Un fin de semana en Venecia
¡Muy buenas a todos! Antes que nada, me gustaría explicaros en qué va a consistir este blog, puesto que mi intención es contaros en cada post todos las ciudades y sitios que visitamos durante nuestro viaje en crucero por las Islas Griegas mi familia y yo hace dos veranos, sin duda una experiencia que no olvidaremos jamás.
Nuestro barco, que pertenecía a la compañía de cruceros Celebrity Cruises, comenzaba su ruta en Venecia un domingo, por lo que decidimos coger el vuelo desde Málaga para Venecia el viernes, y así de paso poder descubrir la ciudad de los canales.
Por lo tanto, en este post os contaré el itinerario que seguimos para visitar Venecia, y todos los monumentos o lugares de interés que vimos durante nuestra breve estancia en esta ciudad tan romántica del norte de Italia.
Itinerario
Primer día
Salimos desde Málaga un viernes y llegamos al aeropuerto de Venecia Marco Polo por la tarde ese mismo día. Cogimos un autobús para dirigirnos al centro de la ciudad, ya que según nos dijeron era el medio de transporte más económico y cómodo. Este autobús nos dejó en la Piazzale Roma, y desde ahí fuimos andando hacia nuestro hotel, ubicado en una de las bocacalles que dan a la estación de tren Venecia Santa Lucía, justo en el centro de la ciudad.
Tras hacer el check-in y dejar todas nuestras pertenencias en la habitación, nos dispusimos a visitar la ciudad desde una vista panorámica por el Gran Canal en vaporetto, el medio de transporte más común de Venecia. Aunque el billete por persona para utilizar un vaporetto es bastante caro, decidimos plantear nuestro viernes así puesto que, a pesar de ser agosto, estaba lloviendo a mares y era una buena forma de refugiarnos mientras paseábamos en barco viendo Venecia de noche.
Nos bajamos del vaporetto en la Plaza San Marcos, la más importante y famosa de Venecia, donde se encuentran monumentos tan turísticos como el Campanario de San Marcos, o la Basílica de San Marcos, una auténtica obra de arte en todos los sentidos. Esta plaza, rodeada de tiendas, restaurantes o cafés, está siempre llena de vida y animación, por lo que a mí ya nuestra primera parada en Venecia hizo enamorarme de esta ciudad, y eso que aún no habíamos visto casi nada.
Cenamos pizza al corte, un clásico italiano, y volvimos en vaporetto hasta el hotel, para descansar y reponer fuerzas para nuestro sábado por Venecia.
Segundo día
Empezamos nuestra segunda jornada por la ciudad de los canales madrugando, ya que teníamos que recorrernos Venecia en este día puesto que el domingo debíamos subir al barco y empezar nuestro crucero. Nos montamos en un vaporetto, y comenzamos nuestra ruta viendo desde este barco las maravillosas vistas al Gran Canal, a las elegantes fachadas de los edificios o museos, o los lujosos museos y hoteles que se encuentran también por el mayor canal de Venecia.
Nos bajamos en la parada Salute para visitar la Basílica de Santa María della Salute, uno de los monumentos que más me gustó de Venecia, debido a sus gigantescas dimensiones y al encanto de su interior, sobre todo por su disposición circular o el suelo, de mármol con formas geométricas. La entrada es gratuita, (al menos cuando yo fui), así que no dudéis en visitar esta basílica si tenéis tiempo porque os sorprenderá su belleza.
Cruzamos en vaporetto al otro lado del canal donde se encuentra el Palacio Ducal de Venecia, que me dejó con la boca abierta puesto que no podía dejar de admirar el detalle y la decoración de todas sus fachadas. Justo en un extremo de este palacio, se encuentra el Puente de los Suspiros, el más famoso de toda Venecia, que comunica el Palacio Ducal con una antigua prisión de la ciudad.
Luego, volvimos al punto turístico más importante de toda Venecia, la Plaza de San Marcos, que con la luz del día me pareció bastante más bonita que por la noche. Dos de las visitas más recomendadas que hacer en Venecia es subir al campanile de San Marcos, o entrar a la Basílica de San Marcos, que debe ser una obra de arte en toda regla.
Sin embargo, la subida al campanario no nos llamó la atención, y por otro lado, la cola para entrar a la basílica era gigantesca y habríamos perdido mucho tiempo, por lo que decidimos seguir viendo la ciudad. Si queréis entrar a la basílica, os recomiendo que madruguéis y os dirijáis directamente hacia la Plaza de San Marcos para no tener que hacer cola y así no perder tiempo.
En esta plaza hay dos cafés muy famosos en la ciudad, llamados Café Florian y Café Quadri. Estos dos lugares son perfectos para desayunar o tomar un café en sus terrazas mientras disfrutas de las vistas a la plaza, pero sí es cierto que el precio de la carta es bastante elevado, ya que creo recordar que un café podía costar perfectamente más de diez euros, aunque puede que valga la pena sentarte a disfrutar de un aperitivo en uno de los cafés más elegantes y famosos de la ciudad.
Luego, nos perdimos por las calles de Venecia, disfrutando de sus rincones, pasando entre sus puentes, o descubriendo sus callejuelas, hasta que llegamos al Puente Rialto, el puente más famoso de toda la ciudad, que a pesar de encontrarse en reformas cuando lo visitamos, aún seguía siendo un monumento impresionante. La elegancia en la estructura y diseño de este puente me pareció espectacular, y fue otro de los puntos turísticos que más me gustó de Venecia.
Cerca del Puente Rialto, almorzamos pasta, y tras haber descansado un rato, continuamos nuestra ruta. Venecia está rodeada de pequeñas islas que merecen muchísimo la pena conocer, y que están a fácil alcance ya que se puede llegar hasta ellas en vaporetto. Nosotros solo tuvimos tiempo para visitar la isla de Murano, aunque hay otras muy famosas también como la de Burano o Torcello, a las cuales se debería dedicar al menos un par de horas de nuestro tiempo en Venecia para poder visitarlas con detenimiento.
Como mi familia y yo solo disponíamos de una tarde, nos decantamos por Murano, una isla famosa por su producción de cristal y vidrio, por lo que es bastante común ver por sus calles fábricas de cristal o tiendas de souvenirs que venden productos realizados con minerales o vidrio.
Nuestra intención era visitar el Museo del Vidrio, pero cerraba a las cinco de la tarde y nosotros llegamos un cuarto de hora más tarde, por lo que nos quedamos con las ganas de entrar a uno de los atractivos de esta isla, así que si venís, aseguraos del horario de apertura y cierre. En esta isla, se encuentra también la Basílica de Santa María y San Donato, un pequeño edificio religioso que guarda muchísimo encanto. De Murano, os aconsejo que os perdáis por sus calles sin rumbo fijo, ya que es todo precioso y muy pintoresco.
Una vez visitada la isla de Murano, cogimos de nuevo otro vaporetto y nos bajamos en la parada llamada San Marco-San Zacaria, para ver el atardecer con vistas al Gran Canal, y al Palacio Ducal.
Por último, callejeamos por las calles de Venecia para despedirnos, puesto que al día siguiente nos tocaba madrugar y poner rumbo hacia el puerto de Venecia, desde donde partía el crucero.
Aunque no tuvimos mucho tiempo para disfrutar de Venecia como se merece y descubrirla en su totalidad, un fin de semana da más que de sobra para visitar sus principales puntos turísticos o monumentos más importantes. Esta ciudad del norte de Italia nos enamoró por completo tanto a mi familia como a mí, y no dudamos en volver de nuevo algún día si tenemos la oportunidad.
En los próximos posts de este blog, os contaré lo que hicimos o visitamos en cada ciudad en la que paraba nuestro crucero, además de daros consejos o recomendaciones. ¡Gracias a todos y hasta la próxima!
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