Erasmus en Varsovia: una ciudad que sorprende

Cuando hice mi solicitud de Erasmus, no había considerado Varsovia en lo más mínimo: mi universidad italiana la eligió para mí.

Cuando me comunicaron el destino pensé: "¿Varsovia? ¡Qué tristeza!" y, sin embargo, ahora que he vivido en Varsovia durante 3 meses, en mi opinión es una ciudad fantástica. Es una capital europea, pero creo que es diferente de las demás porque no mucha gente la toma en consideración (como yo). Varsovia es seguridad, es tranquilidad, es económica, es muy verde, está llena de parques estupendos, es orden, es cultura, es eficiencia, es belleza. En resumen: hay de todo. Esta ciudad y este Erasmus han cambiado mi vida.

Gracias a esta experiencia he aprendido muchas cosas, me abrí un poco más al mundo, me he mejorado a mí misma. Un defecto en esta ciudad, y de Polonia en general, es que el inglés no se habla mucho y las personas son bastante hostiles hacia los extranjeros, más aún si no hablan su idioma. Uno de los primeros días que estuve aquí, solicité información sobre los medios de transporte en el punto de información de la estación. La asistente se giró hacia otro lado: no me respondió. Y esto es solamente un ejemplo de entre las muchas veces que ha sucedido. Los polacos tienen la necesidad de ver que el extranjero intenta acercarse a su cultura, hablar su idioma...

Inicié el curso de polaco en la universidad, quería conocerlo también para vivir mejor esta experiencia. Luego comencé a entrar a los diferentes lugares saludando en polaco y, a veces, aunque de forma un tanto desordenada, para preguntar aquello que me hacía falta. Los polacos aprecian el esfuerzo. E incluso si después sigo hablando en inglés, son un poco más amables.

En cuanto a la comida, uno de los restaurantes típicos es "Zapiecek", donde se pueden comer sopas, pierogi y los camareros llevan ropas de la tradición popular y es muy agradable sumergirse en esta cultura.

También estuve en el piso 30 del Palacio de la Cultura, desde donde se puede admirar toda Varsovia: realmente impresionante. En Varsovia también hay una playa en el río Vístula e incluso aquí, al atardecer, el ambiente es fantástico. Una de las cosas que más me impresionó de esta ciudad es que hay policías en todas partes: verdaderamente es una ciudad muy segura. Si hay una manifestación en marcha, se ven alrededor docenas y docenas de hombres en uniforme.

Los medios de transporte son muy eficientes, pasan regularmente y los precios son muy baratos. Gracias a la tarjeta universitaria, obtuve un descuento del 50% en el abono: pagué alrededor de 30 euros por 3 meses, todos los medios incluidos (autobús, metro, tranvía).

Este es solo un resumen muy pequeño de lo que he experimentado. Desgraciadamente, mi Erasmus terminará en un mes y medio más o menos, pero estoy segura de que regresaré a esta ciudad porque me ha dejado una marca imborrable.