Tres días en Varsovia

¡Hola a todos!

En este artículo os hablaré de Varsovia, la capital de Polonia, es la ciudad más grande de todo el país, ubicada de Masov, en el río Vístula. Está clasificada en el décimo puesto en la lista de las ciudades más populares de Europa. Excluyendo el área metropolitana de cerca de 2. 700. 000 residentes, cuenta con 1. 800. 000 de ciudadanos.

Fue la primera parada en mi tour por el norte de Europa que hice hace dos años junto con mi hijo Pedro, quien siempre ha sido mi compañero de aventuras. Debo decir que, tan pronto como llegué, inmediatamente me golpeó con su majestuosidad y los enormes rascacielos, el tráfico y las calles abarrotadas de gente. Cerca de la estación de tren, había una enorme pista de patinaje sobre hielo y, sin siquiera arreglar las cosas en el hotel, nos paramos a patinar.

Me esperaba que fuese más fácil patinar sobre hielo, ¡pero era bastante difícil! A los niños que lo solicitaban recibían soportes con forma de pingüino, sobre los cuales podían sostenerse.

Después, dimos una vuelta rápida en los alrededores y nos detuvimos a echar un vistazo al Hard Rock Café y al Palacio de la Cultura y de la Ciencia, un legado de la arquitectura socialista diseñado por el mismo Stalin, que los habitantes del lugar definen como "el monstruo": un rescacielos de 42 pisos desde cuya terraza en el trigésimo piso es posible admirar una vista estupenda de la ciudad de Varsovia.

Luego, casi al anochecer, llegamos al hotel, que estaba en una ubicación bastante céntrica. No recuerdo el nombre, pero no tendréis problemas para encontrar alojamiento porque Varsovia ofrece una amplia gama de albergues y hostales a precios accesibles.

Al día siguiente visitamos la parte histórica de la ciudad, donde es posible admirar el Castillo real de Varsovia, un edificio construido en el S. XIV, situado en la Plaza del Castillo (Plac Zamkowy), a la entrada de la ciudad vieja. Completamente destruido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, todo el centro histórico estaba perfectamente reconstruido y el trabajo fue realizado así de bien que la UNESCO ha concedido a esta zona la distinción como Patrimonio de la Humanidad. Las casas tienen las fachadas de colores, como muchos de los países del Norte de Europa y las copias no se diferencian de las originales.

Además de la Plaza del Castillo, podréis admirar la Plaza del Mercado, en la cual encontraréis la estatua de la Sirenita, símbolo de la ciudad de Varsovia, protagonista de una de las leyendas románticas más famosas de Polonia. Está representada con una espada y un escudo, en calidad de protectora, siempre dispuesta a combatir. Según la leyenda, la sirenita vivía en el río de la ciudad y fastidiaba a los pescadores. Capturada, y posteriormente liberada, desde ese momento vigila la capital polaca.

Para almorzar nos detuvimos a comer en un restaurante típico (Jadlodajnia) para probar la cocina local, que no está nada mal, aunque limitada. Se basa en sabores antiguos y platos frescos, en línea con las mejores innovaciones gastronómicas.

La cocina típica es rica en sopas, servidas como primer plato. Podréis probar la a barszcz (una sopa de remolacha con raviolis rellenos de setas y carn), la chlodnik (una sopa fría hecha con leche cuajada, remolacha, cebollino, pepinos y otras verduras), la zurek (una menestra hecha con harina de centeno, uva y salami).

Como segundos, podréis degustar los bigos (un estofado de carne con un estofado de carne con col, chucrut y ciruelas sazonadas con diversas especias), el golabki (un rollo relleno de arroz y col). Para los apasionados de la carne, aconsejo el podwale-kompania piwna, donde el menú a base de se puede disfrutar en un ambiente fantástico con música de orquesta en vivo.

Para terminar, como postre, debéis probar los pierniki (dulces a la miel), los makowce (dulces con semillas de amapola), los mazurki (hojaldre con frutos secos).

A las afueras del centro histórico, cruzando la llamada calle real, se alzan dos palacios muy importantes, legado de reyes, nobles y ricos mercaderes: Wilanow y Lazienki. El primero, llamado también Villa Nueva, es comparado al Palacio de Versalles y representa uno de los complejos arquitectónicos más bellos de Polonia, entre otras cosas, escapó milagrosamente de la destrucción nazi. El segundo, que hace un tiempo era utilizado como residencia de verano por la familia real, hoy sirve de museo, así como un lugar para eventos de varios tipos. Cada sábado y cada domingo, por ejemplo, podréis asistir a bellísimos conciertos de pianistas famosos que rinden homenaje a Fryderyk Chopin, músico nacido en Varsovia, considerado universalmente el príncipe de la música romántica.

Después de una jornada completa paseando por las calles de Varsovia, pasamos la tarde en compañía de un amigo mío portugués que se encontraba en Varsovia por trabajo y que me contactó después de haber visto que me encontraba allí a través de una foto que había publicado en Facebook.

Al día siguiente, antes de coger el avión a Estocolmo, la segunda parada de nuestro magnífico itinerario, visitamos el barrio Praga, el cual no tiene nada que ver con la capital de la República Checa, de la que se deriva de la palabra polaca "prazyc", que significa "quemar" y, de hecho, para construir Praga, se quemó un bosque entero. Esta zona fue considerada muy peligrosa hasta hace pocos años, pero después de haber sido en el 2012 el set del rodaje "El pianista" de Roman Polanski, se ha convertido en una zona de moda frecuentada sobre todo por artistas, fotógrafos y arquitectos, en la que abren continuamente bares, restaurantes, galerías, museos y espacios para exposiciones.

¡No me queda más que desearos un buen viaje y una buena estancia en Varsovia!