos un viaje en góndola porque solo éramos dos y sería bastante caro. El precio de un paseo en góndola suele ser fijo y luego se divide entre la gente que se ha subido. Así que por ejemplo, si el precio es 60 € por un viaje, pagaréis 30 € cada uno si sois dos o 10 € cada uno si sois seis. Por eso a nosotros no nos merecía la pena, aunque es algo típico en Venecia y debe ser muy bonito.
Aunque estaba algo nublado cuando fuimos (lo que suele ocurrir en Venecia), la ciudad me gustó mucho y me pareció muy bonita. Pretendo volver al Carnaval de Venecia, que tiene lugar entre el 3 de febrero y el 15 de febrero, ¡así que haré más publicaciones acerca de esta ciudad!
Incluso aunque tenía las expectativas muy altas, Venecia no me decepcionó. No descubrí ese algo especial en el ambiente pero las calles, los edificios, los canales y las góndolas hacen que la ciudad sea encantadora También me encantó la arquitectura, en especial esas ventanas típicas que me parecen preciosas. ¡Venecia es una ciudad que hay que visitar sí o sí!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Day trip to Venice
- Italiano: Un giorno a Venezia
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)