La bellísima ciudad de Venecia (1/2)

Venecia al anochecer

"Algunos sostienen que la palabra “Venetia” significa “Veni etiam”, o sea, “vuelve otra vez”, y otra vez, porque por muchas veces que vengas, siempre verás nuevas cosas, y nuevas bellezas. "

Con estas palabras, Jacopo D'Antonio Sansovino, arquitecto y escultor renacentista italiano, destaca las maravillas que un visitante puede descubrir en Venecia, las cuales siempre invitan a regresar de nuevo.

Yo solo he estado en Venecia en una ocasión, durante varios días, y debo confesar que cada vez que echo un vistazo a las fotografías que conservo de las calles y los canales, aumentan las enormes ganas que tengo de volver allí. A pesar del tiempo transcurrido, me acuerdo de un montón de anécdotas y guardo grandísimos recuerdos de nuestro recorrido por sus seis barrios. Por cierto, ¿sabíais que en el barrio de Cannaregio se halla el primer gueto que se creó en el mundo? Fue en el siglo XVI cuando el Senado de Venecia decretó la segregación de los judíos que residían en Venecia. Ahí va una de mis primeras recomendaciones: el barrio judío.

Como en casi todas las ciudades, merece la pena salir de las zonas turísticas, perderse por sus calles y averiguar cómo viven los autóctonos del lugar. Los venecianos son gente amable que han aprendido a sobrellevar la carga de turistas que visita su ciudad a diario.

Paseos en góndola y lugares de interés

Cuando llegamos a la costa de Venecia, lo primero que vimos fueron góndolas esperando a turistas dispuestos a montar en ellas para conocer la ciudad de una forma diferente. Seguro que se trata de una experiencia deliciosa pero, para nuestros pobres bolsillos, resultaba ser bastante cara (un paseo de 30 minutos en góndola cuesta alrededor de 80 euros); no quiero ni pensar lo que costará el paseo si se añade serenata o champagne. Aunque nos dijeron que se puede intentar regatear, no es algo que suela dar resultado.

Góndolas bajo el Puente de los Suspiros

Uno de los rincones más conocidos de Venecia es la Plaza de San Marcos, esa plaza rectangular que, en ocasiones, hemos visto en televisión siendo noticia por estar inundada. La Plaza de San Marcos cuenta con una arquitectura admirable y está siempre llena de gente, ¡pero también de palomas! Allí podemos encontrar edificios como la Basílica de San Marcos (la entrada a la basílica es gratuita), el Palacio Ducal, el Museo Correr y la Torre dell'Orologio. Sobresale especialmente el Campanile de San Marcos, el campanario de la Basílica, desde el que se puede disfrutar de unas vistas espléndidas de la ciudad (a los estudiantes solo nos cuesta unos 4 €). En esta plaza también hay varios cafés y restaurantes pero, dada su estratégica situación, son bastante caros; para que os hagáis una idea, un refresco puede costar más de 10 euros (es recomendable ver los precios antes de pedir o salir del centro y buscar otros sitios frecuentados por los residentes). Esta es la mayor plaza de Venecia, seguida por la Campo San Polo.

En la Plaza de San Marcos

La Basílica de San Marcos

Detalle del interior de la Basílica de San Marcos

En el grandioso Campanile

Detalle de la Torre dell'Orologio

Por otro lado, un rincón que no podéis perderos son los Giardini della Biennale, unos jardines espectaculares junto a los que hay un mercadillo.

Un rincón de los Giardini della Biennale

Mercadillo cercano a los jardines

Canales y puentes

Si hay algo que hace de Venecia una ciudad singular son sus canales. Nuestro primer día, tras callejear un poco, llegamos sin proponérnoslo a un muelle situado en el Gran Canal de Venecia; desde luego, no nos dejó indiferentes. Ante las maravillosas vistas, nos quedamos allí buena parte de la tarde, disfrutando del pedacito de Venecia que habíamos encontrado.

El Gran Canal de Venecia

Muelle en el Gran Canal de Venecia

Además de los canales, Venecia cuenta, como es lógico, con varios puentes: el Puente de Rialto es el más antiguo de la ciudad. Pero también llama mucho la atención un pequeño puente barroco denominado Puente de los Suspiros, que une el Palacio Ducal con una antigua prisión. El último puente en construirse, obra de Santiago Calatrava, fue motivo de mucha polémica por su extrema modernidad en contraste con los edificios históricos y por lo peligrosos que resultan sus escalones; hay carteles advirtiendo sobre ello; es el Puente de la Constitución.

El Puente de Rialto

Justo al lado del Puente de Rialto está el famoso Mercado de Rialto, donde se venden alimentos frescos. En el exterior, una gran cantidad de tiendas venden desde ropa hasta máscaras de colores; así, nos recuerdan el significado y relieve que tiene el carnaval en la capital del Véneto.

En esta zona de tiendas encontramos un puestecito en el que se vendían porciones de pizza, con un aspecto tan apetitoso, que no pudimos resistirnos; cada uno de nosotros compramos un trozo y nos sentamos frente a uno de los canales para saborearla tranquilamente. Todavía recuerdo el paisaje que teníamos ante nosotros.

Zona de tiendas próxima al Mercado de Rialto

Si pensáis que puede ser caro estáis en lo cierto pero siempre hay truquillos para hacer la estancia un poco más llevadera económicamente hablando. Igual de imprescindible es buscar los sitios que tienen Happy Hour como localizar alguna tienda de alimentación y los bacari (bares de tapas) donde veáis más venecianos que turistas.

¿Os estoy empezando a convencer para hacer una escapada a la ciudad de los canales? Pues no os lo penséis mucho, porque según los últimos estudios topográficos, la ciudad se hunde a un ritmo cinco veces superior al que se creía; bueno, tampoco quiero ser agorera; yo quiero pensar que aún tenemos años y años para disfrutar de "la ciudad flotante".

Galería de fotos